La otra Toretto

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Ahora las cosas eran complicadas, su madre murió dando a luz a su hermano menor, Jesse, su padre fue llevado a prisión. Siempre cuidó del pequeño por padecer déficit de atención. El pequeño encontró una forma curiosa de terapia, le gustaba ver a su padre reparar coches. En cambio, Kelly, vivía quitada de la pena, siempre y cuando nadie se metiera con su hermano. Le gustaba vestir de forma que no llamara la atención, para ella era mejor pasar desapercibida. Un día, Jesse le presentó a un amigo, León, la rubia lo recibió bien para su repentina llegada. Los padres de ambos se hicieron cercanos y, eventualmente, la madre de León le enseñó a Kelly lo esencial para sobrevivir detrás del volante.

Creyendo que se forjaba una mejor relación, fue un golpe duro cuando la madre de León lo abandonó. El padre de los hermanos se hizo cargo del joven. León y Kelly defendían al menor de los tres. No dejó de ser así con el arresto del padre, al contrario, se afianzó más, pronto los hermanos llegaron a vivir a casa de sus primos Dominic y Mía Toretto, llevando consigo a su mejor amigo. Donde el equipo se terminó de unir al conocer a Vince y Letty. El padre de sus primos murió cuando su coche se impactó en una pared a 120 millas por hora y estalló en llamas.

Al ser los mayores, Dominic y Kelly fueron a encarar a Linder, la rubia le rompió la nariz a puños, pero no era suficiente para el mayor de los primos, así que tomó una llave inglesa y tenía la intención de golpearlo una vez, mas perdió el control y siguió atacando al conductor hasta que ya no pudo levantar el brazo. Dominic fue expulsado de las pistas de por vida, también lo enviaron a la prisión de Lompoc e hizo lo posible para que no se llevaran a su prima a tener el mismo destino, pues, durante sus dos años en la prisión, ella fue la cabeza de la familia. A su regreso, ambos cuidaban de su equipo.