La otra Toretto

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—No puede ser— Kelly hizo una mueca de asco.

—Diogo, toma. Isabel, felicidades.

—Gracias— se le veía claramente incómoda.

—Esta noche habrá carrera, ¿no?

—Sí, quizá.

—Por favorcito— dejó de ver a la hermana de la policía para concentrarte en el jefe de familia—. Dominic Toretto, sabía que vendrías a buscarme.

—No caigas en provocaciones.

—Mira quién habla— Leon sonrió a la rubia.

—Lástima que no nos viéramos en Roma, estábamos ocupados. Soy Dante, enchanté— hizo una reverencia como si se levantara el vestido para no tropezar—. Estuviste fantástico, fabuloso, salvó al Vaticano, ¿quién podría? — caminaba lentamente hacia ellos mientras Ashton lo seguía—. De verdad, ¿el Papa? ¿Dios? Por cierto, ¿viste lo que hice? La bola en la ciudad fue en homenaje a mi familia, pero le añadí el fuego— pensaba que era gracioso, luego susurró—. ¿Recuerdas a mi padre?

—Hernán Reyes.

—Sí.

—Recuerdo que pensaba que podía controlar la ciudad, ¿sabes qué pasó? Yo lo vencí.

—No discutamos frente a los niños— acarició el mentón de Kelly—. Tienes toda la razón. Mi padre era un hombre horrible, muy mal padre, pero a mí me agradaba y me lo quitaste cuando nos robaste el dinero y nos dejaste solo sufrimiento.

—Bueno, para eso vine, para ponerle fin a ese sufrimiento y yo no me quedé con el dinero, lo quemé.

—Bueno, Brasil es mío y soy dueño de esta ciudad— la gente comenzó a sacar las pistolas, apuntó a Toretto, así que el lado de Dom hizo lo mismo, los cuatro a su lado no lo hicieron.

—Ustedes creen que pueden comprarlo todo, pero no pueden comprar la calle— Diogo avanzó y dejó las mochilas en medio, luego sacó su pistola y entonces sí lo hicieron Leon, Juliana y Kelly, por lo que Ashton también lo hizo.

—Apoyamos a Dom— dijo el brasileño.

—Bueno, esto es incómodo, ¿qué les parece si nos empezamos a disparar y vemos qué pasa? O hacemos una carrera. Si ganas, me llevas a la policía, si pierdes, no pierdas.

—Todos aquí vinieron a ver una carrera— amartillaron las armas—. ¡A competir!

Todos vitoreraron, la música empezó y lanzaron un par de fuegos artificiales. Todos fueron a la línea de salida. Isabel, Dante, Dom y Diogo. Dante le lanzó un beso a Isabel y está se lo sacudió. Kelly iba a competir y su primo le dijo que no, que esperara junto a Leon y Juliana, quienes tampoco se mostraron muy contentos por no poder correr. Dom y Dante intercambiaron un par de palabras, bueno, Dante demostró su entusiasmo.

—Hora del show— Ashton sacó un paliacate de su bolsillo.

—Muévete, perra—Kelly se lo quitó y avanzó enfrente de los autos—. Esto es Río de Janeiro, cariño, ¿listos? ¡Ya!

Siguió agitando el paliacate en el aire mientras todos se acercaban. León no tenía comunicación con su primo ni Kelly con el suyo. Estaban muy tensos, no se podían contagiar de la euforia de la gente a su alrededor, Kelly vio a Juliana y tenía el mismo pensamiento de angustia. Vieron a Dom chocar a Isabel y acto seguido, el auto de Diogo explotó, parecía que el mundo se detuvo a su alrededor porque lo vieron en cámara lenta, luego a volcarse el auto de Isabel y Ashton gritó emocionado, por lo que Kelly le dio un puñetazo mientras Juliana frenaba a su esposo, no había nada por hacer.

—Se ha ido— lloró Juliana.

***

—Y después hizo ¡pum!, luego hizo ¡pam! Y yo le dije "cállate", y ahora soy el mejor corredor del mundo, así que...

—Cierra la boca.

—¿Te molesto? Estoy haciendo una pedicura aquí, ¿o te molesta no haberte topado a tu ex?

—Para nada.

—Entonces te atraen las rubias.

—Dante— se sentó en su regazo y el susodicho dejó el esmalte.

—Están frescas— refiriéndose a sus uñas.

—Entonces déjame a mí— acarició su pequeña barba y rozó sus labios.

—Hay que volver al trabajo.

—Eres un aguafiestas.

—Tú empezaste. ¿Les quitamos todo el dinero? Gracias por escucharme— se dirigió a los cadáveres—. Bueno, mi casa es su casa. Ashton, nos vamos, tengo que lavar mi pelo.

***

—Eso es lo que no entiendo, ¿por qué nos abandonaría la Agencia después de todo lo que hicimos por ellos? — inquirió Roman—. Ese loco nos culpó a nosotros y somos el enemigo público número uno.

—Bueno, Dom nos va a encontrar en el punto acordado.

—Pero, mientras tanto, hay que mantenernos ocultos y prepararnos para pelear.

—¿O sea que necesitamos armas, artillería, tanques?

—Sí, ¿pero cómo conseguimos todo eso sin dinero?

—¿Qué?

—Nos hackearon.

—Mira el total— todos se acercaron a Tej y vieron la computadora—. Cada centavo que ganamos en los últimos veinte años, se llevó todo.

—Nos atracaron durante nuestro propio atraco.

—Desencripta...

—La cadena de bloques, en eso estoy.

—Así rastreamos la transacción, veamos los IP de recepción.

—En cristiano.

—Rastreamos el dinero, genio, queremos ver a dónde lo mandó, el código es extraordinario, nunca vi nada igual.

—Necesitamos más capacidad de cómputo.

—¿Cómo lo haremos si estamos pobres?

—No digas eso— Roman habló casi con una sonrisa.

***

—¡Rosa! — Kelly abrió la puerta luego de que una de las escoltas confirmara que eran amigos y no hostiles.

—Niña Toretto.

—¿Y el pequeño Nico?

—Tía— ya no era un niño, estaba casi tan grande como Jack.

—Mi niño— Juliana comenzó a llenarlo de besos.

—Por favor pasen, siéntense, ¿tienen hambre?

—Muchas gracias, espero no seamos molestia.

—Claro que no, los esperaba, Jul me avisó que volvieron.

—Tonta.

—Respeta a la madre de tu hijo— levantó el dedo acusador a su esposo.

—Toca bendecir la mesa— dijo Rosa.

—Gracias, Señor, porque mis tíos pudieron venir a visitarme, porque están sanos y salvos, saluda a papá por mí y al tío Jesse— Kelly sonrió a su sobrino con los ojos cristalizados. Besó su sien.

—A comer.

—Provecho.

—Quédense en mi cuarto, yo dormiré con Nico, pediré que traigan un catre.

—No hace falta, que las chicas se queden en tu cuarto y yo en la sala— se apresuró Leon.

—Perfecto, ya saben que tengo custodios, tengan cuidado al salir.

—Nos iremos temprano.

—Les prepararé el desayuno en la mañana— dijo Rosa antes de entrar a la habitación, su hijo abrazó a cada uno de los visitantes, luego siguió a su madre.