Capítulo 85

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Evan

-Hola- sonreí cuando abrí la puerta.

-Hola- contestó y entró a mi casa, dándondeme un beso en la mejilla.

Suspiré, derritiéndome por ese mínimo gesto y cerré la puerta tras ella.

-¿Quieres algo?

-¿Café?- contestó- No dormí mucho anoche.

-¿Por? ¿Todo bien?- pregunté, yendo a la cocina, con ella siguiéndome.

-Si, si. No sé que pasa- aclaró- Pensando en el musical, en eso estaba mi cabeza- agregó.

Agarré el café de la cafetera, que aún estaba caliente y una taza de la alacena, para llenarla y dársela.

-¿Muy nerviosa?- agarró la taza y tomó un sorbo.

-No estoy segura- se encogió de hombros- Es como... emoción, pero... diferente. Tampoco es ansiedad. No me he sentido realmente nerviosa todavía, creo- explicó.

-Mejor, ¿no?- respondí y sonrió.

-Si, si. Lo estoy sobrepensando un poco, es todo- dijo, tomando otro sorbo de café- También estoy con el ensayo de la universidad y la habitación, así que... un poco estresada, supongo- terminó la taza y la dejó en el lavabo.

-Si, te entiendo, también estoy con eso y no demasiado avanzado, la verdad- contesté.

¿Y qué va a pasar con nosotros? Pensar o hablar de la universidad, hacía que apareciera esa pregunta instantáneamente. Y se notaba, que ambos queríamos evitar tocar ese tema, porque era la primera vez que lo hacíamos ya con una carrera y universidad elegida. La cual, no sabía la de ella y ella no la mía.

No sabíamos mucho y fingir que eso no existía, era lo mejor para poder simplemente, seguir saliendo.

Creo que sintió lo mismo, porque en el momento que empezó esa conversación, se mordió el labio inferior.

Ya habíamos subido a mi cuarto en silencio y fue una peor estaca en el corazón, ver que era la primera vez, que estabamos aquí juntos, después de ese día... Ese día en el que me enteré que ella era Agatha, y ella, que yo era Poe.

-Penny...- llamé su atención y me miró- ¿En qué universidad?- solté y suspiró.

-No tenemos que hablar de esto ahora- contestó sin mirarme, incómoda.

No quería que se sintiera así conmigo nunca. Pero, era un tema que, tarde o temprano, teníamos que discutir. Y sinceramente, prefiero que sea temprano.

Me acerqué a ella y le agarré las dos manos.

-Sé que tienes mil cosas ahora mismo- le dije- Y quiero que nos saquemos una: esta duda. Solo dime- seguí.

Asintió, entendiendo y respiró hondo, antes de hablar.

-Standford- soltó nerviosa y sentí una felicidad inmensa, no lo podía creer.

-¿En serio?- pregunté sonriendo y asintió de nuevo, algo confundida- También yo.

-¿Qué?- exclamó emocionada y me abrazó fuerte. Se lo devolví de la misma manera, hundiéndome en su hombro y exhalando ese hermoso perfume que tenía- ¿La misma? ¡Es increíble!

Se separó, hasta quedarse a centímetros de mí cara, y desvió a la vista a mis labios, antes de acercarse completamente y besarme.

Por Dios, nunca me iba a cansar de eso. Y el sentimiento, en vez de que mi cuerpo se acostumbre, solo se volvía aún más fuerte.

Empecé a acariciar su cintura, y de su boca, salió un sonido, que... necesitaba volver a escuchar millones de veces más, si era posible. Volví a hacer lo mismo y respondió igual.

Dio pocos pasos y se sentó en la cama, la seguí con el beso y terminó con acostarse y... yo terminé, casi completamente, pegada sobre ella, lo que provocó que lanzara un jadeo.

Volví a estar en "Libros acaramelados" y ella tocándome el pecho. Jamás en mi vida, me había sentido con tanta adrenalina, jamás mi corazón había latido tanto. Hasta ahora.

Esto ya era diferente. Porque nunca estuve en esa situación, y estoy cien por ciento seguro, que ella si.

Me detuve.

-¿Qué pasa?- preguntó con la respiración acelerada- Tienes la misma cara que tenías en la biblioteca de la escuela y paraste de besarme- siguió- ¿Qué estás pensando?- me acarició el pelo y solté un suspiro.

Quise contestarle, pero me callé a mi mismo. Porque era una estupidez compararme, era una estupidez sobrepensar las cosas. No quiero arruinar esto.

Y me di lugar para pensar otras cosas. Cosas lindas, el momento.

Me mordí el labio inferior y sonreí.

-En hacer algo, que espero no te moleste demasiado- no se ni de donde saqué ese tono de voz, pero me salió más grave.

Penny, soltó otro sonido parecido al de antes y abrió la boca, sacando aire.

-No me va a molestar. Nada, absolutamente nada, me va a molestar- habló rápido.

Solté una risa y fui directo a besar su cuello. Sacó otro sonido, un poco más fuerte que los anteriores y se movió debajo de mí. Supuse que era una buena reacción, así que, seguí.

Por Dios, que piel tan suave tenía ahí y... ese perfume, aún más poderoso.

-Evan...- suspiró... mi nombre. Suspiró mi nombre.

Me separé del cuello, para mirarla a los ojos. Sonreí, como si no me hubiera afectado el sistema inmunológico, que hiciera eso con mi nombre.

-¿Penny?- dije, ya extrañando su piel.

-Solo...- sacó muchísimo aire- No te detengas.

Cartas de amor a escritores 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora