Penny
Querida Agatha,
Lamento que la gente crea que eres tonta. No lo puedo creer y no lo entiendo. Eres muy inteligente, al menos, por lo que dices, tus opiniones, como te expresas. La gente nunca verá la realidad, si no se lo propone. Es triste.
Y sé exactamente a lo que te refieres con no tener un objetivo, porque... yo tampoco lo tengo aún. No sé que voy a hacer tampoco cuando termine la escuela y me está comiendo vivo. Ya hay que estar entregando ensayos y buscando universidades y todo es un gran signo de pregunta para mí.
No que me alegre tu incertidumbre, pero al menos, me pone un poco más tranquilo, no ser el único. Siento que todos a mi alrededor, saben cada segundo del resto de su vida.
Ok, suficiente tragedia, o... lo más trágico de la carta. Mis recomendaciones personales son "El gato negro" y un poema... "Annabelle Lee". Dime cual te gusta más y te recomendaré otros similares.
Ah, por cierto, Señorita Christie, terminé de leer "Una visita inesperada" de parte de usted. INCREÍBLE, de verdad, ¿QUÉ? Puedo asegurarte, que me decían el final y no lo creía. Así de impresionante.
Sigue sorprendiéndome, Señorita.
Poe.
Terminé de leer la carta sobre mi cama y sonreí.
Unas horas después de haber dejado la mía el otro día, me vino el pensamiento de que estaba llena de cosas personales y él no tenía porque saber todo eso. Principalmente, porque creí que le parecería insoportable por andar hablando de problemas, cuando lo único que hacíamos, era hablar de libros.
Pero, me respondió, hasta diciéndome que a él le pasaba lo mismo y que lo único que quedaba era transitarlo.
Escuché un toque en mi puerta abierta y levanté la vista.
-Hola- Gabe sonreía, no su típica sonrisa, una más tierna, quizás.
-¿Qué?- pregunté desganada, doblando la carta de Poe y dejándola en mi mesita de noche.
-Sé que estás enfadada conmigo y con todo el derecho- entró a mi habitación mientras hablaba- Lo que dije estuvo mal y tenías razón, en cierto sentido, la justificaba, porque admito que me dolió que Billy se quedara con Fiyero- explicó tranquilo y serio- En serio lo siento, Penny. Jamás quise que creyeras que te merecías que Ariel hiciera eso. Porque no es así. Serás la mejor Elphaba del mundo y estoy muy feliz por ti- siguió- ¿Me perdonas?
-No puedo creer que te pusiste de su lado- respondí simplemente.
-No, no- negó- En serio, no me puse de su lado. Dije idioteces, porque soy una idiota y no te mereces esto- solté una risa, por más que intentara mantener una actitud molesta, no pude evitarlo. Él sonrió- Te traje algo... un regalito.
-¿Arreglarlo con algo material?- pregunté.
-No, no es que...- se mordió el labio nervioso- Es algo de lo que hablamos y... lo ví y obviamente pensé en ti, porque lo querías, así que... lo compré por ti. Nada más- sonreí.
-¿Es lo que creo que es?- dije emocionada.
-Eso espero- me devolvió el gesto.
¿Consiguió la primera edición de "El Mago de Oz"?
Gabe había tenido la mano en su espalda desde que entró y no le había dado mucha importancia, hasta ahora.
Me mostró una cajita de terciopelo azul rectangular y pequeña. Mi sonrisa se desvaneció un poco, porque claramente, no era el libro.
La agarré y la abrí, encontrándome con un collar plateado, con una piedrita verde oscura.
-Wow... Gabe... Gracias- estaba sorprendida, lo admito.
-¿Recuerdas que el otro día pasamos por la joyería y dijiste que era muy lindo... muy Elphaba?- dijo.
Lo miré y sonreí.
-Si... Recuerdo... Dije eso- era cierto, si- ¿Me ayudas?- lo saqué de la cajita y se lo di.
-Claro- respondió y me paré de la cama, dándole la espalda. Lo apoyó en mi pecho y sentí sus dedos en mi nuca abrochándolo. Seguido a eso, me abrazó por la cintura y se acercó más a mi cuerpo- ¿Me perdonas, entonces, preciosa?- susurró en mi oído.
Todo me estaba dando unos escalofríos interesantes y una sensación linda en el estómago.
Me di vuelta, lo agarré por lo hombros y sonreí.
-Tienes suerte que eres lindo- bromeé y el me devolvió el gesto- Te perdono.
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Cartas de amor a escritores 📖
Teen FictionEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...