Evan
-Hola.
-Hol... ¿Por qué hules así?- Fred ni siquiera terminó de saludar a Billy, cuando se acercó a notros en el pasillo, antes de preguntar.
También lo sentía, era un perfume fuertísimo y muy dulce. Se lo ha puesto otras veces, significaba que quería atraer la atención de alguien, definitivamente.
-¿Así cómo?- se encogió de hombros.
-Como si te hubiera estornudado Brad Pitt- le contestó y solté una risa- ¿Qué pasa?
Mi amigo finalmente suspiró, rendido y se mordió el labio, antes de hablar.
-Ayer... salí con Ariel- confesó.
-¡Eso es genial!- exclamé, realmente feliz por él.
-Pero, no fue exactamente una cita, ¿está bien?- siguió, y con Fred, lo miramos bastante confundidos- Solo fui a Starbucks a comprar un café y la vi sentada leyendo un libro. Me acerqué y... nos pusimos hablar un rato- explicó.
-¿Un rato?- pregunté.
-Tres horas- aclaró rápido.
-Wow, amigo- Fred lo abrazó por el hombro.
-No quiero sobrepensarlo- se quejó él- No quiero ilusionarme y... se suponía que no tenía que salir con nadie que estuviera en ese musical- siguió.
-No falta mucho para que termine el musical, Billy- le aclaré sonriendo- Ya no tendrás más escusas.
-Por favor, sal con ella- le pidió mi otro amigo- Le gustas y a ti te gusta también, y lo sabes.
-Si, si, que viva el amor- respondió él sarcástico, metiéndose al salón de literatura.
Fred y yo, intercambiamos una mirada y nos reímos un poco, para después, también entrar. Le sonreí a Penny mientras iba a mí asiento y ella me devolvió el gesto.
No mucho tiempo después, se escucharon los tacos de la Señorita Evergreen y se hizo presente en el salón segundos después, con una sonrisa.
-Buenos días, clase- dejó, como siempre, su bolso en el escritorio y miró a todos- Hoy... es un día muy especial, histórico, podríamos decir- empezó. Silencio- ¿Nadie sabe?- preguntó. Tenía que ser algo de literatura, pero no se me ocurría nada- Mucho internet, pero cuando pasa algo importante, no se enteran- siguió, al ver que ninguno le contestaba- Hoy hace 50 años que Stephen King publicó su primer novela: "Carrie"- dijo finalmente.
Toda la clase asintió, entendiendo. La verdad, me sorprendía que no me haya enterado, y me di cuenta, que nunca había leído un libro de Stephen King y no entiendo porque. Era tan aclamado por todo el mundo, describía las cosas increíblemente. Supongo, que nunca creí que fuera mi tipo de novelas, demasiado terror, no me fascina. Pero, creí lo mismo con Edgar Allan Poe y me terminó encantando.
-¿A quién le tocó Stephen King en la tarea de las cartas?- preguntó la profesora y... Gabe levantó la mano.
Vi a Billy abriendo mucho la boca, completamente sorprendido y se tiró el pelo para atrás, casi traumatizado.
-Ay, por Dios, dije cosas en esa carta- murmuró- ¿Me puedo tirar un Avada Kedavra a mí mismo?- nos preguntó.
-Señor Torrence, perfecto- la Señorita Evergreen lo señaló- ¿Qué sabe de la historia?- preguntó.
Gabe suspiró, estaba cruzado de brazos ahora y pensó un segundo.
-Eh... Carrie es una chica que es maltratada por su madre y en la escuela también le hacían bullying- empezó algo desganado- Después, ella descubre que tiene poderes telequinéticos y se empieza a vengar. Una de las escenas más icónicas, es cuando el personaje de Chris y Billy, que es el peor, en mi opinión- claramente fue una indirecta por su tono de voz y mi amigo, lo miró con mala cara, revoleando los ojos- Le tiran sangre de cerdo enfrente a toda la escuela, en el baile de graduación cuando gana para reina del baile- concluyó.
-Muy bien. Exactamente- le contestó la profesora- Este libro dio mucho de que hablar en su momento, y justamente, 50 años más tarde, aquí estamos, seguimos hablando de el, porque es contemporáneo- explicó- No importa cuanto pase es, como bien dijo el Señor Torrence, icónico. Cosas que siguen ocurriendo- agregó- Abrió un gran debate durante los años también: ¿Está bien que Carrie se vengue? ¿Está justificada la violen...?
-Se merecían lo que les pasó- interrumpió Gabe, con mucha seguridad. Mi profesora, y toda la clase, lo miró muy intrigado- Los que hacen cosas malas, merecen cosas malas- siguió- Los que mienten, engañan, traicionan... Merecen lo mismo, ¿no?- estaba enojado.
Quise esconderme, porque entendí que eso era para mí y para Penny. Ella también lo entendió, porque la noté incómoda y mordiéndose el labio inferior. Tenía tantas ganas de ir a abrazara
¿Por qué sigue haciendo estas cosas y en medio de la clase?
Mi profesora, simplemente, se lo quedó mirando y asintió antes de hablar.
-¿Leyó el libro?
-No- respondió seco y la Señorita Evergreen levantó una ceja- No soy mucho de libros. No me encanta leer- aclaró.
-Está perfecto- asintió ella.
-Vi la película de los 70 y conozco el musical- aclaró él.
-Todas las ramas del arte tienen una diferente lectura, confíe en mí- aseguró ella- En los libros de Stephen King, se ve una clara influencia de Edgar Allan Poe- siguió.
Crucé los brazos sobre la mesa y hundí la cabeza en ellos, queriendo desaparecer. Por Dios, que no me pregunte.
-¿Quién tenía a Edgar Allan Poe?- Mierda. Levanté la cabeza y la mano, lanzando un suspiro- Ah, Señor Phillips, cierto.
Gabe soltó una risa bastante sonora, y la Señorita Evergreen, volvió su vista a él otra vez, un tanto molesta.
-¿Algo gracioso, Señor Torrence?
-Oh no, nada. Solo... cuando tuve que investigar, Stephen King dijo, que en realidad no le gustaba que lo comparen con él- aclaró.
-Son diferentes- solté casi sin pensar- Muy diferentes.
Sentí la mirada de Penny más que todas las demás, pero mantuve la vista adelante, la Señorita Evergreen sonrió.
-No tengo duda.
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Cartas de amor a escritores 📖
Teen FictionEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...