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—Oigan, tenemos un problema— llamó Mía.

—Boletineraron a todo el equipo.

—Ahora nos buscan... Kelly, también a ti— dijo con miedo en la voz. La rubia detuvo la marcha y repasó todas las veces que fue cuidadosa, ninguna cámara la había visto, o quizá fue como con el auto.

—Oye...

—Nunca me había pasado.

—Estaremos bien.

—No es mi primer crimen, pero sí la primera vez que estoy en un cartel de "se busca". Procuraba cuidarme por mi hermano, pero traté de hacerme invisible.

—¿Por qué no me lo habías dicho?

—No es algo que divulgue por ahí.

—Necesitas espacio para respirar.

—Roman tiene razón— dijo Dom. Llegaron a una de las fiestas de Leon, quien la recibió con una cerveza y un abrazo, se limitó al ver que alguien se aproximaba a ella de forma autoritaria. Dom lo reprendió con la mirada y Roman frenó. Kelly tomó la mano del hombre y avanzó hacia donde Leon les había reservado una zona.

—¿Y él quién es?

—El mejor amigo de mi hermano.

—¿Está por aquí?

—Cuando terminemos el trabajo, te llevo a que lo conozcas.

—Ah, entonces ya vamos así de enserio.

—No lo sé, ¿vamos? — sonrió con coquetería.

—Claro que sí— la tomó del mentón para besarla.

—Ven, no te pongas celoso.

—No estoy celoso, solo...

—Claro que sí— se carcajeó.

—Bueno, besaste a dos sujetos enfrente de mí.

—Y a Gisele cuando no veías, ¿pero eso qué tiene que ver? Tú le coqueteaste a la flaca enfrente de mí.

—En mi defensa, no te había visto.

—Que excusa tan barata— volvió a reír, él la aprisionó entre sus brazos y ella lo abrazó por el cuello, luego lo sintió respirando su aroma.

—Si dices que es pasado, yo te creo.

—¿Qué gano mintiéndote?

—¿Qué piensas de quedarte conmigo?

—Claro que sí— Roman comenzó a dejar besos en su hombro—, después de todo, este trabajo suena a mucho sexo.

—Oigan tortolos— se rio Han.

—¡Toretto! Quedas arrestado— dijo Hobbs.

—¿Arrestado? No siento que esté arrestado.

—Denle un minuto, ya lo sentirá.

—No matamos a esos agentes, fue Reyes— dijo Brian.

—No me importa— espetó Hobbs—, arrestaré a dos idiotas que están en mi lista.

—Todo un héroe, encanto— dijo Kelly parada entre su primo y su cuñado.

—Claro que sí, un ex policía que no cumplió su juramento, un imbécil muy rudo que casi mata a golpes a un hombre con una llave, sin olvidar a Jezabel, la gran ramera de Los Angeles...— Roman iba a intervenir y la rubia lo detuvo—. Muy rudos. Dense la vuelta y pongan las manos en la espalda.

—No lo creo— avanzó Dom.

—Tu error es creer que tienes alternativa— su pelotón amartilló las armas y Leon se posicionó a lado de su Jezabel.

—¿Y tu error? Pensar que estás en E.U.A. estás muy lejos de casa, ¡esto es Brsail! — alzó los brazos y todos en la fiesta apuntaron a los recién llegados. Jezabel sonrió triunfal.

—Vámonos, jefe, otro día. Es demasiada presión.

—Ya los encontraré, Toretto.

—Cuando quieras, policía— dijo la cabeza de la familia.

—Gracias, cariño— Leon recibió los brazos de la rubia y todos volvieron a la fiesta.

—Cuando quieras— le guiñó el ojo.

—Él es, ¿no es así? Tienen historia juntos.

—Creí que nada de celos.

—No son celos...

—Pero...

—¿Por qué dejarlo?

—Las circunstancias hicieron que nos separáramos, solo eso. No hubo ni habrá un cierre... no te sientas amenazado por una sombra del pasado, porque eso es, sino no te hubiera abierto las piernas.

—Espera— rodeó el auto, le abrió la puerta y tendió la mano para ayudarla a bajar. Kelly aceptó y le acarició la mejilla antes de que él aprisionara sus labios con fuerza.

—Eso me encanta de ti, bufón.

—Cerca, pero no lo suficiente— dijo Gisele.

—No es suficiente tiempo— dijo Han—, solo le ganaremos a las cámaras con autos invisibles.

—Y sé dónde conseguirlos... Toretto.

—Yo conduzco— dijo la rubia emocionada. Llevó a Roman, Han, Dom y Brian en la camioneta hasta una estación de policía. Roman le dio una nalgada antes de subir al coche. Antes de bajar, se besaron y ella siguió su camino hasta la guarida.

La otra TorettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora