Penny
-¿Dónde está tu cicatriz?- le pregunté a Billy, una vez que nos metimos en la limosina con Evan.
-No tenía con que hacerla- me contestó, comiéndose unos chocolates de una canastita.
Abrí mi bolso y revolví las cosas, encontrando, segundos después mi delineador marrón.
-¿Quieres?- se lo extendí.
-¡Cool!- sonrió agarrándolo- Gracias.
Le devolví el gesto y miré a Evan otra vez, que me di cuenta que me rodeaba con el brazo, apoyándolo en el respaldo de los asientos. Por Dios, que atractivo que estaba, el negro le quedaba tan bien, que me parecía hasta ilegal. Tenía ganas de todo con solo mirarlo, literalmente.
Hablaba con Fred, y yo solo me mordía el labio casi inconcientemente, con imaginarme situaciones, que no debería estar imaginando.
Billy tocó el brazo, devolviéndome el delineador y lo guardé otra vez.
-Perfecto, Harry- le dije, viéndole un rayo muy bien dibujado en su frente.
Muy pocos minutos después, llegamos a la escuela, que estaba llena de autos, luces y un gran cartel en la entrada que decía: "Convención de Escritores. Prohibido el acceso a personas no creativas".
Sonreí al verlo, me parecía tan precioso, todo esto me parecía realmente impresionante.
Cuando nos bajamos de la limosina, tomé de la mano a Evan y caminamos los cuatro hasta entrar.
-¿Qué tanto me estás mirando esta noche?- soltó él, casi riéndose y levantando una ceja.
Di como respuesta una risa más nerviosa, porque se estaba dando cuenta. Estaba siendo muy intensa, pero en serio se veía increíble.
-Acostúmbrate, porque te voy a mirar más- contesté sincera.
Sonrió y me apretó más la mano.
-Yo también- guiñó un ojo, haciendo que su persona, sea aún más hermosa y que me agarrara más calor.
Respiré hondo cuando llegamos al gimnasio, se escuchaba ya la música de adentro y Billy fue el que abrió las puertas.
Pasamos los cuatro y... wow. Ya había muchísima gente bailando al ritmo de la música, con luces de colores. Había frases pegadas por las paredes, colgaban lo que parecían señaladores del techo. Aparte de la mesa con comida, había estantes con libros, al menos tres por pared.
Mi amiga realmente se había lucido, y Ariel, si que la había ayudado.
-¡Si más bebidas no llegan en diez minutos, iré para allá, solamente para golpearlos!- y ahí estaba ella, hablándole al teléfono muy enojada.
Cortó y suspiró, cruzando mirada con nosotros. Vino rápidamente, con un simple, pero hermosísimo vestido rojo hasta los talones y el pelo en un rodete.
-Amo ese vestido, estás preciosa- le dije sonriendo.
-Gracias- me devolvió el gesto- Es parecido a uno que usa Hailee Steinfeld en la serie. Lo encontré, así que... ¿por qué no?- aclaró.
Miré a su cita, que no había dicho nada. Solo la miraba, completamente hipnotizado.
-Juro solemnemente, que mis intenciones no son buenas- soltó con la respiración acelerada.
Todos, incluyendo Ariel, reímos. Pero, ella se acercó más a él y le plantó un beso en la mejilla, abrazándolo por el hombro
-Combina con Gryffindor, ¿no crees?- el chico asintió rápidamente, ensimismado con ella.
-Miss Marple, ¿me ayudaría con un caso?- escuché a Faith y giré la cabeza para ver a una perfecta Sherlock Holmes.
Tenía un corset blanco, pollera, medias de red y botas marrones, con una capa beige encima y una corbata del mismo color cuadrille. Decir que se veía bellísima, era poco. Le quedaba tan bien.
-Por supuesto, Señorita Holmes- le contesté, para abrazarnos unos segundos.
Se separó, para ir directo a su novio, que estaba con la boca abierta, en shock.
-Faith... Estás... ¿Qué? Wow- murmuró.
-Tu también estás muy wow- le contestó ella, dejándole un dulce beso en los labios- ¡Ah, no vas a creerlo!- cambió de actitud rápidamente, mirándome a mí, con una gran sonrisa.
-¿Qué?- solté una risa.
-Vi a Patch Cipriano.
-¡¿Qué?! ¡¿Dónde?!- Ariel y yo exclamamos al unísono, mirando a la multitud.
-Es Buck Henderson- siguió mí amiga, poniéndose a nuestro lado- Y solo tiene alas, ¿si me entienden?
-¡Hola!- escuchamos a Billy y nos dimos vuelta a mirar a los chicos de nuevo-
-¿Nos recuerdan?- siguió Evan.
-Estamos aquí ¿y ustedes babean por un ridículo?- Fred se cruzó de brazos.
-No- aseguré, y cada una se acercó a su cita- Solo por ti y, créeme que lo estoy haciendo- le susurré cerca de los labios a Evan, antes de plantarle un beso en los labios.
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Cartas de amor a escritores 📖
Novela JuvenilEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...