Capítulo 88

11 3 0
                                    

Evan

-Lamento llegar tarde- escuché a mi abuelo, posicionándose a mi lado en la fila, que ya estaba avanzando.

-Justo a tiempo- le sonreí y le entregué un flyer que agarré para él.

-Gracias- me devolvió el gesto, agarrándolo y lo abrió- Ah, aquí está tu novia- señaló una foto de Penny y cerré los ojos, suspirando.

-Te lo dije- soltó Fred a mi lado. No estaba realmente en la conversación, también miraba el flyer junto a Faith. Pero, claro que se metió para tirar ese comentario.

Tanto él como Billy, me han asegurado que Penny y yo somos pareja, pero esa no es la realidad. Al menos, no tenemos ningún título, ni siquiera hablamos del tema. Y nadie entiende que no es importante para nosotros tenerlo definido con un nombre.

No es nada raro. Estamos enamorados, nos gusta estar juntos. Punto final. Lo que si era raro para mí, era decir "tengo novia", porque... no sé, no se siente ¿orgánico?

-Y tu amigo, recuerdo que el año pasado, lo hizo muy bien- señaló a Billy- Me alegra que le den más tiempo en el escenario.

A mi abuelo, para sorpresa de nadie, le encantaba el teatro. Uno de mis momentos favoritos con él, era de niño ir seguido y hablar sobre la historia. Él sostenía, que el teatro era lo más cercano a los libros, el aquí y ahora, y honestamente, estaba de acuerdo.

Llegamos a la entrada del teatro, y ahí estaba mi tía, recibiendo las entradas. Al vernos, y también a mis padres detrás de nosotros, sonrió aún más.

-¿Y cómo está todo? ¿Cómo estás tu?- le pregunto mi mamá.

-Nerviosa, pero muy emocionada- contestó- Confío en ellos- aseguró.

Seguimos caminando y nos ubicamos todos por el medio, me senté entre Fred y el abuelo, mirando el escenario con el telón rojo cerrado.

No había hablando con Penny desde ayer a la mañana, no quería molestarla, porque aunque no me lo dijera, sabía que se estaba muriendo de los nervios. Y sentía, que lo último que necesitaba, era gente que le dijera que todo iba a estar bien. Eso nunca me hizo sentir mejor, la verdad.

Así que, me moría por verla y solo confirmar que estaba bien, y que sabía que podía hacerlo. Es difícil no pensar en ella, cuando la última vez que estuvimos solos, no fue de una manera tan tranquila.

Las luces del teatro se apagaron y se escuchó la voz de mí tía, pidiendo que silenciáramos los celulares y, que si queríamos sacar fotos o filmar, que sea sin flash.

Inmediatamente, empezó a sonar una música de... ¿villano? Así lo describiría, literalmente, con esos violines, platillos, etc.

Empezamos a aplaudir, mientras el telón se abría lentamente. Había una diapositiva en la parte de atrás del escenario mostrando un reloj, nada más.

Ariel, muy rosa, apareció desde la izquierda del escenario, con una sonrisa, varios segundos después y se detuvo en el medio.

-¡Oh... mis queridos, Ozians!- nos habló a todos y solté una risa- Es hermoso verme, ¿verdad? No tienen que contestar eso, es retórico, porque, por supuesto que si- se tiró el pelo para atrás y sacudió una varita de plástico que tenía en la mano- Ozians, tengo noticias para ustedes...- cambió su expresión abruptamente a una triste. Solté otra risa, notando ese personaje que le quedaba perfecto- No del todo agradables...- se detuvo y pensó- Bueno... Quizás, para algunas personas si... En fin... Sé que hubo muchos rumores y especulaciones. Pero, para aclarar, teniendo en cuenta el Reloj del Dragón- señaló la imagen de atrás- La derretida ocurrió en la hora 13, un directo resultado de que una niña le haya lanzando un balde de agua. Así que, si. La Bruja del Oeste está muerta.

Hizo una pausa y bajó la cabeza, haciendo un llanto sonoro, muy fuerte. Eso hizo, que la sala se riera, realmente tenía un personaje muy cómico.

Al escucharnos, levantó la cabeza y frunció el seño.

-¡Hey, no sean así!- exclamó- Éramos... ¿amigas?- dudó- Conocidas- sonrió otra vez- Conocidas muy cercanas cuando íbamos a la escuela y fue hace muuuucho tiempo atrás, éramos muy jóvenes- se quedó callada mirándonos, y otra vez, la sala soltó una carcajada- Bueno... ¡Esto ha sido divertido! Así que... Si no hay más preguntas... Me voy...

Se quedó parada aún mirando otra vez a todos, sonriendo.

-¡Ay, está bien, les contaré! Si insisten- siguió, sin que nadie le dijera nada y las risas se hicieron presentes de nuevo. La música volvió a sonar, mientras Ariel se iba para atrás y las luces del escenario cambiaban- ¡Esta es la historia de Glinda!- exclamó y siguió murmurando, mientras se iba- Y... Elphaba.

Cartas de amor a escritores 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora