Penny
Miré mi habitación terminada, nueva, yo.
Las paredes pintadas de un verde agua pastel, la cama de dos plazas con acolchado simple, mesita de noche con velador, una foto mía de cuando era pequeña y el libro que estaba leyendo. Tenía un escritorio blanco más grande y con más espacio contra la ventana, había muchos más estantes con muchos más libros que ni sabía que tenía de lo escondidos que estaban en mi placard. Ahora, mi mesa de maquillaje, no estaba, y ese sector, se había convertido en mi espejo y un cajón en donde también tenía la ropa.
A pesar de que mi ensayo para la universidad era el descubrimiento de lo que sería mi cuarto, eso ya lo había entregado hacía un tiempo y, según un mail, la carta de aceptación llegaría en estos días. Hace como una semana, que apenas duermo por eso.
Suspiré, contenta con mi proyecto y bajé las escaleras, para ir a la cocina a buscar un poco de café. Después de que me lo serví en una taza, ví que en el piso junto a la puerta, había cartas y revistas, así que, fui corriendo a ellos, dejando el café en la mesada.
Levanté todo del piso y leí con velocidad. Luz. Gas. Cable. Standford. Tiré todo lo demás, o se me cayó, no lo sé. Solo me quedé con lo importante en la mano, tenía mi nombre y todo, Dios mío.
Agarré mi celular con velocidad, inmediatamente.
Penny: Ya me llegó la mía!!!! A ti????
Vi que leyó el mensaje a penas al instante y casi un minuto después, me contestó.
Evan 💘: También a mí!!! Voy para allá
Sonreí y también respiré de alivio. Porque habíamos acordado abrir los sobres juntos, y sabía que no iba a poder soportar esperarlo, si no la tenía todavía.
Aunque, los minutos que tardó en venir, fueron un infierno. Ni bien le abrí la puerta, no dijimos ni "hola", nada. Lo notaba igual de impaciente y nervioso que yo.
-Ok...- solté yo- Uno...
-Dos...
-Tres- dijimos al unisono y destrozamos el sobre al mismo tiempo. Desdoblé la hoja y leí.
Levanté la vista para mirar a Evan. Él hizo lo mismo y sonrió. Y por supuesto, que le sonreí también.
-¡Entré!- exclamó él.
-¡También yo! ¡Por Dios!- casi grité, porque exploté de la felicidad.
Me lancé a abrazarlo y me lo devolvió al instante, acariciándome la espalda y poniendo su boca en mi hombro.
-Vamos a estudiar cerca- murmuró y me separé, nada más que para mirarlo.
-Muy cerca...- le di finalmente un beso en los labios, enamorándome de esa idea tan preciosa.
Me separé y me mordí el labio inferior. Deshice el abrazo, para agarrarlo de la mano y empezar a casi correr hasta las escaleras y subir.
-¿Qué?- preguntó, soltando una risa, algo confundido.
Llegamos a mi habitación y lo hice pasar, cerrando la puerta.
-Nos vamos a tomar un descanso- me volví a acercar a él, agarrándolo de la nuca- Pero, no vamos a leer.
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Cartas de amor a escritores 📖
Teen FictionEdgar Allan Poe, dijo una vez que no hay belleza sin un poco de extrañeza. Y Agatha Christie, estipuló que la cara, no es solamente una máscara de lo que verdaderamente es el corazón humano. Por esto mismo, no hace falta ver a alguien para poder ena...