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-Aqui tiene..-Mencionó el repartidor mientras le entregaba a Lucas su comida.

-G-Gracias..-

Lucas la tomó de las manos emplumadas del chico pájaro repartidor, aún en casa de Riah, Lucas habia pedido comida a domicilio, el pagó el dinero que Riah le dejó y cerró la puerta.

Se adentró a la casa, dejó la comida en la mesa de alta calidad y escuchó ruidos, era un alarido. No, era un gemido, un gemido contenido y de placer tortuoso, Lucas caminó por el pasillo que llevaba a las habitaciones, y en el tercero, un curioso sonido se hayaba en frecuencia. El entro, solo para encontrar una iágen digna de una camara de tortura.

Ella lo disfrutaba, y no solo lo disfrutaba, ella se lo habia pedido, se lo habia rogado y suplicado, Riah estaba colgada de un soporte tripode metálico, tres vigas de acero industrial de la maxima calidad soportaban su cuerpo colgado desdé otro soporte, uno que la tenía colgada del torso, las patas, las garras y la cabeza con una cinta de cuerto, suave y muy resistente.

-S-Sigo pensando que este juego es muy denigrante y humillante Riah, porfavor paremos..-Pidió Lucas a su compañera.-C-Creo que ha sido suficiente..-Dijo el conejo rascando el pelaje de su brazo.

La hiena solo se mantuvo en silencio y sonrió, pues sus ojos estaban vendados. Lucas suspiró un "Esta bien", nervioso y con culpa. El se acercó a una de las cajas de carton de muchas que estaban en el cuarto, llenas de juguetes y herramientas para el nuevo juego.

Sacó una pelota de mordaza y un juguete vibrador, la pelota se la puso en la boca, pasándosela por la nuca y metiendosela en el hocico. Una vez esto logró Lucas prendió el juguete vibrador y lo pasó por sus labios vaginales.

Ella gimió tras la pelota, la cual silencio sus muestras de placer, placer que aumentó cuando Lucas metió en su carne femenina el juguete, su femenidad se mojó más, manchando el pelaje alrededor de ella, haciendo que miel de hembra cayera al suelo debajo de la hiena.

-T-Te has portado muy mal..-Dijo Lucas con nervios y de manera algo forzada a la vez que incómoda, la hiena jadeo tras la pelota mordaza y se retorcio.

Lucas abrió más sus labios vaginales, exponiendo carne rosada y llena de miel de hembra, su objetivo fue meter sus dedos un poco y exponer más el clítoris, una vez este botón estaba a la merced, el juguete lo tocó con delicadeza de pintor, Riah gimió más y más, se estaba volviendo loca, afortunadamente el trípode resistió sus movimientos bruscos, y esto no podia tener otro final que la hiena llegando a su orgasmo, lanzando chorros de miel al suelo, Lucas sabía que esto pasaria, por lo que desde un principio se habia apartado un poco.

El vibrador se apagó y Lucas lo dejó en la mesa de noche que Riah tenía en su cuarto impregnado de su propio olor.

Lucas miró sus pegajosos dedos y le quitó la venda a los ojos de Riah, ella le miró, complacida, no habia otra palabra que pudiera definir la manera en que sus bellos y femeninos ojos le miraban.

-¿Quieres parar?..-Preguntó Lucas con timidez. La hiena permaneció con una sonrisa que hizo que Lucas tragara saliva.-Hay que comer..-Mencionó el conejo desabrochando los arneses que sostenían a Riah.

La hiena primero fue liberada de las patas y después de las manos, ella gateo a la cocina, no, no habia gateado, habia usado sus patas y sus manos para caminar cual animal cuadrúpedo, dandole una obscena vista a Lucas de sus nalgas y su vagina las cuales se veian fugazmente al momento que su cola danzaba de un lado a otro.

Ella se acercó a la mesa y cual cachorra hambrienta olfateo la comida, se comportaba como un animal domesticado, era otra de las razones por la que Lucas detestaba un poco ese juego, sin embargo, era un morbo y extraña excitación verla asi, el se sentia un degenerado.

-T-Te compré alitas de pollo..-Mencionó Lucas abriendo la charola, ella le miró ansiosa, moviendo su cola de lado a lado mientras babeaba.

El conejo notó que la hiena no se sentaba, en cambio ella esperaba paciente en el suelo. Lucas suspiró un "Santo cielo", mientras acercaba temeroso la alita manchada en aderezo a la hiena.

Ella la mordió y se la llevó adentro del hocico, masticandola y degustando el sabor del pollo y los huesos destrozados por sus colmillos y molares.

El conejo le bajó la charola al suelo, ella rápidamente empezó a comer, apoyada en 4 y masticando la comida en su hocico, moviendo su cola y exponiendo sus nalgas al aire mientras se inclinaba a comer.

-Okey okey, tu tranquilo Lucas, solo es un..juego..-Se habló asi mismo Lucas mientras la hiena se sentaba como un animal.

Lucas frenó el aire de sus pulmones al ver como un liquido salía de la zona intima de Riah.

-¡No no no!, ¡¿Que haces Riah?!..-Gritó Lucas y se acercó a la hiena, esta solo le miró sentada en el suelo con una sonrisa.-¡¡Mala!!, ¡¡Eres una niña mala Riah!!-Dijo Lucas enfadado, la alfombra estaba manchada de orina.

La hiena se fue del lugar felizmente q cuatro patas, Lucas miró su desastre y suspiró, el estaba estresado, miró a Riah, ella seguia felizmente portandose como un animal.

Lucas se acercó al refrigerador y tomó una de las cosas que habia comprado de amazon junto a la hiena, en un molde de plástico había un dildo de hielo.

Lucas lo tomó y se acercó a la hiena, aún con su mano congelada el logró acercar el dildo helado a Riah, la hiena parecia no notar más que el conejo se acercaba, y derepente ella gritó y gimió.

El conejo insertó el dildo dentro de ella, la hiena sabía que le dolía, pero levantó su cadera para ofrecerse toda hacia Lucas. Disfrutando como el falo helado entraba y salía de ella.

Lucas la tomó de una de las nalgas de la giena y separó sus piernas, metiendo y sacando el dildo de dentro de ella, sus jugos femeninos salieron frios, salpicando miel con cada estocada que el dildo.

Ella se retorcio, pataleo de placer por la tortura que sufria, Lucas abrazó su cadera para sostenerla y seguir penetrandola, Riah rasgó el suelo con sus garras, babeo y perdió la vista de sus ojos por momentos, el agua congelada se derretía y salía de su vagina mojandole las piernas.

Finalmente el dildo se quebró, quedándose una parte dentro de Riah, Lucas por un momento se preocupo de esto pero los musculos vaginales de la hiena sacaron el pedazo al suelo.

Agitada y jadeante, el conejo suspiró y acarició el agujero rosado de la hiena, agujero taboo y obsceno a la mirada.

-Espero no vuelvas a orinarte en la alfombra..-Dijo Lucas, la hiena asintió tras de el.-¿Que dices si damos un paseo?..-Mencionó Lucas mirando por la ventana.

Lucas Capítulo 1 (Furry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora