*Basada en la saga Rápidos y Furiosos*
El señor Toretto murió en un accidente de carreras, Jakob huyó y Dom fue enviado preso, así que Kelly se vuelve la cabeza de familia. Ahora que están reunidos todos los Toretto, compiten en carreras callejeras...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—La guerra se avecina, nos guste o no. Pero si nos espera una guerra, la enfrentaremos en las calles que conocemos— sentenció Dom luego de dejar a Don Nadie, Kelly iba al volante y Brian en el copiloto.
***
—Me gusta improvisar, pero esto es una locura.
—No puedo creer que te escucho decir esto dos veces por misión— se quejó Kelly.
—Ojalá sea la última— ironizó Tej.
—Son mercenarios con gran armamento.
—¿No fuiste tú quien derribó un avión?
—Pero no tengo ni una pistola.
—¿Pistola? Tenemos una ciudad entera— intervino Dom.
—Y tal vez tengamos más que eso, si usan el Ojo de Dios— dijo Tej—. Entrarán a las cámaras para localizarnos. Por lo que podríamos plantar un virus.
—Y entrar cuando accedan a él— dijo Ramsey—. Quieres hackear mi dispositivo de hacheo. Brillante.
—Sí, pero hay un problema— Tej puntualizó—. La fuerza de la señal, no podemos hackearlos a más de cinco kilómetros.
—Es demasiado cerca— habló Letty.
—¿Cerca? Son militares, a cinco kilómetros nos matarán. No sé qué opinan, pero yo no planeaba morir hoy— revisó su reloj.
—Debemos correr con Ramsey— dijo Brian lo que los Toretto ya habían pensado.
—¿Qué?
—Debemos movernos.
—Yo iré tras Shaw.
—¿Quieres que sea tu respaldo?
—No, camaleón— acomodó su cabello rubio—, debes ayudar a los muchachos.
—Sabes que me pondría en medio de la bala y tú.
—Y es lo que quiero evitar.
—No quiero perder otro hermano.
—Por favor no te despidas.
—¿Qué pasó aquella vez?
—Volviste...
—Esta vez lo haré— sonrió con ternura, luego la pelinegra se acercó—. Los dejaré solos— le acarició la mano a ella.
***
—Corre, pero con cuidado.
—¿Nos vemos en la meta?
—Dalo por hecho— entrelazó sus manos.
—No mueras.
—Te amo, Kelly.
—Y yo a ti, Roman— este le besó la frente y la dejó marchar.
