Capítulo 16 - El rugido más fuerte

366 48 3
                                    

Los hermanos Velaryon no podían ser separados.

No importaba cuánto los guardias intentaran apartarlos, cuánto les dijeran que era importante que revisaran sus heridas también. Ellos no iban a ceder.

Daenyra los creía a todos mentirosos. Decían que iban a revisarlos, que ellos también eran prioridad, pero la figura cuya atención posaba no era la suya o lade sus primas o hermanos, sino en los dos príncipes Targaryen.

Aemond jadeaba con dolor a cada nueva sutura que le hacían. Dany creyó que las manos del maester estaban un tanto temblorosas, lo que sin duda terminaría por dejar una cicatriz especialmente fea en el rostro del muchacho.

Bien. Lo merecía.

Aegon la sacó mucho más barata. Si bien estaba siendo sometido al mismo proceso que su hermano menor, los profesionales le aseguraban que volvería a caminar sin problema en un par de semanas.

Lástima.

Por su parte, la princesa Velaryon fue la que se encargó de revisar a su clan. Era obvio que la que necesitaba más atención era ella, pero luego se encargaría de eso. Ahora, necesitaba corroborar que su sangre estuviea bien.

Revisó primero a Luke, quién aún tenía rastros de lágrimas en su inocente rostro. Su nariz estaba rota, algunas de sus uña también, varias contusiones se dibujaban en sus brazos y pecho, pero no parecía tener ninguna herida profunda ni huesos rotos.

Baela y Rhaena estaban relativamente bien. Sólo había moretones en sus muñecas y algunos pocos en sus espaldas, pero estos sanarían rápido. No corrían verdaero peligro.

Jacaerys era otra historia.

Lo habían sentado en una silla y trataban de hacerlo reaccionar, de despertarlo de aquel trance en el que la piedra que lo había golpeado lo metió.

Daenyra odiaba la mera imagen de ello.

Ella fue la que lo desconcentró, la causa de que el muchacho estuviera sufriendo tanto. Sin tan sólo hubiera cerrado su estúpida boca, su hermano no estaría así.

"Quédate quieto" le ordenó mientras lo inspeccionaba.

Sus puños estaban bastante descuidados: había hematomas subcutaneos y varios pequeños cortes brotando de ellos. Su rostro se llevó algunos rasguños, el labio partido siendo la única herida que compartía con su hermana.

Sin dudas, lo peor fue el golpe en su cabeza.

La piedra había golpeado con fuerza el lugar, cortando piel y algún pedazo de carne a su paso. El pelo de su hermano estaba mojado en la sangre de la herida, y teñido con la mezcla de aquel líquido y la suciedad del piso al que había caído tras el golpe.

Dany ordenó a los sirvientes que trajeran un poco de agua para poder lavar el cabello del primogénito de Rhaenyra y así poder ahorrarle la mala experiencia de una infección.

Cuando su madre apareciera, sería ella a la que pediría ayuda para suturarlo, esterilizarlo y vendarlo.

"¿Qué signfica esto?" fue la primera cosa que escuchó de una voz conocida.

De la puerta sobre las escaleras de aquel salón, bortaba todo una escuadrón Velaryon. Lord Corlys y la princesa Rhaenys liderándolos. Esta última aceleró su paso ni bien dio con la imagen de las tres niñas que había dejado sanas y salvas luego de la cena de aquella noche.

Ambos se acercaron preocupados a sus nietos, revisando cada centímetro de sus cuerpos en búsca de heridas que demandaran su inmediata atención... y la mano del responsable.

𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora