041. Fred y George no le temen a la muerte

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Charlie bajó a desayunar con pereza. Cuando despertó, la única que estaba durmiendo era Ginny. Supuso que Hermione no era del tipo de personas que se despertaban tarde cuando había algo importante que hacer.

En el momento en el cual piso el último escalón, sintió que caía y con rapidez, alguien la sostuvo. Miró con atención a aquel pelirrojo, no lo conocía. Ni la más mínima idea de quién era.

-¡Ah! ¡Tú debes ser Charlotte! Ayer no nos vimos y me dio pena presentarme, estabas con tu... tutor.

-Uhm... esto sería muchísimo más cómodo si no estuviera a punto de caer y quitaras tu mano de mi cintura -el pelirrojo de inmediato la ayudo a enderezarse-. Gracias.

-Soy Charles, Charles Weasley.

-Charlotte Black, un placer -le sonrió amablemente. Charles señaló el comedor.

-Por favor, acompañame. Mamá está como loca ya que Harry y Ron aún no se despiertan.

-Espera... ¿eres hermano de Ron? -Charlie paró en seco mientras lo miraba de arriba a abajo. Charles era atractivo, por supuesto. No iba negarlo. Y Ron... Ron era lindo-. ¿En serio?

-Lastimosamente lo soy -respondió el pelirrojo en tono de tristeza aunque luego rió-. Es broma, me encanta ser su hermano. Aunque no pasamos mucho tiempo juntos, yo cuido...

-Dragones -completó Charlie mientras se sentaba en la mesa-. Buenos días, Mione.

-Buen día.

-¿Querida, quieres el desayuno ahora? Más tarde no habrá tiempo y no quiero apurarte mucho pero...

-Muchas gracias, Molly. ¿Quieres que te ayude? -intentó levantarse, pero Molly con una sola mirada la volvió a sentar-. De acuerdo, parece que no quiere ayuda.

-Mamá es así, tiene su forma de actuar -murmuró Charlie llevándose tocino a la boca-. ¡Ah, Bill!

¿Hay... más?

-Buen día.

Charlie volteó, había otro pelirrojo sentándose al lado de Charles. Bill Weasley, supuso.

No podía creer el nivel de paciencia que Molly Weasley tenía para tener siete hijos. Si no se equivocaba, Bill, Charles, Percy, Fred, George, Ron y Ginny. No lo podía creer, ella se hubiera tirado de la torre de astronomía después de Bill.

Y después de veinte minutos, Charlie veía a un montón de pelirrojos correr de un lado a otro en la madriguera. Molly, desesperada porque Harry y Ron no le hacían caso, miró a su última opción.

-Por favor, querida -le pidió amablemente. Charlie asintió, no se podía negar a un pedido de Molly.

Subió las escaleras a toda prisa, abrió la puerta de la habitación de Ron y entró.

Harry estaba abrazando una almohada con mucha fuerza mientras que Ron babeaba. Charlie hizo una mueca.

-¡Heterosexual el que no se levante! -gritó a todo pulmón sin importarle si los demás escuchaban.

Harry, de tanta prisa, cayó de la cama mientras Ron se tallaba los ojos.

-Yo soy heterosexual.

-Si no te levantas, te gusta Theodore.

Ron también cayó de su cama. Charlie se rió en silencio mientras veía a Harry desde el piso, estirarse y tomar sus gafas.

-Los quiero en diez minutos abajo, bien arreglados sin ninguna sola arruga en la ropa y sin cara de querer matarse, ¿comprenden?

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora