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Daniel ha pasado toda la mañana paseándose por la casa intentando comprender lo que vio y escuchó esta madrugada. Recuerda la escena de violencia y las fuertes acusaciones de esa mujer que se llevó a Amalia. También recuerda la actitud de Elisa quien parecía entender de alguna forma todo lo que estaba pasando. Sin ser capaz siquiera de ducharse y vestirse, se tira sobre la cama mientras su celular no para de sonar. Tenía una audiencia en tribunales a la que no fue. Ahora, tiene cosas más importantes en las que pensar.
En ese momento, siente un ruido proveniente de la calle. Dejando su celular sobre la cama, se levanta a mirar qué es lo que ocurre. Entonces, puede ver a Elisa junto a dos hombres y dos mujeres, una de ellas embarazada, caminar hacia la entrada de la casa. Nervioso y mucho más confundido, decide descubrir de una vez por todas lo que ocurre con su mujer. Sale de la habitación y se queda parado en la escalera, escuchando entrar a la gente a la casa.
—Rápido, hay que operarla de inmediato para sacarle el diamante –dice Elisa, quien creyendo que su marido está en el trabajo, no tiene problemas en comportarse de forma normal en la casa.
—Dónde la ponemos –pregunta Lucas, quien lleva sobre su hombro el cuerpo de la española, inconsciente, con ayuda de Tamara.
—Súbanla al segundo piso. La operaré sobre mi cama – responde Elisa, haciendo que Daniel se aleje de la escalera, nervioso.
Viendo que los desconocidos están subiendo al segundo piso, decide ocultarse en el armario de su habitación para no ser descubierto.
—Qué está pasando aquí –se pregunta el hombre, quien siente una fuerte angustia en su interior. Ya ni siquiera sabe quién es realmente su mujer. No logra reconocerla en esta faceta.
Lucas y Tamara tiran a la española sobre la cama matrimonial de la familia Rosales, al tiempo que el celular de Daniel se cae bajo la cama, comenzando a vibrar por una llamada de Magdalena. Elisa ingresa a la habitación portando un botiquín con algunos elementos necesarios para realizar la operación.
—Ya, salgan de aquí. Yo me voy a encargar de esta situación. —¿Estás segura que no necesitas ayuda? –pregunta Lucas. —Si la necesito, les daré un grito. Ahora, salgan de mi habitación.
Ambos obedecen las órdenes de la dueña de casa, quien cierra la puerta una vez que están afuera. La mujer, acercándose a la española se percata que está media dormida.
—¿Quiénes son ustedes? –pregunta la mujer embarazada. —Tranquila, todo saldrá bien. Ahora yo te operaré y te sacaré el diamante que tienes en tu vientre. Así que te voy a inyectar anestesia para que no sientas nada.
Elisa del botiquín comienza a sacar una jeringa y unos líquidos que le inyectará. Pero la española todavía insiste en su pregunta.
—¿Quiénes son ustedes, dónde está Roberto?
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Ases y los cuatro diamantes
AvventuraDiez años después de caer en una trampa que lo puso tras las rejas por un delito que no cometió, Benjamín, líder de una banda de ladronas de fama internacional conocidas como Ases, regresa para vengarse del italiano, un millonario responsable de sus...