Capítulo 78

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Evan

-Licenciatura en Literatura, con posgrado en Escritura creativa, ¿cómo suena eso?- me preguntó mi tía sonriendo, entrando a mi habitación con unos papeles.

Los dejó en mi escritorio, donde yo estaba sentado y los miré, notando que era el plan de estudio de lo que me estaba diciendo.

Universidad de Standford: licenciatura en Literatura Clásica.

Tragué con dificultad, leyendo varias materias. Ya me estaba apanicando, y ni siquiera, estaba bien informado todavía. Pero, también se me formó de a poco, una sonrisa. Un muy extraño sentimiento.

-Es básicamente perfecto- le dije.

-Sabía que te interesaría- me devolvió el gesto- También tienes la opción de hacer la maestría o el doctorado, cuando termines con todo.

Asentí, se me estaba adelantando muchísimo, pero asentí.

-¿Standford, tía?- dudé.

-Ay, Evan, por favor- revoleó los ojos, casi molesta- Eres el chico más inteligente y capaz que conozco. Standford estaría encantado de tenerte como alumno. Te ayudaré con la inscripción, el ensayo, las planillas. Todo- explicó- Si quieres, claro.

-Si quiero- aseguré- Es como un sueño, de verdad. Pero...

-Estás asustado- completó y lo acepté.

Porque, a pesar de que no saber que hacer me daba ansiedad, saberlo, tenerlo enfrente, cerca... se volvió real, y la realidad, me cuesta afrontarla.

-Aterrado- corregí y suspiré.

-¿De qué, exactamente?- me preguntó, convirtiéndose poco a poco en la consejera.

-Tía...

-Te lo pregunto como mi sobrino, no como tú psicopedagoga, Evan- aclaró, entendiendo.

-No tener a mis amigos ahí conmigo, estar solo, fallar, que no me guste una materia y por eso querer irme- el peor pensamiento de todos cruzó mi cabeza- Desaprobar algo de literatura... Si, eso no podría soportarlo- enumeré y más situaciones, más posibles cosas que podían pasar, se empezaron a apilar.

Me miraba muy tranquila y asintió segundos después, cuando la vi al borde de quebrarme.

-Wow...- soltó- Y... ¿Qué tal si te encanta lo que estudias? ¿Qué tal si, finalmente, puedes hacer lo que quieras, estudiar solamente esa cosa que te apasiona tanto y te fascina? ¿Qué tal si eres el mejor estudiante?- siguió y respiró hondo- Evan... No te voy s mentir, es probable que desapruebes algo, es probable que el primer día no te hagas mejor amigo de nadie, que te confundas de aula, que te atrases un poco con las lecturas. Mil cosas- no estaba diciendo cosas tranquilizadoras, pero por su tono, intuía, que venía algo que si- Pero lo importante, es seguir adelante. No rendirse, porque amas en lo que te vas a convertir. Enamórate de tu futuro y te prometo, que nada de todo eso va a importar- aseguró.

Me levanté de la silla y la abracé, casi con lágrimas en los ojos, sacándome un terrible peso de encima. Porque... necesitaba tanto que alguien me dijera eso, que no presionara tanto mi presente, sino enfocarme en que quería ser y nada más.

-Tendrás el ensayo para la semana que viene.

📖📖📖

-Hijo...- mi papá tocó la puerta de mi cuarto y saqué de mi vista "R de Rebelde" de Sue Grafton y lo miré, incorporándome en la cama, sentándome.

-¿Qué pasa?

-Así que... Te decidiste oficialmente- me dijo, entrando a la habitación y asentí.

-Me decidí.

Obviamente, les había comentado a él y a mi mamá lo que quería estudiar, pero que aún no estaba del todo seguro. Supongo, que mi tía, no pudo guardárselo.

-Me encanta- se sentó en la cama conmigo, sonriendo y le devolví el gesto. Asintió e hizo silencio, notaba incomodidad, pero no entendía bien porque- Genial- siguió- Cambiando de tema...- empezó y desvió la mirada, como si no supiera como seguir. Me quedé muy confundido por toda esa actitud- Tu madre y yo... queremos saber, no es por meternos en tu vida, ni nada, no tiene que...

-¿Papá, qué pasa?- interrumpí, con la intriga en todo el cuerpo.

-¿Estás saliendo con Penny?- soltó y me empezó a latir el corazón a mil por hora. Me sentí como un niño siendo atrapado robando un dulce.

No dudaba que algo sospechaban. No solo porque ella vino al hospital y me agarró la mano. No creía que el abuelo, le haya dicho que dormí con ella, pero no éramos los más discretos tampoco.

-Eh... Si... O sea...- contesté y me mordí el labio inferior un segundo, porque no sabía ni por donde empezar a explicarle- Podría decirse que si... No es exactamente oficial, pero... digamos que si- sentí que lo confundí más.

Tragó con dificultad y suspiró.

-Hijo, por favor dime que no están...- ni siquiera terminó la frase antes de empezar otra- Al menos, dime que se cuidan...

-¡Ay por Dios, no!- aclaré rápido, con una vergüenza increíble- No, no, no. Nada de eso. No...- negué muchas veces- Me refería a... Es...- saqué aire- Estamos enamorados- confesé.

Mi papá se sorprendió, pero se le formó una sonrisa.

-¿Enamorados?- asentí, pensarlo ya me ponía feliz- Muy bien...- se levantó de la cama y me miró una vez más- Me alegra mucho y... espero me puedas contar más, cuando quieras.

-Lo haré.

Cartas de amor a escritores 📖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora