Penny
Tomé el consejo de Evan otra vez y fui a buscarme agua. Me sentía tan agitada, había estado recorriendo la casa de arriba a abajo buscando a Gabe mucho tiempo.
-Ay por Dios, aquí estás- escuché su voz bajando las escaleras y me detuve. Vino hasta a mí y me envolvió las cintura con las manos- Mierda, perdóname. Te juro que es todo un caos- me dio un beso en los labios.
Estaba más agitado que yo aún y miraba para todos lados con un nerviosismo terrible.
-¿Te rompieron algo?- pregunté preocupada.
-No que yo sepa- contestó- Pero mi habitación está cerrada con llave, Penny- hizo una cara de asco y yo hice lo mismo- En serio quería divertirme contigo y estoy como un loco por toda la casa...
-Hey, tranquilo- le acaricié los hombros, como él había hecho conmigo varias veces y sonreí- Lo que pase, te voy a ayudar- aseguré.
Me devolvió el gesto y lo sentí más tranquilo.
-Gracias.
-¿Tomaste algo?- pregunté.
-Apenas un poco de cerveza- respondió suspirando.
-Ok, quédate aquí- le dije- Te traigo algo, ¿si? Ya vuelvo.
Volvió a sonreírme y me alejé varios metros hasta la cocina, yendo hasta la mesa de las bebidas.
La fiesta no me estaba divirtiendo del todo, justamente, porque apenas había estado con mi novio y mis amigos. Al contrario de Gabe, yo había tomado un poco más, básicamente, porque no tenía otra cosa que hacer y era delicioso.
Agarré dos vasos nuevos, puse jugo en ambos y agarré una botella de vodka vacía, así que, la dejé a un lado y le puse tequila.
-Cheryl... Hola- levanté la cabeza, para ver a Ariel del otro lado de la mesa, sonriéndome.
-Adiós- le dije con mala cara y agarré los vasos para irme de ahí y dejar de ver su cara y su ser.
-No, no, no. Espera- trotó dando la vuelta para quedar frente a mí y detenerme el paso- Vengo a disculparme por lo del otro día- parecía sincera, pero aquel día también, así que, ni siquiera contesté- Sé que estuvo mal, no era mi intención que te lastimaras, ni nada por el estilo. Solo era para molestarte un poco, nada más- explicó.
Su actitud, realmente no parecía la misma que la de ninguna de las otras veces que hablamos. Aún, de todos modos, no podía entender porque le caía tan mal como hacía notar. No quería confiar en ella, no quería caer otra vez en una broma pesada.
-Está bien- dije simplemente- Linda charla...- quise rodearla otra vez, pero volvió a detenerme.
-En serio, lo siento- insistió- Vamos a estar trabajando juntas y no quiero que se formen peleas mientras tanto- siguió.
-Ariel, no me interesa- negué con la cabeza. Sentía que la boca estaba hablando sin pedirle permiso al cerebro- Sé que estás celosa porque conseguí el papel de Elphaba, pero no es mi cul...
-¿Disculpa?- interrumpió soltando una risa sarcástica- No puedo estar celosa de ti. Siento pena por ti- corrigió volviendo a su actitud de siempre- ¿Crees que vas a poder llevar adelante un musical por primera vez como protagonista?- tenía la boca abierta y húmeda. Me sudaba todo el cuerpo y respiraba con pesadez- Odio a Glinda, no me malentiendas. También quiero a Elphaba, pero... tu... no sé como es que la Señorita Evergreen y la consejera se atreven a darle el papel principal a una aficionada como tu- cada palabra era una bala al cuerpo. Sentía fuego, estaba tan furiosa- No eres capaz...
Lancé un gruñido fuerte y me le lancé encima, tirándola al piso con un gran empujón. Caí encima y la agarré de las muñecas.
-¡¿Qué problema tienes conmigo?!- ella se sacudía y yo también- ¡¿Estás tan furiosa por no tener lo que quieres?!
-¡Estás loca!- gritó y en una sacudida, su mano fue con fuerza hasta mi nariz y me dolió.
-¡Pelea de chicas!- escuché, pero no me importó.
-¡Penny!- escuché a Gabe y sentí un agarre en la cintura.
Pero peleé por seguirle discutiendo a la rubia. Necesitaba sacar toda esta energía y enojo y no había terminado.
Supongo que fue mi novio, tiró más fuerte de mí y me separó finalmente de Ariel, llevándome casi abrazándome lejos.
-¡¿Por qué mierda me dices Cheryl?!
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Cartas de amor a escritores 📖
Novela JuvenilEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...