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"Bien, no sé qué más decirle a Teresa. Si total, ya consiguió lo que quería. Yo le devolveré el dinero que tanto necesita. Ahora, mejor me largo de aquí antes que termine ofreciéndome como enfermera personal."
Amalia se encuentra parada frente a la cama de Teresa, quien comienza a sonreír luego de que el As le prometiera devolverle el dinero para su tratamiento contra el cáncer.
—¿Qué recuerdos tienes de esta cama? –pregunta la rubia, poniendo nerviosa a Amalia—. ¿Aquí es donde te acostabas con mi marido, cierto?
—Creo que no tengo nada más que hacer aquí, ya te dije todo lo que quería –agrega la colorina—. Mejor me largo.
Amalia se dirige a la salida, pero la mujer enferma se levanta de la cama y le cierra la puerta de un golpe, impidiendo que ella salga. El As la mira perpleja, sin entender de dónde Teresa sacó fuerzas.
—¿Por qué no te quedas un rato? Me encantaría que me contaras cómo lo hiciste para conquistar tan rápido a mi marido, convenciéndolo de que me abandonara –dice Teresa, comenzando a sonar intimidante.
—No creo que sea necesario. Ahora me tengo que ir.
Sin que Teresa deje de sonreír, lanza a la muchacha con fuerzas arriba de la cama, para comenzar a ahorcarla con fuerzas.
"¡Esta mujer está loca! Cómo salgo de esto."
—Por favor, déjame salir de aquí –intenta decir Amalia, intentando sacarse a Teresa de encima, quien le comienza a hacer daño—. No puedo respirar.
Amalia logra hacer fuerzas con las piernas, botando a Teresa al suelo. Tosiendo, intenta recuperar la respiración, tiempo que aprovecha la dueña de casa para ponerse de pie y tomar nuevamente a la colorina del cuello, llevándola hacia la pared, para comenzar a golpearle la cabeza contra el muro.
—Ahora vas a pagar por todo lo que me hiciste. De aquí no saldrás viva.
—¡Suéltame! –grita Amalia, intentando golpear a Teresa, quien no se detiene con nada—. ¡Ayuda!
El As comienza a llorar, preocupada por su situación. Más se asusta cuando ve que sus manos están llenas de sangre. Su cabeza ha comenzado a sangrar.
"Dios mío, ya es suficiente. Creo que he pagado demasiado por mis errores. ¡Si ya dije que iba a cambiar!"
—¡Pídeme perdón antes de irte al infierno! –grita Teresa, completamente enajenada y convencida de darle muerte a Amalia.
Amalia logra darle un golpe certero en la cara a Teresa, quien se aparta un instante de ella. La colorina aprovecha el momento para abrir la puerta y salir corriendo de la habitación.
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Ases y los cuatro diamantes
MaceraDiez años después de caer en una trampa que lo puso tras las rejas por un delito que no cometió, Benjamín, líder de una banda de ladronas de fama internacional conocidas como Ases, regresa para vengarse del italiano, un millonario responsable de sus...