Capítulo 20

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Evan

-No respiro, no respiro, no respiro- repetía Billy asustado y desesperado, sentado en una silla, mientras Fred y yo, solo lo mirábamos.

-Ya cállate- le dijo mi amigo, harto- Toma agua y ya... Relájate, por Dios- obligó.

-¡Ya me la tomé toda!- gritó, como si no hubiera más de veinte personas en el pasillo, en la misma situación que él- Ay por Dios, ¿quién me manda a audicionar? ¿Quién?

-Iré a buscarte más agua a la máquina expendedora, ya vuelvo- habló Fred- Por favor, que se calme porque no lo aguanto más- se fue por el pasillo y miré a mi otro amigo.

-Hey...- me senté a su lado- Te va a ir genial- fui muy sincero- Tienes el talento y el carisma, ¿no? Tu siempre lo dices- seguí sonriendo.

Asintió, tranquilizándose un poco.

Las audiciones eran hoy. Estaban todos, junto con algunos acompañantes, en el pasillo de la escuela que daba a la puerta del teatro. Todos estaban igual, o peor que Billy. Vi algunas caras conocidas entre todos.

Mientras tanto, la Señorita Evergreen y mi tía, llamaban de a uno. Y honestamente, los que salían, estaban contentos y conformes. Seguro no era tan malo.

-Me pongo así siempre, es... es que solo estoy muy nervioso- explicó.

-Está bien, es normal- contesté y pensé como calmarlo un poco más- ¿No me dijiste una vez que cuando un actor se deja de poner nervioso, es porque no tiene más pasión?- pregunté.

-Supongo que si- sonrió.

-Mira lo tranquilo que está Gabe- lo señalé con los ojos a unos metros, sonriendo y hablando con su novia, que la notaba en un peor estado que el de Billy.

Mi amigo lo volteó a mirar y soltó una risa.

-Esa seguridad, siempre lo ayuda- habló desganado mirando al piso.

Siempre me parecía tan raro mirar a Billy con poca energía o sin una sonrisa. Él era el más gracioso de los tres, a veces, olvidaba que tenía problemas como yo y peores también.

-No vayas por el protagónico, no importa eso- aseguré- Estás sentando aquí, porque amas el teatro.

Asintió.

-Si... Si tienes razón- respondió- No sé porque estoy obsesionado con eso, solo... Me divertiré- sonrió con confianza y le devolví el gesto.

La Señorita Evergreen abrió la puerta con un portapapeles en la mano, haciendo salir a una de las chicas.

-¡Ay, por Dios! ¡Me muero, Evan!- me agarró del brazo con fuerza, volviéndose a desesperar- ¿Dónde mierda está Fred con el agua?

-Gabe Torrance- leyó mi profesora y Billy suspiró.

El chico le dio un pequeño beso en los labios a Penny, entró a la sala casi saltando y la Señorita Evergreen cerró la puerta otra vez.

Mi amigo se tapó la cara con las manos y respiró exageradamente. Varios segundos después, Fred volvió con la botella  y... ¿agitado? Su pecho se inflaba rápido, tenía las mejillas enrojecidas y los labios también.

-Aquí tienes- le extendió el agua a Billy, que no creo que haya notado lo que yo.

-¿La fabricaste?- se quejó agarrándola- ¿Por qué tardaste tanto?- habló enojado. Solo sacaba para fuera los nervios.

-Lo siento, es que...

-William Glover- interrumpió la Señorita Evergreen, haciendo salir a Gabe que sonría aún más que cuando entró.

Mi amigo respiró una vez más y se levantó.

-Suerte- le dije sonriendo.

-Ah... Si... Suerte- murmuró Fred, cuando Billy ya se estaba yendo.

-La necesitarás- soltó Gabe, antes de que entrara al teatro.

Fred se sentó donde estaba Billy y suspiró.

-¿Qué pasó?- pregunté serio.

-¿Qué... Con qué?- estaba ido, tan ido.

-Parece que corriste un maratón- respondí.

Abrió la boca para decir algo y la cerró, al ver a alguien pasar frente a nosotros, Faith creo que era. La siguió con la mirada y lo golpeé un poco, para llamar su atención.

Se sobresaltó, pero volvió a mi.

-¿Qué hiciste?- insistí, teniendo una teoría.

-Nada... Yo...- negó y empezó a sonreír- Besé a Faith, ¿ok?- confesó- Dios... Fue hermoso y...

-¿En la máquina expendedora?- pregunté muy confundido.

-Si... Yo buscaba agua para Billy, ella para Penny y me preguntó que significaba esto- señaló su camiseta, que tenía de estampa una ecuación- Y... No sé... Solo... Se acercó y nos empezamos a besar y cada vez más...- no paraba de sonreír- Te juro que empecé a sentir que iba a explotar.

Asentí, sin poder creerlo.

-Ok...- me levanté de la silla- Voy a buscarte agua a ti... La necesitas más que Billy.

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