Cap. 7 - Si vis pacem para bellum (5)

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Benjamín mantiene en sus manos la nota que recibió Tamara en su departamento. Lucas se mantiene a su lado.

"Es tú decisión... los diamantes o tu hijo. ¿Por qué es tu hijo, cierto?"

—¿A qué se refiere Álvaro con esa pregunta que te hace? – pregunta el líder de las Ases.

—Eso da lo mismo –responde Tamara, furiosa pero nerviosa a la vez—. ¡Lo único que quiero en este momento es recuperar al Tila! Por favor Benjamín, ayúdame a recuperar a mi hijo.

—Entonces tendremos que entregar los diamantes –dice Lucas—. No veo otra salida.

El timbre del departamento suena. Lucas va a abrir, entrando Amalia y Elisa al lugar.

—Vinimos a penas nos enteramos –dice Elisa, vistiendo riguroso negro de luto—. ¿Qué pasó ahora?

—El italiano tiene al Tila.
—¿Nos va a seguir atacando? –pregunta Amalia, asustada. —Al parecer no se detendrá hasta que tenga en su poder los

diamantes –responde Lucas a la chica.
—¿Y qué haremos? –pregunta Elisa—. Porque tenemos que actuar rápido. La vida del niño está en juego.

—¡Tenemos que recuperar a mi hijo! –grita Tamara, comenzando a llorar. La mujer se sienta en el sillón, muy nerviosa. Amalia se sienta junto a ella para abrazarla.

—Tranquila, si todo saldrá bien –dice la colorina—. Dios cuidará a tu hijo.

Benjamín se pasea por el lugar, nervioso.

—No creo que tengamos que darle en el gusto al italiano. Conozco a ese hombre y puedo dar fe de que, por muy malo que sea, no sería capaz de matar a un niño. No llegaría tan lejos.

—¡Y te vas a quedar tranquilo! –Grita Tamara—. ¿De verdad quieres esperar a que el italiano tenga un acto de buena fe y no le haga nada?

—¡No, pero podemos hacerle una redada! –insiste Benjamín. 

El rostro de Tamara expresa máxima furia ante las palabras del líder.

—No tienes ni la más mínima idea de la vida que estás poniendo en peligro –le dice la morena, furiosa.

—Lo sé, Tamara, a tu hijo.
—¡Él no es sólo mi hijo! –grita Tamara.
Un silencio se produce en el lugar. Tamara está a punto de revelar la razón por la cual tiene tanto miedo de que Carmen salga de su escondite.

—El Tila es tu hijo, Benjamín –responde Tamara—. Eso es lo que pasa.

Ases y los cuatro diamantesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora