Evan
"Mi nombre es una metáfora. Significa que lleva a Cristo y viene de las palabras griegas χριστος (que significa Jesucrivas), y que el nombre que le pusieron a San Cristóbal porque cruzó un río llevando a...".
-Hijo- llamo mi atención mi papá, haciéndome levantar la cabeza y dejar de leer los pensamientos del pobre Christopher- Me gustaría que algún día, me acompañes al trabajo- sonrió frente a mí, sentado, aún desayunando, igual que yo.
Moví los ojos, inspeccionando su rostro, para ver si estaba bromeando, si hablaba en serio o, si simplemente, tenía demencia.
-¿Por qué?- solté.
Saqué la mano del libro sin darme cuenta y perdí la página que estaba leyendo. Estaba demasiado confundido.
-Bueno...- tragó lo que estaba comiendo, mientras pensaba una buena excusa- Me gustaría que, quizás en el verano, hicieras alguna pasantía y, si te interesa, podrías estudiar algo parecido en la universidad- explicó.
Me dieron náuseas. La universidad me daba náuseas y, que mis padres sacaran el tema, era aún peor.
Mi papá no entiende. Nunca entiende y he hecho paz con eso hace años. Le importo y me quiere, por supuesto que si, y los sentimientos son recíprocos. Pero, hay veces, que no se da cuenta de cosas que tiene frente a él, y es bastante molesto.
-Solo, si quieres. No te quiero obligar a hacer nada- se apuró a aclarar- Además... No sé, no quiero que pierdas tanto tiempo.
-¿Con qué?- pregunté.
Si tiene el coraje para pensarlo, que lo tenga para decírmelo en la cara, porque sé exactamente lo que es.
-Leyendo- y lo tuvo, y lo dijo.
Miré hacia mi libro, convenciéndome que no tenía razón.
-David...- mi mamá, apareció detrás de mí, hablando con un tono molesto- El chico podría ser adicto a las drogas, ¿sabes? Tenemos suerte- me defendió, porque a ella le encantaba leer también.
-No digo que no lea- discutió- Me gusta que te distraigas un poco, pero... hay muchas cosas más para hacer y que sé que te encantarán, ¿me entiendes, hijo?- siguió.
Suspiré.
-Si- escuché la bocina del auto de mi amigo afuera- Llegó Fred, tengo que irme- me levanté de la mesa- Nos vemos.
Agarré "El curioso incidente del perro a medianoche" de Mark Haddon y me fui.
📖📖📖
Por supuesto que mi nombre es una metáfora. El nombre, te lo ponen tus padres, es parte de tu identidad antes de que nazcas, y estoy muy seguro, que hay una expectativa oculta en mi nombre. Tengo que averiguar porque me lo pusieron, porque me llamo como me llamo.
-Todos afuera del aula- la Señorita Evergreen se asomó en la puerta del salón con simplemente esas palabras- Los que tienen que entregar la carta, la dejan en el escritorio antes de salir- nadie se movió- Vamos, chicos, no tenemos todo el día- apuró y todos le hicimos caso, muy confundidos.
-¿Qué planea ahora?- preguntó Billy intentando mirar para adentro.
Estábamos todos en el pasillo, con el aula cerrada y mi profesora estuvo ahí dentro, sola, como por diez minutos.
-Genera suspenso- revoleó los ojos Fred.
La Señorita Evergreen, finalmente salió del aula y sonrió.
-De a uno, vayan entrando los que tienen que recibir carta- dijo y se volvió a meter.
Nos miramos con mis amigos, completamente intrigados por lo que se le habrá ocurrido para darnos las cartas.
Estaba ansioso, muy ansioso por saber quien me escribió y que sería. Aún no había leído nada de Edgar Allan Poe, lo tenía tan pendiente, que me dolía.
Justo antes que yo, salió Fred, riéndose.
-¡Feliz Navidad!- exclamó mostrando el sobre- Charles Dickens.
El próximo en entrar, fui yo y cerré la puerta tras de mí. La Señorita Evergreen, estaba sentada en el escritorio, revisando unos papeles.
Me acerqué a ella y desvió la vista hacia la lista de alumnos. Me sorprendía, que con tan pocas clases, ya recordaba nuestros nombres.
Volvió a mí y sonrió.
-Edgar Allan Poe, es un gusto tenerlo aquí presente- soltó divertida y me reí con ganas.
-El gusto es mío- respondí.
Buscó entre varios sobres, agarró uno y me lo extendió. Lo agarré con el corazón golpeteando en mi pecho y miré algo escrito con la misma letra que en el sobre de mi amigo.
"Para: Edgar Allan Poe
De: Agatha Christie"
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Cartas de amor a escritores 📖
Teen FictionEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...