Capítulo 51

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Penny

Aún no entendía porque yo tenía que ir a este recuentro de la antigua amiga de mi mamá. Desde que se la encontró en el restaurante chino el otro día, que ha estado mirando fotos y mostrándonos a mi papá y a mí muchísimas.

Eso no me molestaba, me encanta mirar fotos de cualquier cosa. Es un momento capturado en el tiempo. Siempre me pareció loquísimo. Siento que la foto, es hasta incluso, más poderosa que un vídeo.

Así que, ahí estaba yo yendo a esta cena. Mi mamá insistió en que no me aburriría, porque estaría el hijo de su amiga, que por lo que me dijo y por lo que vi, ese chico es Evan.

No es una queja en si, no lo digo de esa manera. Él es muy amable y me ha ayudado con el tema de la audición. Pero no he cruzado más de tres palabras con él, ni siquiera sé de qué podríamos hablar. No tenemos nada en común.

Cuando llegamos, la amiga de mi mamá abrió la puerta casi al instante y ambas sonrieron. Se dieron un gran abrazo de varios segundos, y se separaron, cuando su esposo y Evan, aparecieron en el living.

Yo le di a la amiga de mi mamá una bandeja con pie de limón que habíamos hecho, y ella lo recibió sonriéndome.

-Betty... Él es mi esposo, Frederick- señaló a mi papá y se dio la mano con ella, con su esposo y Evan también- Y mi hija, Penny- hice lo mismo que mi papá, sonriendo.

-Él es David- señaló a su esposo y la saludó a mi mamá y a mí- Y él es Evan- hizo lo mismo- Ustedes se conocían, ¿verdad?- nos señaló a nosotros dos y crucé una mirada con él.

-Si, hemos hablando una o dos veces- contesté y Evan asintió.

-Me alegro- dijo mi mamá.

-Pasen a la cocina, tenemos que ponernos muy al día- habló Betty emocionada- Mejor empecemos ya.

📖📖📖

-Por Dios, reprobé esa materia tantas veces-  se reía mi madre- Ese profesor me odiaba.

-Le robaste las respuestas de su exámen- justificó Betty, también riendo.

-Eso está mal, no lo hagas- me susurró mi madre, para después volver a reír.

Así había sido toda la cena. Ni siquiera había terminado. No la estaba pasando mal, no es eso. Pero, escuchar lo bien que la había pasado mi mamá en la secundaria, tan segura y tan tranquila, me hacía sentir aún más pequeña, al no estar haciendo lo mismo.

Yo tenía problemas que resolver, no solo mi incertidumbre al terminar la escuela, sino también, el tema de Gabe. Aún no he hablado con él. Me mandó un mensaje y le contesté, pero nada personal u oficial. Mi relación colgaba de un hilo ye hacía sentir mal.

Mi papá se divertía con David y hablaban también entre si con mi mamá y Betty, intercambiando historias.

Y yo solo estaba callada y Evan también. Lo tenía enfrente y apenas habíamos intercambiado cinco palabras.

Solo comí la ensalada de entrada, una rica pata de pollo con papas y solo quedaba el postre, que lo estaba trayendo mi mamá a la mesa.

-Penny, escuché que estás en el musical de "Wicked"- me dijo Betty sonriendo- ¿Cómo va eso? ¿Te gusta?

-Oh... Si... Me encanta- asentí devolviéndole el gesto- Es divertido. Es muchísimo, pero... siento que lo vale. Es mi musical favorito- seguí.

-Si, oí que lo estás haciendo muy bien- me contestó.

-¿Cómo?- solté una risa nerviosa, porque no entendía mucho.

Creo que he visto a Evan en uno o dos ensayos con Fred y Faith, pero no creí que se pusiera a realmente hablar del tema.

-Mi hermana está dirigiendo con la Señorita Evergreen- respondió- Willow Arnold, la consejera.

-¿Willow es la consejera?- preguntó mi mamá sorprendida- No lo puedo creer.

Yo también me sorprendí bastante y miré a Evan, que parecía que quería ocultarse.

-¿La consejera es tu tía?- le pregunté.

-Por favor, no se lo digas a nadie- me dijo.

-Tu secreto está a salvo conmigo- solté una risa- ¿Puedo preguntar por qué?

-No sé...- se encogió de hombros- No me gusta que la gente sepa que hay un familiar mío dando vueltas por la escuela, supongo.

Lo entendí, porque yo me sentiría igual.

Cuando terminé de comer el postre, mi mamá y Betty se pusieron a mirar fotos, se veían muy felices también contando las historias detrás de ellas.

Yo, de todas formas, quise ir al baño, así que, como me indicaron, subí la escalera, segunda puerta al derecha.

Pero, me detuve a mitad de camino, al ver una habitación al fondo, con unos estantes gigantescos llenos de libros.

Me acerqué con cuidado, llegué hasta el marco y miré hacia dentro, completamente hipnotizada. Toda la habitación eran estantes, literalmente, no veía la pared.

Cientos y cientos de libros. Solo eso y nada más.

Cartas de amor a escritores 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora