077. Theo el rey.

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Dos semanas habían pasado desde la creación del Ejército de Dumbledore. Charlie miraba a Umbridge con una especie de satisfacción, el saber que un grupo de Defensa estaba ocurriendo debajo de las narices de Umbridge y ella ni siquiera se daba cuenta, la hacía sentirse superior. La reconfortaba después de esos castigos de Umbridge.

Estaba de mejor humor la mayor parte del tiempo. No le agradaba mucho la idea de encontrarse cansada, pero valía la pena ver la sonrisa de sus amigos al haber desarmado exitosamente a la mayor parte de la clase. Los estudiantes de Slytherin o al menos la mayoría la tenían en lo alto, como si fuera su reina. Hermione también había avanzado mucho con sus clases y Charlie se tomó la libertad de fotografiar el momento exacto en el que la castaña desarmó a Harry.

No fue sorpresa cuando Hermione pronto ideó un método muy inteligente para comunicar la fecha y la hora de la próxima reunión a todos los miembros, en caso que necesitaran cambiarla en muy corto tiempo, pues sería muy sospechoso que, con demasiada frecuencia, personas de diferentes casas fueran vistas cruzando el Gran Comedor y hablando entre si. Dio a cada miembro del ED un Galeón falso.

-¿Ves las numeraciones alrededor del borde de la moneda? -preguntó Hermione en voz baja, sosteniendo una para examinarla-. En los galeones verdaderos, es simplemente un número de serie que se refiere al gnomo que fundió la moneda. Tienes muchos galeones, estoy segura que lo sabes. En estas monedas falsas, en cambio, los números cambiarán para reflejar la fecha y la hora de la próxima reunión. La moneda se pondrá caliente cuando la fecha cambie, así que si la llevan en el bolsillo la podrán sentir. Cada cual va a tomar una, y cuando tú decidas la fecha y la hora de la próxima sesión, vas a modificar los números de su moneda, y como les puse un Encantamiento Imitador, las demás lo harán junto con tu moneda.

La joven se quedó en silencio, mirando el techo de la habitación con una expresión pensativa.

-¿Eso explicaste en la reunión? -preguntó Charlie, recordando que no había prestado mucha atención. Hermione asintió-. ¿Sabes hacer un encantamiento imitador?

-Si -afirmó Hermione, sin poder evitar que un tono orgulloso de filtrara en su tono-. Si. Pansy también, de hecho. Hemos aprendido juntas.

-¿Por qué no estás en Ravenclaw? -cuestionó la ojigris, tomando el galeón para mirarlo más de cerca. Hermione sonrió un poco.

-Oh, el Sombrero Seleccionador consideró seriamente enviarme a Ravenclaw durante mi selección, pero al final optó por Gryffindor -aclaró Hermione-. Sabes, esa lo mismo que me he preguntado acerca de tí. Desde que te conozco te he admirado -confesó tímidamente, jugando con los dedos de su novia-. Eras tan inteligente y observadora. Como si supieras la debilidad de todos con tal solo intercambiar un par de palabras con esa persona.

-¿Era? -alzó una ceja y la hizo reír-. El sombrero consideró enviarme a Ravenclaw. No me hubiera molestado, sería un honor para mí pertenecer a la misma casa a la que perteneció mi madre. Pero terminé quedando en Slytherin, como papá.

-Sabes que no eres igual que él -Hermione la miró fijamente. Charlie dejó el galeón falso encima de la mesita que tenía al lado-. Son distintos.

-No lo conociste, no lo sabes.

-Pero si te conozco a tí, y me atrevería a decir que te conozco mejor que cualquier persona común. No eres una mala persona, se que jamás harías algo para dañarme.

Hermione la tomó por el rostro para que la mirara. Se estiró y dejó un beso en su frente, regalándole después una cálida sonrisa que la hizo sonreír también.

Y Hermione tenía razón. Ella era muy distinta a Regulus Black, pero a pesar de eso, sus caminos no eran del todo diferentes.

Sus vidas tenían casi el mismo futuro casi a la misma edad.

La herencia de la Serpiente; (𝑯. 𝑮𝒓𝒂𝒏𝒈𝒆𝒓)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora