Penny
Aunque me pusiera la alarma 7:30, yo ya estaba despierta. Me despertaba 7:28, esperaba a que sonara y la apagaba.
Me levantaba, iba hasta el baño para lavarme la cara y volvía a mi cuarto para cambiarme y empezar el día, obviamente, fijandome el clima antes. Amaba las polleras, sean como sean, ocasionalmente usaba jeans también, pero sentía que esa era mi marca personal y no quería cambiarla.
Me recogí la mitad del pelo para atrás, me puse máscara de pestañas y bajé la escalera con mi mochila en el hombro.
-Hola, mi amor.
-Buen día, hija.
-Hola- saludé con una sonrisa.
Ya estaban mis padres tomando cafés en la mesa de la cocina. Yo por mi parte, me hice un té, dos tostadas con queso y me senté con ellos.
Generalmente, hablábamos de diferentes cosas, quizás alguna noticia que mi papá veía en el celular, del trabajo de los dos o de mí.
Mi mamá, es como mi mejor amiga, le cuento absolutamente todo lo que me pasa y creo que nunca me he peleado con ella. Trabaja en una peluquería y hace manicura cuando tiene tiempo. Ama el estilo, supongo que de ahí lo saqué.
Mi papá, por otro lado, es simplemente la persona más feliz del mundo, siempre está sonriendo sin importar que. También soy bastante compinche con él, me hace reír siempre. Es arquitecto y trabaja en una empresa dibujando bocetos y demás.
Cuando terminamos de desayunar, mi papá agarró las llaves y ambos nos dirigimos al auto. Él siempre me llevaba a la escuela.
-¿Emocionada por el último año?- me preguntó.
-Supongo- solté una risa. Pero, en realidad, no sabía como sentía y eso me estaba poniendo bastante nerviosa, muy nerviosa.
Soy una persona que se anticipa a todo. Me gusta que nada me sorprenda. Me gusta planear y hacer sin cambios. Me gusta ser organizada. Y este año, la verdad, es que es lo opuesto a todas esas cosas, justamente, porque es el último de la secundaria y todo cambiará otra vez el año que viene. Y no me estoy anticipando a ese cambio.
Minutos después, llegamos a mi destino y me bajé del auto saludando a mi papá con una sonrisa. Subí las escaleras, junto con otros alumnos más y entré, viendo mi horario.
Sonreí, al ver que la primer asignatura de hoy, era literatura. Creo que es mi materia favorita, me gusta mucho leer, no que sea un ratón de biblioteca, pero me gusta sumergirme en un libro de vez en cuando. Aunque, últimamente estaba teniendo eso que le llaman "bloqueo de lector". Hacía mucho que no me sentaba y me iluiosnaba con un libro, me costaba.
-Hola, bebé- escuché, en conjunto con un brazo en mi hombro y un beso en la mejilla.
Sonriendo aún más, lo miré.
-Hola- contesté, embobada con su lindura.
Gabe Torrance, el chico más hermoso que he visto en mi vida, probablemente. Era tan atento y amable conmigo. Gustaba de mí, tanto como yo de él. Éramos pareja oficialmente, hace más o menos dos meses. Fuimos compañeros todo el año pasado en álgebra y no podía parar de mirarlo. En verano, empezamos a salir "como amigos", pero ya me veía venir algo más, y así fue.
-¡Genial! Tenemos literatura juntos- exclamó feliz viendo mi horario.
Me detuve en el medio del pasillo, solo para plantarle un beso en los labios esta vez, de unos segundos.
-Nos vemos, entonces- le dije y me guiñó un ojo para alejarse unos metros saludando a sus amigos.
-¡El baile! ¡Fiestas! ¡Graduarse con las togas! ¡Certificados! ¡Libertad! ¡Chicos lindos!- exclamó Faith apareciendo a mi lado, emocionadísima- ¿No amas lo que este año nos depara, Penny?- preguntó mirando al más allá, como si estuviera viéndolo todo.
Envidiaba a mi mejor amiga, siempre lo hice. Tan intranquila con la vida, tan positiva, viendo el lado bueno de absolutamente todo, se entusiasma y agradece las más mínimas cosas. Amaría ver el mundo como ella lo ve, pero no puedo.
Nos volvimos amigas en el primer año de secundaria. La conocía de algunas clases, pero nunca habíamos hablado realmente hasta ese momento. Estaba tan asustada porque no podía anticipar nada, pero ella estuvo ahí primero que nadie, haciéndome ver lo lindo de la situación.
Gracias a ella, mi ansiedad disminuye.
-Definitivamente si, si lo miras así- hablé con sinceridad.
-¿Estás lista, entonces, para el mejor año de nuestras vidas?- preguntó con una sonrisa. Un poco exagerada, a veces, pero es parte de su emoción.
Para nada.
-Claro.
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Cartas de amor a escritores 📖
Teen FictionEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...