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Un suave toque en la nariz bastó para despertar a Daaé, encontrándose con el pequeño felino ante ella, pidiendo atención. Le pasó sus dedos por su pequeña cabecita en lo que ella seguía parpadeando pesado por el sueño.

Trató de moverse, pero un peso desde su lateral le evitó gran parte de su acción. Al notarlo, un brazo que la tenía muy aprisionada contra un tibio calor.

Reconoció las cicatrices que subían de los dedos por el antebrazo. Rememorando lo que había pasado una noche antes. Giró como pudo encontrándose con Erik, dormido sobre su lado izquierdo, dejando a plena vista sus cicatrices y marcas.

Logró mover su brazo para dejarlo sobre la cama, para ella levantarse un poco, ahora, encontrándose con cicatrices en la espalda de Erik, estás no las había visto la noche pasada. Suspiró de asombro al verlas, abarcaban por completo su espalda, eran enormes y era totalmente visible que fueron heridas sumamente horribles en su momento, dejando a su paso una piel lastimada, dañada.

Y todas, tenían casi la misma forma, largas y estrechas, apostaría que fueron provocadas por un látigo.

Le golpeó fuerte en el corazón imaginarse dónde pudo pasar su vida temprana como para dejar marcada así su piel. Pero él mismo lo dijo la noche pasada, aún no se sentía listo, eso le decía que en algún momento, el tema iba a llegar.

El verle tan tranquilo dormido, le hizo cuestionarle si debía despertarlo, ya que se veía plácidamente descansando, pero ¿y si está teniendo una pesadilla?

Pero el maullido de la pequeña panterita llamó a la atención de Daaé, pareciera que el pequeño quería hablar y/o comunicarle algo, pero al ser un ruido ya lo bastante alto, trató de calmarlo.

Logrando el cometido de que Erik despertara.

-Buenos días.

Se inclinó a saludarlo con una sonrisa con el gatito entre las manos, tal vez así podría hacer que no maullase tan alto, pero Erik, despertó de golpe, nervioso, se incorporó sobre sus codos.

-¿dormí?

Cuestionó, parecía sorprendido.

-dormiste, si, ¿Qué tiene de malo?- preguntó Daaé.

-Cuando mencioné mis pesadillas son cada vez al dormir, sin falta, por eso...duermo muy poco

Respondió Erik, recibiendo en consecuencia de afirmar que su estilo de dormir era poco saludable, a Daaé exclamar que descansar pobremente le vendría muy mal, hasta poder enfermarlo.

Pero cuando ella descargó todo lo que tenía que decir, Erik tomó sus prendas de vestir, pensante en lo que había pasado. Había dormido toda una noche completa, sin una sola imagen horrible pasar por su descanso, miró a Daaé despedirse del felino alegremente, mientras el mismo era dejado en el suelo.

Fue por su presencia, fue ella quien le logró el privilegio de dormir horas sin ningún mal sueño...

Christine tomó su vestido y comenzaba a vestirse saliendo de la cama, recibiendo a Erik alado suyo, apenas había tomado aire suficiente en sus pulmones para comenzar a hablar, fue envuelta en un abrazo.

-¿pasa algo?- cuestionó, pero sin rechazar la cercanía.

-fue por ti, el que me sentí tan seguro de dormir, sin ninguna pesadilla, fue gracias a ti.

Su voz denotaba sentimiento puro, tanto que poco más y juraría que estaría sollozando.

-por favor vuelve a dormir conmigo...

The Phantom of the Opera||El canto del ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora