Capítulo 99

11 3 0
                                    

Penny

-Seis- Billy se rió, mirando su teléfono, mientras almorzábamos.

-¿Seis citas?- le preguntó Fred sorprendido.

-¿Alguna que quieras confirmar?- insistí, porque ya hasta a mí, me estaba poniendo nerviosa, que Ariel no se hubiera movidos todavía.

-Eh... No... No lo sé- respondió dudoso, dejando de realmente estar emocionado.

-¿Quizás, porque aún estás esperando alguien...?- habló Evan y solté una ligera risa, haciéndolo entender a nuestro amigo.

-¡No!- exclamó él y nos sobresaltamos un poco- No estoy esperando a nadie. De hecho...- volvió a agarrar su celular- Le diré que si a Verónica aho...

-Hola... Hola...- se escuchó la voz de Ariel, retumbando en la cafetería por los parlantes. Generalmente, por ahí hablaba la consejera o el director.

Billy, claramente, dejó de hablar, al igual que todos, sin comprender que estaba pasando.

-Hola a todos, soy Ariel Sussman y este comunicado, es específicamente para William Glover- Faith y yo, nos tapamos la boca emocionadas ¿Iba a hacerlo así? El chico, se quedó aún más congelado, al escuchar su nombre- Billy... ¿Irías al baile de graduación conmigo?- preguntó- Recordé que tu película romántica favorita era "Sintonía de radio"- aclaró y me encantó aún más lo que había pensado- Así que, lo estoy haciendo así, y también, para que si me dices que no, pueda morir de la vergüenza, por haber sido una idiota contigo- siguió- Eso es todo.

Silencio. Todos en la mesa, mirábamos al chico, esperando que reaccionara, pero no lo hacía.

-Siete- dijo en shock.

-¿Alguna que quieras confirmar?- volví a preguntar sonriendo.

Suspiró asintiendo.

-Pasillo paralelo al teatro- indicó Evan donde estaba la cabina de radio y Billy no esperó ni un segundo, para levantarse y salir caminando con rapidez de la cafetería.

📖📖📖

Ya me sentía agotada con las clases y los últimos exámenes. Para cuando terminaba el día, estaba realmente muerta y casi con mal humor.

Y más aún porque... técnicamente, aún no tenía cita para el baile y todos a mi alrededor, parece que si. Ariel vino corriendo a contarme que Billy abrió la puerta de la cabina, para no decirle nada y solo besarla, lo cual me pareció lo más tierno del mundo.

Abrí mi casillero, lista para guardar lo último e irme, pero una hoja de papel cayó al piso. Dejé los libros y la levanté.

Biblioteca, última estantería. 5:00"

Leí y miré confundida, algo con tanta, pero a la vez, tan poca información. No sabía hace cuanto estaba el papel ahí, pero no he abierto el casillero desde la mañana y si ya me tenía que ir, ya eran las cinco.

Fui hasta la biblioteca, al último estante y varios segundos después, vi que había un post-it pegado en un libro del último estante.

"Ábreme".

Me puse de pinturas y agarré... "La sociedad de los poetas muertos". Sonreí y mordí mi labio inferior, siguiendo las indicaciones.

Una notita.

"Querida Agatha,

¿Me haría el increíble honor de ir al baile de graduación conmigo?

Poe"

Se me derritió el corazón por un detalle tan precioso, tan único, pero tan simple también. Algo nuestro.

-¿Qué me decís?- Evan apareció desde el final del estante, acercándose a mí, con una sonrisa.

Dejé el libro con la cartita en el estante y me acerqué yo también aún más.

-Querido Poe...- lo abracé por el cuello- Por supuesto que si- ambos reímos y lo besé.

No quería separarme por nada del mundo, que hermoso era besar a este chico y haber tenido esa pequeña carta después de tanto, me pareció aún más significativo.

Acarició mi cintura solo como él sabía y me seguí derritiendo en su brazos y en esos labios tan suaves.

El beso terminó unos segundos después y Evan suspiró, agarrando el libro del estante otra vez.

-Voy a extrañar este libro- soltó mirándolo- Después de la graduación, adiós Profesor Keating.

-¿No puedes comprarlo?- pensé.

Negó con la cabeza.

-No... no se publicaron muchos- aclaró- Nunca lo encontré- volvió a dejarlo en la estantería y volvió a mí- No importa, lo siento, rompí el momento.

-No, para nada- le acaricié el pelo, pasando mi mano por esos rulos tan perfectos que tenía- La mejor invitación en la historia de las invitaciones- aseguré.

Él soltó una risa y me abrazó, apretando más mi cintura y apoyándose en mi hombro.

-Nunca hubo otra opción, Agatha.

Cartas de amor a escritores 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora