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—Dom no dijo que vendrías acompañada

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—Dom no dijo que vendrías acompañada.

—¿Nos podemos quedar?

—Ni lo preguntes, somos familia— Leon la abrazó, la reconfortó y la amó una vez más. Deckard carraspeó.

—Deckard Shaw, él es León Strong...

—El esposo de la Ramera de Los Ángeles.

—La Ramera murió hace mucho— dijo Leon aceptando la mano que le extendieron—. ¿Nos vamos?

—Después de ti— abrió la puerta trasera para que ella subiera y se subió al copiloto.

—¿Juliana está aquí?

—No es para menos, Dom nos llamó y ella está preparando tu... las habitaciones.

—Con una basta— sonrió.

—¡Viniste! — la envolvió y besó todo su rostro.

—No fuiste a recibirme— hizo un puchero.

—Creí que aún te encontraría en el mismo estado que en Londres.

—He mejorado, muchas gracias.

—¿Y quién es este dios?

—Deckard, adivina— soltó una risilla— es británico.

—Bienvenido a Río.

—No pareces una Toretto.

—Ella controla ahora Los Angeles y Río.

—No le digas todas mis cartas.

—¿Te parece si hablamos en privado?

—Claro.

—Puedes dejar la maleta arriba, voy en un momento.

—Te veo en un momento— se besaron antes de que fueran en direcciones contrarias.

—¿Por qué no usas tu anillo?

—¿Cómo lo...?

—¿Crees que no me iba a dar cuenta que te casaste con Leon?

—¿No estás molesta?

—Eres mi mejor amiga, no me molestará cualquier cosa que te haga feliz— la abrazó— además, lo nuestro terminó desde que marchamos de casa.

—Pero se vieron cuando vivieron aquí.

—¿Ya estaban juntos?

—No, se lo propuse, pero volviste y tuve miedo.

—¿A qué? Estoy segura que te hace tan feliz.

—Que no quede duda.

—Lo sé, lo conozco, sé que hará todo lo que esté en su mano y fuera de ello para cuidarte y amarte.

—¿Por eso viniste?

—No sabía que Dom y Deckard habían planeado esto.

—¿Estás nerviosa?

—¿Por qué? — giró a su nuevo interlocutor.

—Deckard quiere hablar con nosotros.

—Entonces vamos.

—Prepararé la cena— Juliana besó la mejilla de su amiga, de su esposo y entró a la cocina mientras ellos iban a la sala.

—¿Qué pasa?

—Se lo pregunté a Dom y dijo que viniéramos para acá, no entendía hasta que he visto que ustedes dos se aman...

—¿Qué pasa, Shaw? — no sabía si temer lo que venía porque él no abandonaba su rostro serio.

—¿Qué significa Kelly para ti?

—Lo es todo— Leon no dudó ni un momento.

—Tu esposa está en la otra habitación,

—Y mi respuesta es la misma, porque Kelly y yo no terminemos porque hayamos dejado de amarnos, sino por las circunstancias y todo por lo que lidiamos en ese momento— los ojos de la rubia se cristalizaron ante aquello, Deckard ya lo intuía.

—¿Te quieres casar conmigo?

La otra TorettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora