𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯

Capítulo 19 - Escapa a las lágrimas

La cena fue fabulosa. 

Todos rieron, todos charlaban. 

No había nervios, no había segundas intenciones, no había tensión en el ambiente. 

Rhaenyra reía junto a su esposo como nunca antes lo había hecho. Su rostro estaba completamente iluminado por lo divertido de las palabras de Laenor, quien, contagiado, seguía hablando entre pequeñas risas. 

Lucerys estaba completamente entusiasmado mientras contaba a sus hermanos sobre su primer dracarys dirigido hacia Arrax. Él había cumplido sin protesta alguna, enorgulleciendo a los cuidadores de la cueva donde los dragones descansaban. 

Jacaerys, Daenyra y Joffrey escuchaban atentamente, emocionados por felicitar al muchacho. Al menos los priemros dos lo estaban. Joffrey reía ante las caras que su hermana le hacía mientras él se sentaba sobre su regazo. 

Eran una familia. Quien sea que los viera sin duda se daría cuenta de tal cosa. 

Dany hubiera deseado que durara para siempre. 

Sin embargo, un golpe abrupto pront movió toda la mesa. Sorprendió a todos los presentes, disipando cualqueir posible comodida que ella hubiera leído en el aire. 

Su padre se paró de su silla, furioso. Miró a Rhaenyra con lo que ella podría deducir que fuera tristeza e ira, pero no pudo decir con exactitud. Pronto el hombre abandonó el comedor malidiciendo todo y nada. Su madre se disculpó con los niños y encargó a los sirvientes acostarlos, siguiendo rápidamente los pasos de su esposo.  

¿Por qué todo lo bueno duraba poco?

Ahora, ella y sus hermanos imaginaban las explicaciones más alocadas para justificar el comportamiento tan cambiante de su padre.

"¡Quizá mamá se comió la tarta de vainilla de papá!" planteó Luke, consiguiendo que Joffrey riera. 

Llevaban unos veinte minutos así. Quizá al principio las propuestas nacieron de la preocupación de Luke y Dany, pero cuando las estupideces comenzar a llegar a las cabezas del par de hermanos, Joff reía, abslutamente tentado ante las palabras que oía. 

Simplemente no tuvieron el corazón para parar. 

"¡O quizás papá rompió el vestido favorito de mamá y ella quiere hacer que le compre una decena nuevos!"

"¿Y si mamá lo obligó a jugar a las escondidas con ella y luego lo dejó escondido por horas?"

El niño reía y reía. No había caso. Nada hacía más felices a sus dos hermanos, quienes se miraban mutuamente tras lograr que tal hermoso ruido brotara de la boca del niño. 

La puerta pronto de abrió, acallando a los mayores absurptamente tras creer que podría ser su madre o padre. 

Fue un alivio ver a Jace pasar primero. 

No lo fue ver a Laenor detrás de él. 

"¿Qué hacen aquí?" preguntó Dany, fingiendo demencia ante todas las bobadas que dijeron por Joffrey, quien, ante ver a sus hermanos levantarse de la cama para acercarse a los dos nuevos invitados, llorisqueó para que lo llevaran con ellos. 

Ante la mirada de ambos niños, Jace sacudió levemente la cabeza, negando sutilmente saber por qué estaban aquí.

"Siéntense niños, no están en problemas" le aseguró su padre. 

Era injusto. Que él tuviera que estar haciendo esto en este momento era injusto. Nunca hizo otra cosa en todo este tiempo que no fuera para mantener a salvo a sus hijos. No podía decir que era un padre perfecto, pero por diez años hizo su mejor esfuerzo.