•
—29 Noviembre 1891, París-Francia. Ópera Garnier.
Hoy por noche, se volvía a presentar —Mascarade, por petición de Lord Wilmot, asegurando que a su mesa en la mansión del Conde Paul Augustus, muchos más desearon asistir a la Ópera, lo cual, obviamente tenía extasiados a Richard Firmin y Gilles André.
Irina de cierto modo, al menos en el aspecto sobre la popularidad de la casa Garnier, ver a más personas ocupando los asientos vacíos, no eran malas noticias, así que estaba más tranquila. Ver a sus chicas, disfrutando de el bello arte en este enorme escenario, hasta que, Irina divisó a el Vizconde Raoul, en su distintivo palco número 5, el más cerca, mientras que con una delatadora sonrisa de enamorado observando a Christine Daaé.
Recordaba que seguía teniendo este pendiente sobre hablar con Monsieur De Chagny, sobre sus colegas Messieurs Firmin y André, lo que planean a sus espaldas, intuía que al estar tan centrado con Mademoiselle Daaé, sería fácil para aquel par, ocultar todo lo que hacían, más, ya que Irina recordaba como el mismo Lord Wilmot, le pidió que sus deseos de poseer a la joven Daaé, no lo supiera el Vizconde...apostaría que todo esto, se lo estuvieran ocultando, totalmente desagradable.
Tenía que hacer algo, tenía que hablar con Monsieur De Chagny, un día cercano...
Cuando la obra pasó e Irina se sentía un poco más ligera al ver como todo se había llevado sin dificultad alguna y que el publico estuviera más que conmovidos a la vez que satisfechos, se dirigía a los vestidores compartidos para comenzar a ayudar a las chicas a quitarse todo el enorme vestuario que sabía que llevaban encima, pero, cuando divisó el pasillo para girar, evitando a un par de personas que iban a toda prisa a sus respectivos vestidores, una voz se alzó a su llamado.
Cuando Irina giró totalmente extrañada, se trataba de nada más que Richard Firmin, podría sentir el asco formarse en su garganta, pero fue tarde para "escapar", el viejo exclamó —Madame Giry, ¡espere por favor!
No le quedó de otra que detenerse sobre sus pies, ya habían hecho contacto visual, no era fiable simplemente fingir que no le vio e irse. Pero las ansias se salir corriendo de aquí, eran legitimas, no creía que soportaría otro tema sobre Lord Wilmot y su —por favor le pedimos discreción con el Vizconde, Madame.
Que, cuando el hombre se plantó delante suya, riendo por todo el movimiento que tuvo que hacer de esquivar personas para llegar a ella, habló...
-Madame Giry, ¿va directo con las bailarinas a vestidores verdad?- cuestionó.
-sí, ¿necesita algo Monsieur?- cuestionó mientras cruzaba los brazos.
-sólo venía a informarle lo más pronto posible que junte a sus chicas con la costurera para que les pueda hacer trajes personalizados a quien guste hacerlos aquí en la Ópera-alzó Firmin con una sonrisa casi dejándose ver amable.
-¿trajes? ¿de que habla?-cuestionó Giry. -¿habrá una de nuevo una obra con disfraces próximamente?
-¡no, no! Nada de eso- respondió Firmin alzando las manos. -Se trata que Monsieur André y yo, estamos organizando un baile, por el Décimo séptimo aniversario de la Ópera, con temática mascarada, ¡por el éxito de esta obra!
-oh, ¿y que les llevó a tan generosa fiesta?
Irina estaba algo sorprendida, nunca se habían tomado el tiempo de organizar algo por la Ópera, que el aniversario es el 5 de Enero, bueno recordaba que el inicio de este año, fue sumamente caótico, con el ahorcamiento de aquel hombre, la perdida de voz de Madame Giudicelli, además del re estreno de IlMuto, lo más pronto posible, pudo notar que no había tiempo para una fiesta.
ESTÁS LEYENDO
The Phantom of the Opera||El canto del Ángel
Historical Fiction• 1890, París Francia Christine Daaé vive en la Ópera Garnier como una bailarina estrella, pero cuando el antiguo director anuncia su retiro, ella recibe una oportunidad de mostrar su talento, sin contar que llamaría la atención de su ángel personal...