Penny
Esperaba a Evan en la puerta de salida de la escuela como habíamos acordado. Honestamente, estaba muy feliz, porque las cosas estaban finalmente acomodadas ¡Hasta me había arreglado con Ariel! Oficialmente, no éramos más... ¿rivales? O no sé, lo que sea que fuéramos antes.
Lo que si, no sabía que éramos Evan y yo en ese momento, y quizás, así tenía que ser. Ni siquiera sé si podíamos usar la etiqueta de "estamos saliendo". Estábamos enamorados, pero no éramos pareja ni nada. Y creo que, por primera vez no me molestaba un poco de misterio en mi vida. Quería disfrutarlo y nada más.
-Hola- me sorprendió, apareciendo a mi lado y le sonreí.
-Hola- le di un beso en la mejilla y ví lo que tenía en la mano- Uhh... Interesante elección- seguí, agarrando "La sociedad de los poetas muertos", el libro que empezó todo esto. Dios, me encantaba cada vez más- Podemos leer un poco juntos, si quieres- me moría por hacer eso. Empezamos a caminar, saliendo completamente de la escuela y yendo por la vereda- O podemos hacer otra cosa- aclaré rápido- Podemos ir a "Libros acaramelados" y tomar un café, mientras miramos los libros nuevos- seguí. Solo me miraba, sin decir nada- O algo que no tenga que ver con libros, también está perfecto- dije nerviosa. Quizás, ya estaba aburrido de que todo sea libros conmigo- Podemos ir a comer algo, probar pasteles, hay una pastelería que te deja comer pasteles de boda, he ido varias veces. También podemos caminar y hablar de lo que quieras- seguí sugiriendo.
No me respondió y miraba a la acera, cabizbajo. Lo noté algo desganado, y tenía miedo, de que estuviera hablando mucho yo y lo estuviera aturdiendo, que se esté dando cuenta que yo no paro y no le guste.
-¿Evan?- pregunté y sacudió la cabeza para mirarme.
-Perdón- soltó y lo miré algo confundida. Estaba ¿triste?
-Hey, ¿qué pasó? ¿Estás bien?- paré de caminar, para agarrarle las mejillas y acercarme más.
-Eres hermosa- murmuró.
El estómago me dió un vuelco y me ardió la cara. Por Dios, que lindo que es. Pero, no lo estaba diciendo con una sonrisa, ni con la actitud que creo que debería. Estaba preocupado.
Lo inspeccioné con rapidez, antes de responderle. Esos ojos marrones chocolate, esa naricita redonda, esos cachetes tan bonitos y rosados, esos labios que... uff súper besables y suaves, esos rulos castaños que eran una caricia para mi mano. Ese cuello, que me moría por besar algún día y todo lo que estaba abajo de la ropa que no veía, pero sabía que era espectacular.
Le sonreí, acercándome aún más y entrelacé sus manos con las mías. Esas manos, eran un libro entero aparte. Dios mío, esas manos podían tocar donde quisieran y no las detendría.
-Tu también. Muy muy hermoso- aseguré. Soltó un suspiro con un leve sonido. Me encantó, pero aún estaba algo decaído.
-¿En serio crees que soy atractivo?
No entendía porque estaba dudando tanto de todo esto.
-¿Qué pasa?- pregunté otra vez, acariciándole el cuello.
Suspiró antes de hablar.
-Me encontré a Gabe en la biblioteca- explicó finalmente.
Negué con la cabeza, enojada. Porque entendí todo. Gabe le había dicho algo... algo que estaba haciéndolo dudar de esta forma ¿Tan bajo iba a caer?
-Evan, por favor, deja de creer lo que sea que te haya dicho- pedí- Está jugando con tu cabeza ¡Ay, por Dios! ¡No lo puedo creer!- estaba frustrada y con dolor en el pecho.
-Lo sabe, Penny, sabe que soy yo- siguió separándose un poco y dando un paso adelante, para empezar a caminar otra vez- Y no sé muy bien como... Pero lo sabe. Se dió cuenta.
-¿Y?- contesté, caminando a su lado- No puede hacer esto. En serio, lo voy a matar- exclamé furiosa.
Se relamió los labios y repiró hondo. Estaba sintiéndose mal. Gabe en serio había llegado al límite haciendo esto.
-Penny... No quiero estar en el medio- soltó.
-No estás en el medio- aclaré y me puse delante de él, deteniéndolo- Por Dios, Evan. Estás conmigo, aquí. Quiero estar contigo, estoy enamorada de ti- repetí- No dejes que te haga esto... que nos haga esto a nosotros- estaba desesperada.
-Me refiero a... no sirvo para andar peleando con ex novios y no quiero que tú tengas un problema...
-Él tiene el problema y lo voy a hablar- interrumpí segura y lo agarré del cuello- Evan, por primera vez en mi vida, pienso en mí, en lo que quiero- expliqué con los ojos húmedos- Gabe no es lo que quiero. Eres tu- volví a decir- No lo dudes, por favor. Créeme, confía en mí.
Me miró unos segundos, para después acercarse aún más y juntar sus labios con los míos. Me besó un poco menos tranquilo que como hace siempre, me abrazó y se movió sobre mi boca con ganas y me fascinó.
Se separó unos centímetros para decirme una sola cosa entre suspiros y volver a besarme.
-Confío en ti.
ESTÁS LEYENDO
Cartas de amor a escritores 📖
Подростковая литератураEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...