La otra Toretto

44

Berlín

Una serie de explosiones inundaron el lugar y lo coches salieron disparados. Esta vez no iba en el copiloto con Roman, sino que iba en su propio coche, la última misión la había excitado a ese nivel, a querer tomar el volante de nuevo. La distracción de su ex se alió de las manos, Tej cuestionaba por el número de explosivos y la rubia se reía de la cifra. Dom y Hobbs iban a la cabeza con la señora Alfa y el camaleón detrás, en último lugar Tej y Roman, la hacker iba de copiloto del primero.

—Roman, hicimos volar sus instalaciones y robamos su arma— dijo Hobbs—. Sin contar el dedo de tu médico, yo creo que no podría ser más personal.

—¡Fase dos! — exclamaron los Toretto.

—¿Fase dos? ¿No pensabas decirnos nada? ¿Qué pasó con la fase uno? ¿Qué hay de esa parte?

—Ya pasamos por esto, Roman— se quejó Kelly.

—¿Recuerdas lo del avión? ¿Cuando todos salieron menos tú?

—Te dije que mi motor se pasmó.

—Tus pelotas se pasmaron.

—Solo síganme, ¿sí? Y, Roman, pase lo que pase, no pienses.

—Tej, suéltala— dijo Dom.

—Bombas fuera.

Dom dio la orden y se separaron para que la bola de demolición pasara entre ellos y golpeara a todos los que los perseguían. Escuchaba en el comunicador a Tej y Roman pelear, las burlas del hacker y las órdenes de Hobbs, la pregunta temerosa de Letty, y de pronto estática—. Kelly.

—Lo sé.

—Te veré del otro lado.

—No te despidas— susurró antes de que su primo la sacara del camino, su auto dio varias vueltas antes de perderse entre los árboles y la maleza, sabía que sus costillas lo resentirían de nuevo, apenas alcanzó a sujetarse para no sufrir mayor daño; cuando Hobbs fue a ver qué pasaba, también lo golpeó y robó el artefacto—. ¡Hobbs!

—Ese hijo de puta nos traicionó, Roman, Kelly está atrapada, sácala de aquí, ya viene la policía.

—¿Qué?

—¿De qué hablas?

—Dom tomó el arma. Dominic Toretto acaba de traicionarnos.

—¿Dónde está Kelly?

—Ya les mandé la ubicación, apresúrense, ya es tarde para mí.

***

—Estoy bien.

—Esa contusión no dice lo mismo.

—Solo es un poco de sangre.

—Ven— reprendió Roman.

—Aquí tengo sus registros telefónicos, hay muchas llamadas a números no rastreables, y un par a Toretto.

—No me mires así.

—¿Qué pasó?

—No lo sé.

—Cuando estamos de luna de miel, él no te llama. ¡Sabes qué pasó!

—Letty, no me trates como si fuera el enemigo.

—No conozco a Dom tan bien, pero, si vemos lo que tenemos, Dom sostuvo conversaciones altamente cifradas con una persona misteriosa.

—No tiene una amante, si es lo que te preocupa.

—Entonces sí sabes.

—Sé que Gisele le coqueteó, cuando creíamos que estabas muerta, pero ni así cedió ante otra mujer. Te ama por encima de todo.

—Neutralizó a Hobbs— Ramsey seguía hablando con los otros dos—. Robó un arma de pulsos E. M. y desapareció.

—¿Qué quieres decir?

—Debemos considerar que Hobbs tenga razón. Dom nos traicionó.

—Letty— la pelinegra empujó a su cuñada y apenas fue frenada por Roman.

—Antes de que juzgues a ese hombre, recuerda que ahora estás respirando porque te salvó la vida.

—Oye.

—No me contestes, si no quieres.

—Sé lo mismo que tú, me preocupa que algo malo traiga entre manos y no podamos ayudarlo, pero tratar a Ramsey así, no es la solución.