Capítulo 86

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Penny

-¡Si ya tienen el micrófono, salgan de la fila y estén atentos para la prueba de sonido!- avisó la Señorita Evergreen, con un portapapeles en la mano y... con un estrés interesante encima.

Me acomodé el vestuario frente al espejo. No había camerinos realmente, solo una gran sala detrás del escenario, con varios espejos con luces, mesas, sillas, percheros y pequeños vestidores con cortinas.

Así que, me miré: Elphaba, la Elphaba que yo veía y que yo quería hacer. Vestido corto negro, con mangas largas, encaje encima del mismo color, medias de red, borcegos, sombrero puntiagudo, guantes y maquillaje verdes. No estaba completamente verde, pero casi: sombra de ojos, rubor, iluminador y labial.

Agarré mi libreto y repasé las líneas y las canciones, tarareando, también para probar si tenía la voz en donde la tenía que tener. Lo cual, era probable, porque lo primero que hicimos cuando llegamos, fue vocalizar como diez minutos.

-Hey...- Ariel en una corta pollera rosa, un top brilloso del mismo color, converse blancas y una varita, llamó mi atención y la miré- Tu micrófono, ven.

-¿Qué?- mi voz resonó en todo el teatro.

-Prueba de sonido de Elphaba- aclaró y asentí, volviendo al escenario junto a ella.

-Perdón, aquí estoy- otra vez, escuché por los parlantes.

-Canta un poco o di algún dialogo- dijo la Señorita Arnold.

Se me fueron todos los diálogos y todas las canciones de la cabeza en un milisegundos.

-Eh...- me empecé a desesperar ¿Cómo puede ser?- "I think I'll try just defying gravity, kiss me goodbye, I'm defying gravity and you can't put me down..."

-Perfecto- dijo mi profesora sonriendo- Elphaba, micrófono 1, ya está- siguió y sonreí, volviendo a bambalinas.

Me senté en una de las sillas, frente al espejo, donde estaban mis cosas, y suspiré.

No estaba nerviosa, pero algo si me estaba pasando. Escuchaba mi corazón latir, pero no de una manera rápida exactamente, simplemente lo escuchaba, estaba ahí, haciendo lo que tenía que hacer.

Pero, mi respiración, si estaba acelerádose, y entraba y sacaba el aire por la boca con rapidez.

Los ojos se me humedecieron, y se me secaron la boca y los labios. Sentía que me faltaba el aire ya y me estaba agarrando muchísimo calor.

Me abaniqué con la mano y agarré agua de mi mochila, tomando un poco. Pero, solo hice las cosas peores.

Todas esas butacas que acabo de ver, van a tener a una persona sentada ¿Cuánto es la capacidad del teatro? ¿Cien personas? ¿Ciento cincuenta? ¿Doscientas? Yo ni siquiera levantó la mano en clase, para que la gente no me mire, y ahora, ¿tengo que cantar y bailar frente a posibles doscientas personas? ¿Qué mierda estaba pensando?

Quizás, Ariel tenía razón en su momento: ¿un protagónico? ¿Llevar una obra adelante así? Si canto mal, todos lo recordarán. Si digo algo mal, puedo hacer que alguien se pierda y arruine toda la obra. Si me equivoco en los pasos, será vergonzoso.

Me levanté de la silla y me mareé. Jadeé y fui directo a encerrarme en uno de los vestidores, cerrando la cortina y sentándome en el piso, llevando las rodillas al pecho y abrazándome. Ahogándome.

Elphaba no definirá la gravedad. Lo siento.

Cartas de amor a escritores 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora