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—¿Qué vamos a hacer después de la carrera?

—Tú siempre tienes planes para después.

—Claro que sí— decía mientras la besaba.

—No podría ser de otra forma— sonrió sobre sus labios.

—¿Qué dices?

—Podríamos quedarnos a ver el amanecer cuando todos se hayan ido.

—¿Le vas a decir a Jesse?

En cierta forma él entendía esa parte. Jesse era su mejor amigo a pesar de ser mayor y Kelly agradecía que tuviera a alguien como él en su vida, que lo cuidara y lo apoyara. Para algunos quizá no fue correcto que iniciara una relación con él, pero León despertaba ciertas sensaciones en ella que otros no lograron antes. Estaban abrazados, sudados, con sus cuerpos desnudos disfrutando del tacto del otro. La rubia se acomodó mejor en la cama y él recargado en su pecho mientras le acariciaba el cabello.

—Siempre lo llevamos con nosotros, ¿qué pregunta es esa?

—Quisiera algo de privacidad contigo.

—¿No es lo que tenemos ahora mismo?

—Más privacidad.

—¿Te gustaría que tuviéramos un espacio para nosotros solos?

—Después de este golpe, podré comprarles a ti y a Jesse una casa.

—¿Vamos a jugar a la casita feliz? ¿Seremos mamá y papá?

—De un rubio que le gusta inventar cosas.

—Me encantas, ¿lo sabes, no? — lo atrajo para besarlo de nuevo.

—Hablo enserio, Kelly, ¿por qué no dar el siguiente paso?

—¿Ya estamos listos?

—No podemos depender de que Mía nos haga el desayuno todos los días.

—Bueno, hagámoslo.

—Después del golpe, nos iremos de luna de miel.

***

—¿Dónde estabas, niño bonito?

—Dom me pidió que los llevara.

—¿Sin consultarme?

—Pero me lo pidió...

—León...

—Sí, me llamó.

—Bien, alisten sus cosas para ir al desierto.

—Es temprano— se quejó Jesse.

—Iremos al golpe, así que las cosas deben quedarse listas para partir.

—Ya oíste a la patrona— le tendió una cerveza a cada uno antes de besar el hombro de la rubia.

—Váyanse al cuarto— les aventó el cojín de la sala.

***

Amanecía, Kelly terminaba de subir sus cosas a la cajuela y a la casa rodante, Jesse iba en su coche y la rubia, como de costumbre, de copiloto de Leon. Fueron los primeros en llegar, con su asador, con su lona en forma de globo, bajaron las sillas y hieleras. Todos la saludaban mientras comenzaban a llegar a su campamento. Bebía su cerveza cuando Leon la besó y se fue a una carrera, al poco volvió con el dinero que ganó y se lo entregó a Kelly para que lo guardara.

—Jesse va a entrar.

—¿Dom lo autorizó?

—Voy a dar una vuelta en su coche.

—Buscaré a mi hermano.

—Apostaré el auto.

—¿Qué auto? ¿El Jetta?

—Sí.

—¿Apostarás el auto de tu papá? ¿Qué piensa Kelly al respecto?

—Tranquilo, no perderé. Este tonto correrá con un Honda 2000. Ganaré. Así, llevaremos de paseo a mi padre cuando salga de la cárcel.

—Tu padre volverá a prisión cuando te asesine.

—Me toca.

—¿A dónde crees que vas?

—Me toca correr.

—¿Cuánto hay en juego?

—El coche de papá.

—¿Mi coche? ¿Por qué no me dijiste?

—Visualiza la victoria, Jesse, visualiza la victoria— dijo Leon al salir del auto y ceder el paso a su cuñado.

—¡León! — reprendió Kelly.

—Enserio, escúchame— seguía Leon.

—Jesse, no lo hagas— dijo Brian.

—Bájalo, lo conduciré yo— dijo Kelly.

—Hay más de cien mil dólares bajo el capó— dijo Brian.

—Va a ganar, vamos— León la llevó hacia atrás. Los vio acelerar y comenzó a morderse las uñas de los nervios, lo vio encender el nitro antes de tiempo.

—¿A dónde va?

—Dom, tenemos un problema— dijo Leon.

—Apostó el auto contra Tran— a la rubia le tembló la voz.

—Mejor tráeme mi auto, niña.

—¿Que te traiga tu auto? — se giró a verlo.

—No estamos en tu barrio— dijo Dom.

—¡Toretto! — se aproximó a la rubia y Leon lo derribó de un puñetazo. Kelly y Letty no se quedaron atrás, también respondieron a los golpes a quienes se acercaban.

—¡No vayas! Te pido que no vayas— sollozó Mía, en mitad de la noche, iban a dejar la carrera. Kelly tenía la cara hinchada de llorar, de desesperación por no encontrara a su hermano—. Esto lo haces por ti— Leon abrió la puerta a la rubia para que subiera al auto.

—Tengo un mal presentimiento— dijo después de que él le besara la mano.

—Algo anda mal, tu hermana tenía razón— dijo Leon.

—No deberíamos hacerlo sin Jesse— dijo Letty.

—Es el golpe que esperamos hace tres meses— dijo Dom— después de esto, tomaremos unas largas vacaciones. Vamos.

—Eso espero— dijo Leon, Kelly lo tomó del rostro y él la besó.

—Leon, Kelly, atentos a la radio policial— dijo Dom.

—A la orden— sonrió y subió.

León y ella iban hasta atrás, él conducía mientras ella disfrutaba de verlo. Dom fue hasta enfrente, con Vince de copiloto, pues él subiría. Kelly anunció el nulo movimiento de la policía y Dom dijo lo de la escopeta. Letty aceleró para distraer al conductor. León y Kelly no podían ver nada desde atrás. El trailero seguía disparando y Letty intentó chocarlo, así que Leon dio la vuelta y volvió por la pelinegra. Kelly se deslizó debajo del auto para sacar a su cuñada. León la jaló y la llevó con cuidado al auto, estaba muy herida.

La otra TorettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora