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—¿Quieren una?

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—¿Quieren una?

—Prefiero la Corona— Don Nadie sacó una cubeta, los primos intercambiaron miradas y él abrió una para la chica antes de abrir otra para sí.

—Tu expediente no solo es detallado, es entretenido.

—Lo sé, ¿quién se lo podría imaginar? — se burló la rubia.

—El suyo me lo dio Hobbs, nuestro amigo en común; ¿segura que no es una vendetta para ti?

—Puedo mantenerme en el objetivo— dijo restándole importancia.

—El poder de Shaw es ser una sombra, es muy bueno entrando y saliendo sin ser visto mientras deja un rastro de cadáveres en el proceso. Es un auténtico inglés desgraciado— empezaron a caminar por el taller—. Para ser honesto, Toretto, Deckard Shaw no me importa. Los quiero a ustedes, la familia es importante y tú no haces nada sin ella, porque juntos podemos obtener lo que queremos.

—Te escucho— dijeron ambos a la par.

—Recientemente un grupo liderado por un terrorista llamado Mose Jakande secuestró a un hacker llamada Ramsaey. Estados Unidos está muy alterado por eso, y con justa razón porque Ramsey creó algo muy interesante: te presento al Ojo de Dios, esta cosa entra a todo lo que esté en la red digital, celulares, satélites, cajeros automáticos y computadoras; simultáneamente, si tiene micrófono o lente lo usará.

—Nos invitaste para mostrar un artefacto de rastreo...

—Con esteroides, muchos. Se los explicaré así— habló antes de que la rubia también objetara—. Nos llevó casi una década encontrar a Osama bin Laden, con esto lo habríamos localizado en un par de horas, es una increíble máquina, terrible en manos equivocadas; pero por motivos políticos, cualquier plan de rescate que involucre al gobierno está estrictamente descartado. Por eso los necesito.

—¿Y nosotros por qué lo necesitamos? — sonrió la rubia excitada por todo lo que tenía para atraparlo.

—Podría salir, disfrutar de las Coronas y dejar que venga a mí— dijo Dom.

—Podrías hacerlo, ¿te ha funcionado hasta ahora? Tienen un amigo bajo tierra y otro en el hospital, luego está la bomba que destruyó su hogar— la rubia torció los labios mientras Don Nadie hablaba—. Shaw vive en un mundo que no respeta sus reglas. ¿Cómo se mata a una sombra? Ilumínala: si consigues el Ojo de Dios, tengo autorización para que lo usen hasta que atrapen a Shaw.

—Pasaremos de ser presa a cazador, ese es nuestro lugar en la cadena alimenticia— dijo Kelly con orgullo y su primo le sonrió con coquetería.

—Encuentren a Ramsey y encontrarán a Shaw. ¿Qué te parece, Toretto?

—Creo que ya sabes lo que haré, con mi equipo y a mi manera.

—Creí que dirías eso.

—Esto es una locura, ¿qué sucede? — inquirió Tej una vez empezaron a bajar de las camionetas. Kelly corrió hasta encontrarse con sus amigos y los saludó a todos, el técnico le preguntó directamente y la rubia los dirigió hasta el área asignada hasta que Roman la jaló.

—Hola— susurró ella.

—Con respecto a lo que pasó en México...

—Sinceramente no he pensado en eso, ha habido muchos problemas para mí y para Dom que...

—Perdón si te ofendí.

—No pasó nada.

—¿Segura?

—Estamos bien, ¿no?

—Pero no juntos.

—Quizá nos precipitamos en hacerlo formal cuando solo era mucho sexo.

—¿Qué pasó en tu misión encubierto?

—Lo que pasó entre Kendra y Owen no tiene nada que ver conmigo, estoy bien.

—¿Cómo llevas lo de Giselle y ahora Han?

—¿Lo hablamos después de este trabajo con una cerveza en mi bar favorito?

—Inteligencia sugiere que Ramsey será transportada en un convoy armado a través de las montañas del Cáucaso. Si salen de las montañas y llegan a su destino, la perdemos para siempre.

—Déjame ver si entendí, solo hay un camino para entrar o salir, precipicios de los dos lados, ¿y un convoy del infierno protegido por un ejército a un kilómetro y medio en cada dirección? — inquirió Roman.

—Sí, algo así.

—¿Es todo?

—No, no es todo. Cuando me pidieron entrar a una comisaría, acepté.

—De hecho, no— se rió la rubia.

—Luego me pidieron detener un tanque, no me gustó, pero lo hice— la rubia trataba de contenerse, Tej no lo escuchaba, Brian y Dom intercambiaban miradas—, luego tuvieron la brillante idea de derribar uno de los aviones más poderosos del mundo. Tiré esa cosa del cielo.

—Cariño, no podemos pasar por eso cada que tenemos una misión— se tocó el puente.

—No fue nada, pero esta, amigo, es la idea más tonta del mundo.

—No, solo derribó a Denis en el baile— dijo Brian.

—Tengo un raro sabor en la boca— lo tomó del hombro mientras fingía degustar algo—, creo que ya lo he probado antes, creo que, en Río, luego de que te sabrosearas a las piernas largas— Tej no aguantó la carcajada.

—No están entendiendo mi punto, solo digo que estoy harto de que los demás tomen las decisiones— Dom torció la boca al ver que todos los niños peleaban entre ellos—. Esta vez, yo dirijo, es enserio. Si no tomo las decisiones, me largo.

—Entonces, Roman, ¿qué piensas?

—No quería comenzar a liderar ahora, ¿saben? — la carcajada de Kelly fue contagiada a Brian, Tej y uno de los soldados.

—Ya es tarde, niño bonito, debemos empezar ya.

—Ataquemos aquí.

—No pienso que...

—No, no pienses, es mi trabajo.

'—Bien, es imposible atacar allí, es el punto más seguro de la montaña. ¿Por qué? Porque no se puede acceder.

—Por eso es ideal, no esperarán que ataquemos por allí.

—Aunque odie aceptarlo, tiene un buen punto— dijo Brian.

—¿Qué te parece, Dom? — terció Tej.

—Creo que tenemos un plan— volteó a ver a su prima y ella asintió.

—Razonamiento ilógico, me gusta— Don Nadie dio por terminada esa discusión.

—¿Cómo piensas llegar ahí? — inquirió de nuevo el soldado ampliando el mapa para mostrar lo complicado del plan.

—Tal vez tenga un plan para eso— pensó Tej.

—Cuando leí el expediente, me sorprendí lo mucho que lograste, pero ahora que los conozco, debo decir que tienes un don— le susurró antes comenzar a alejarse—. Siéntanse como en casa, aquí en mi taller, creo que nuestros autos les parecerán muy atractivos y su equipo ya está completo.

—¡Brian! Necesitaremos suspensión especial para el viaje, con diferenciales de máxima tracción. ¡Tej! Quiero que hagas un hijo del diablo entre ese y ese.

—Es mucha armadura, aumentará el peso, eso solo te retrasará...

—Esta vez no solo debemos ser rápidos.

La otra TorettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora