Penny
¡Estaba besando a Poe en una biblioteca! ¡Estaba besando a Poe en una biblioteca! Dios mío, se sentía mil veces mejor de lo que hubiera imaginado.
Movía los labios, buscando más y más. No podía tener suficiente nunca de Evan. Esperé esto, no voy a mentir. Como el otro día, lo sentía en todo el cuerpo, era increíble.
Él sostenía mi cintura y yo solo me acercaba más a su cuerpo. Empecé a acariciar esos rulos tan lindos de él, tenía tantas ganas de hacer eso. Solo tocarlo, acariciarlo, besarlo. Me encantaba, me encantaba tanto.
Estaba perdiendo la respiración en ese beso, pero no me importaba en lo más mínimo. Porque no iba a parar.
Pero eventualmente, lo hice, separándome pocos centímetros, inhalando muchísimo aire. Lo miré bien de cerca y sonreí.
Él hizo lo mismo y se acercó otra vez para darme un pequeño beso y separarse otra vez. Me pareció tan tierno, que el estómago dio un vuelco más fuerte que nunca.
Suspiré otra vez y me apoyé contra la pared, que no tenía tan lejos. Aún lo sentía sobre mis labios, ese tacto suave, aún estaba ahí.
-Hey...- hablé y la voz salió como apenas un murmullo, así que, carraspeé antes de seguir- ¿Terminaste los libros?- pregunté, acariciándole el cuello- Te quedaban dos, ¿no?
Soltó una risa y se mordió el labio inferior antes de contestarme ¿Cómo es tan atractivo, por favor?
-Eh... Si- asintió jugando con la tela de mi sueter- "Estudio en escarlata" y... el otro tuyo- sonrió y le devolví el gesto.
Ese chiste interno es tan lindo, por Dios.
-¿Y qué tal?- me emocioné- Ya habías leído "Estudio en escarlata", ¿no? Me lo habías dicho.
Asintió.
-No lo recordaba demasiado, así que... fue interesante volver a leerlo, no recordaba quien había sido el culpable- dijo- Me encanta releer libros, pero es aún mejor, cuando parece que los leo por primera vez- siguió.
-¿Cómo "La sociedad de los poetas muertos"?
-No. Sé cada palabra de ese libro- respondió orgulloso.
Asentí, soltando una risa.
-¿Y... qué hay del mío?
No habíamos cambiado de posición, y me fascinaba, que ninguno quisiera alejarse del otro.
-Me encantó- habló entusiasmado- No había leído nada de Miss Marple. Es muy inteligente y mucho más en este libro en particular, que está como encubierta- explicó- Y al final...
-Hablas como escribes- solté, casi sin darme cuenta. Pero lo pensé y lo dije.
Evan se sorprendió un poco, pero se rió también.
-¿Si?- preguntó- No lo había notado- agregó- Pero, bueno... estamos hablando de verdad.
-Cierto- sonreí- Pero, veo a Poe.
-Yo veo a Agatha- coincidió.
Volví a besarlo, porque tenía que hacerlo de nuevo. No me iba a cansar de esa sensación tan hermosa.
Casi un minuto después, sentí a Evan separándose y no entendí porque. Había dejado de besarme y se detuvo completamente, con una expresión muy diferente a la que tenía.
Estaba pensativo y casi dubitativo, confundido.
-¿Que pa...
-Tienes novio- interrumpió.
Ay no. Ni siquiera yo lo recordé y me sentí mal, pero tampoco me podía culpar demasiado. No podía no explicarle.
-No, no, no, Evan...
-Tienes novio- repitió.
-Si, pero...
-Y me estás besando a mí- siguió.
Suspiré, desesperada por hablar.
-No estoy bien con Gabe. Te juro, que desde que me di cuenta lo que pasaba entre tu y yo... empecé a sentir que no quería estar más con él- solté- Pero quería, al menos, saber quien era Poe, antes de hacer cualquier cosa.
-Pero sigues con él- dijo.
-Si, pero... Voy a terminar con él- aseguré, porque era la verdad- Porque no me gusta. Tu...
-Ok...- dejó de agarrar mi cintura y se separó más. No...- Cuando termines con él, dime.
-¿Qué? No... Evan... Es en serio, lo juro- supliqué casi- No te vayas...
-Te creo- asintió sincero- Pero, no quiero hacer las cosas así- siguió y asentí, porque tenía razón.
-Tampoco yo- contesté.
-Adiós... Penny- caminó por el pasillo, y dejé de verlo, cuando pasó el estante.
Cerré los ojos y pegué la cabeza contra la pared, sintiéndome una estúpida, por haber hecho todo esto así.
No estoy usando mis pequeñas células grises del cerebro, para nada.
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Cartas de amor a escritores 📖
Teen FictionEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...