Penny
Caí al piso sobre mi hombro y me desperté por el golpe. Solté un gemido de dolor, sentándome sobre una alfombra con dibujos en rojo.
Me acaricié el hombro, intentando cesar el dolor y abrí más los ojos, ubicando a mi cerebro. Vi a Evan aún dormido, en el sillón, con un brazo caído y el libro de "El graduado" en el piso.
¡Había pasado la noche con un chico! ¡Había pasado la noche con Poe!
Agarré mi celular de la mesa ratona, aún desde el suelo. Ay por Dios, esto era malo, muy malo.
Faith 💝: Te sigo cubriendo???
Faith 💝: Penny???
Faith 💝: DÓNDE ESTÁS?
Faith 💝: Sigues con Evan????
Faith 💝: Sigues con Evan... 😏 SIGUES CON EVAN!!!
Faith 💝: Tranquila... Te quedaste a dormir aquí... 😉Solté un suspiro de alivio al leer los mensajes de mi amiga. Le había dicho que me ayudara un poco con respecto a mis padres. Obvio, les contaría tarde o temprano todo esto. Pero era muy complicado, hacerlo por una llamada, cuando estaba yendo hasta el hospital.
Me levanté del piso, agarrando el libro también y dejándolo en la mesita. Sonreí, mirando otra vez a Evan y lo sacudí un poco.
-Hey...- nada- ¡Hey!
-¿Mhmm?- soltó en voz baja y se movió un poco, sin despertarse.
Me reí, me senté en el sofá, en el espacio donde estaba durmiendo yo y le acaricié el pelo.
Sonrió antes de abrir los ojos de a poco. Por Dios, este chico es la cosa más tierna del mundo.
Me miró y amplió la sonrisa.
-Hola...- dijo, apoyó su mano izquierda en mi rodilla y movió su pulgar con delicadeza, haciéndome sentir escalofríos preciosos- ¿Nos quedamos dormidos?- su actitud cambió de repente, preguntando desesperado.
-Si- solté una risa.
-¡Ay no!- se sentó con rapidez alterado- ¿Qué hora es? Tus padres...
-Tranquilo...- lo agarré de los hombros y me acerqué más- Faith me cubrió, no te preocupes- aclaré- Y...- agarré otra vez mi celular- Son 7:34.
-Ok...- asintió más calmado- Genial... Tenemos tiempo antes de ir a la escuela- agregó y desvió la vista a mis labios un segundo, antes de acercarse por completo y darme un corto beso- ¿Quieres desayunar?
-Seguro- contesté.
Evan se levantó del sillón y fue hasta la cocina. Lo seguí y lo vi cerca de las alacenas, sacando dos tazas.
Sin pensarlo, lo abracé por la cintura, tocando su estómago y le di un beso en el hombro. Soltó una risa y se dio vuelta para mirarme de frente.
-¿Qué tomas?- me sacó mechones de pelo de la cara, poniéndolos detrás de mis orejas.
-Café con leche y dos tostadas con queso...- respondí- Si tu abuelo no me mata, ya que, estoy robándole varias cosas.
-Tu tranquila- me sonrió y volvió a darse vuelta para poner la cafetera.
Se separó de mí para ir al refrigerador y sacar la leche y queso untable. Agarró pan de la alacena y puso dos en la tostadora.
-No llegamos al capítulo 10- solté.
Evan sonrió, diferente a las demás veces. No sé que era exactamente, pero me atraía aún más así. Se acercó a mí otra vez, pero sin tocarme, lo cual era aún más excitante.
-Una pena- levantó una ceja.
Sabía que estábamos jugando, los dos lo sabíamos. Pero, era tan divertido bromear con eso. Estábamos lejos de... sacarnos mucha ropa, pero a la vez, era entretenido pensarlo.
Lo que recuerdo de anoche, es leer unos tres capítulos más, con sus respectivos... descansos. Muchas caricias, muchos besos, pero nada más. Hasta que sentí los párpados pesados y la voz de Evan cada vez más ronca y cansada.
Saltaron las tostadas y él las puso en un plato. Sirvió el café en ambas tazas, al igual que la leche y llevamos todas las cosas a la mesa. También, agarró unas galletas pop tart y empezó a comer una.
-La cantidad de azúcar me empalaga y ni siquiera la tengo cerca- comenté.
-Si, no soy la persona más sana con la comida- admitió, soltando una risa- Si me besas, lo tendrás en la boca en algún momento- siguió.
-Si te digo que no te besaría más si comes eso, ¿lo dejarías?- desafíe divertida.
-Mmm... Nunca más una pop tart en la vida- aseguró de la misma manera.
Se me ocurrió algo mejor, para jugar aún más.
-¿Dejar de leer o dejar de besarme?
Se rió con ganas.
-Conoce tus límites, Agatha.
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Cartas de amor a escritores 📖
Teen FictionEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...