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—Tenemos que ayudarlos.

—No, necesitamos un plan— Han la frenó.

—Dom no puede volver a prisión, Mía no puede parir ahí a su hijo.

—Kelly, escucha...

—¡Ellos son todo lo que me queda! — Roman la abrazó porque ella no quería que la vieran llorar y él entendió por qué se sentía así de vulnerable.

—¡Toretto!

—¿Dom?

—Vamos de vuelta.

—Ay, gracias al cielo— suspiró aliviada.

—Necesito que botiquín quirúrgico.

—¿Cuántas balas?

—Tres, signos vitales débiles, no hay herida de salida— dijo Brian revisando la zona. Pero al llegar, la camioneta no iba a gran velocidad, tardaron en bajar y, tanto Han como Kelly frenaron, Dom y Hobbs cargaban un cuerpo hasta la mesa.

—No...— sollozó de vuelta. Pidió con la mirada un momento a solas. Tomó una manta para cubrirlo, nadie debía ver cómo quedó luego del altercado—. Querido Vince, tú también te fuiste muy pronto— secó las lágrimas silenciosas—. Promete que cuidarás de Jesse y yo me aseguraré que no le falte nada a tu hijo.

—Siempre fuiste mi hermano— dijo Dom cuando se quedó solo, al igual que su prima, se persignó, pero él lo tapó—. Ahora yo cuidaré a Nico.

—Sé que es difícil...— Dom se abalanzó sobre ella y ambos se mantuvieron en silencio, todos los veían en espera de una respuesta.

—Vamonos, no tenemos mucho tiempo— dijo Dom.

—Conseguí un vuelo— dijo Han—, sale en las próximas cinco horas.

—No para huir, para terminar el trabajo.

—¿Está loco, Dom? No se puede.

—Es una misión suicida, es tu amigo quien está en la mesa— Kelly intentó frenarlo, pero lo dijo y volvió a derramar lágrimas—. El plan fracasó , no podemos hacerlo, ¡Reyes sabe que iremos!

—Por eso hay que ir— dijo Kelly.

—No...

—Tiene razón, triplicaron la seguridad en la jefatura, habrá un muro de disparos— dijo Tej viendo a los primos.

—Reyes no se saldrá con la suya.

—Es una trampa y lo saben.

—Dom, escúchalos, puedes huir...

—Huir no da libertad, deberías saberlo— luego se giró al equipo—. Nadie está obligado a quedarse.

—Yo voy— habló Hobbs—, iré contigo, Toretto, hasta que acabemos con ese imbécil.

—¿Cuál es el plan, Dom? No hay que escabullirnos dijo Brian.

—No será necesario. El dinero es lo único que le importa. Si lo conseguimos, vendrá a nosotros.

—Te veo del otro lado— besó la comisura de sus labios.

—¿Qué beso es ese? — lo atrajo hacia sí y aprisionó sus labios con fuerza, ambos jadearon en medio del beso—, vuelve en una pieza.

—¿Tú no irás?

—Sino quién cuidará de ti, niña— sonrió una vez que estuvieron solas—, igual, ya llamé a la artillería pesada.

—De frente, dos calles— habló Mía por el radio—. El plan funcionó, tienen a todos los policías corruptos de Río en sus talones.

—¡Rápido!

—¿La mejor ruta?

—Sigan la misma ruta por 800 metros hasta Fonseca, luego a la izquierda.

—Lo que daría por conducir esos autos.

—Escucho reportes en la radio, ¿atravesaron un banco?

—Y no me invitaron.

—Callejón a la izquierda. Por el sur se acerca un grupo grande, tiene que hacer algo.

—Canal 2, ya deberían haber llegado.

—Pasamos por unas hamburguesas.

—Espero aquí la mía con extra aderezo.

—Los veré del otro lado.

—Acaban de crear una ventaja de diez segundos, aprovéchenlos.

—Voy por el resto.

—¿Alguien pidió una carroza?

—Yo conduzco, tú cuida de ella.

—Hecho— le besó la mejilla antes de entrar en la bodega.

—¿Ya la podemos abrir?

—No.

—¿Y ahora?

—Debemos esperar a que lleguen los demás.

—Oh, vamos, eres un aguafiestas.

—No, soy el técnico.

—Eres un nerd.

—Este nerd sacará de aquí tus once millones, así que déjame trabajar.

—Me callo— sonrió Kelly bajando del coche. Despidió a Leon con una simple mirada antes de que marchara. Pronto llegaron Giselle y los latinos. Han y Roman ya estaban ahí.

—Mírame, en una pieza— se acercó Pearce y la rubia le brincó encima para besarlo. Por poco caen, pero él la bajó y ambos se sonrieron.

—Sabía que podías.

—Perfecto, ¡mira toda esa fortuna!

—¡Sí!

—Somos ricos.

La otra TorettoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora