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—Recuérdame por qué no vienes conmigo, ¿es porque ya no salimos?

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—Recuérdame por qué no vienes conmigo, ¿es porque ya no salimos?

—Eso no tiene nada que ver.

—Pero vas con Tej, ustedes ni son amigos.

—Claro que sí, fui la señora Parker en Londres.

—Oye, Roman, ¿estás aterrado? — intervino el técnico por el radio.

—No.

—Claro que sí.

—Dije que no.

—Escucha, solo un hombre maduro demuestra sus sentimientos; si necesitas llorar, hazlo. Como tu amigo me interesa que estés bien, por eso tomé la precaución de poner pañales para adulto en tu guantera.

—¿Puedes cerrar la boca? Kelly, golpéalo por mí.

—Pero es divertido— trataba de aguantar las risas.

—He visto cosas horribles, Dom, y temíamos que eso fuera un problema, así que intentemos ser lo más discretos posible.

—¿No lo soy siempre?

—Te propongo algo: llama menos la atención esta vez y cambiaré la cerveza belga por la Corona.

—Te harías un enorme favor.

—¿Alguien podría explicarme qué deberíamos hacer?

—Roman, cariño, este es tu plan.

—No, este no es mi plan.

Las sirenas empezaron a sonar, la compuerta se abrió y los coches se encendieron, todos en sus posiciones—. Roman, ¿necesitas aire fresco? Porque tendrás mucho— se volvió a burlar Tej, la rubia le dio un manotazo amistoso antes de que su primo diera la señal de que empezaran a salir.

—Esto es lo más loco del mundo.

—¿Sientes la adrenalina?

—¡A tope, papá! — se emocionó. Escuchaba a todo mundo reprender a Roman por no moverse.

—Escuchen, lamento defraudarlos, pero me quedaré aquí.

—No, Roman, lamento defraudarte a ti— fue Kelly quien lo activó.

—Estamos llegando al suelo— exclamó Dom antes de comenzar a activar los paracaídas.

—Sujetate— le dijo Tej a tiempo que se soltaba.

—Tranquilo, Roman, volveremos por ti— dijo Dom mientras todos aceleraban en dirección opuesta.

—Bien, tienen una oportunidad de atacar. Si fallan, llegarán a su base y le exprimirán toda la información necesaria a Ramsey. Perderás el artefacto y la forma de atrapar a Shaw.

—No cuentes con ello— Kelly cortó la comunicación, no los conocía lo suficiente si hacía esa afirmación.

Pronto alcanzaron el camión y todas sus escoltas. Tej y Kelly se pusieron a la cabeza y todos detrás de ellos, pues era el único blindado. Dom dio la orden de compactar, así que Tej aceleró hasta sacar del camino dos camionetas y por simpatía otras dos. Tej se movió para que Kelly disparara a ambos lados, Brian iba a acercarse cuando vio que del camión salían cañones. Sacaron el blindado del camino, pues perforaban el blindaje. Se volvieron a reagrupar detrás del camión. Dom y Letty engancharon los autos al camión y Kelly la hizo volar, usándola para impactar en los coches que volvían.

—Vienen de vuelta.

—No es el único— dijo Kelly señalando sus 3—. Da la vuelta, cariño.

Sacó su ametralladora para empezar a disparar a cualquier, esperando que con esas sí pudieran sacarlos de verdad. Shaw impactó a su primo y ordenó a Tej avanzar para darle auxilio a Dom. No llegaron a tiempo, bajaron por la pendiente lateral y fue imposibles seguirles el paso. Kelly dio la orden de alcanzar el camión para sacar a O'Conner de ahí y volver mientras esperaban la señal de Toretto.

—¿Necesitas transporte?

—Vete con Tej, me llevo el coche.

—Es el mío.

—Debo ir por Dom y la chica— Roman bajó y cerró la puerta tras la rubia.

—Con cuidado— palmeó el coche y la rubia se fue.

—¿No les dije que regresaran?

—¿Qué tal la caída? — se burló mientras quitaba la puerta para sacarlo.

—Nuestro hijo del diablo funcionó.

—Sobreviviste— se encogió de hombros—. ¿Y ella?

***

—Oigan, Hello Kitty desertó.

—No parece una hacker.

—¿Y cómo se ve los hackers?

—Sí, Roman, ilumínanos.

—Se supone que no son así. Por lo general, usan esos extraños anteojos torcidos, tienen espinillas en toda la cara por beber refrescos. Créeme, con un cuerpo así no te quedas detrás de una computadora.

—Mejor, cállate.

—¿Te golpeaste la cabeza? ¿Tienes nauseas? ¿Zumbido en los oídos?

—No, ¿dónde está mi zapato?

—Salió volando cuando chocaron, avísame si sientes alguna de esas cosas, ¿sí?

—No sé si darles las gracias por rescatarme o golpearlos por lanzarme al vacío.

—Caída la que tuvimos antes de encontrarte, o la que tuvo ella con el tanque— sonrió la rubia.

—Agradecernos o golpearnos, ¿eh? — se acercó Dom y tocó el hombro de su prima para que se callara—. ¿Por qué no nos dices dónde está ese artefacto?

—Se lo envié a un amigo por correo, en Abu Dabi.

—Eso fue fácil— dijo Brian—. El otro equipo te hubiera torturado por esa información.

—No todos torturamos— se encogió de hombros, ya que ese no era su estilo.

—No confiaba en ellos, en ustedes sí.

—¿Por qué confías en nosotros? Apenas nos conoces.

—Sé lo suficiente— se acomodó mejor—. Ex policía, militar o algo así, la forma como los eliminaste indica entrenamiento; el chico tecnología, se ofendió por el comentario del hacker, obvio; el alfa, la señora alfa; el camaleón, tu comentario sobre la tortura me dice que te has internado en varias pieles; el bufón.

—No, doble alfa, deleite visual, ¿sí me entiendes?

—Siente tu deleite visual— se burló Tej.

—La falta de respeto abunda por aquí.

—Tú nos das material— se encogió de hombros con una sonrisa triunfal.

—La vida es un código binario, son ceros y unos, solos dos cosas mantienen unido a un grupo como este: el miedo o la lealtad; y no veo una gota de miedo en ustedes.

—Impresionante, solo una cosa, no están casados— dijo Tej.

—¿Estás diciéndome que no puede haber dos alfa en un grupo?

—Dime, ¿dónde has escuchado de dos alfa en el reino animal?

—¿Trabajan para el gobierno? — inquirió la hacker.

—Tenemos intereses similares. Tej, haz la llamada, ¡nos vamos a medio oriente!

La otra TorettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora