Capítulo 20 - ¿Es mucho pedir un minuto más?

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¿Qué sentir cuando todo lo pierdes?

El momento en que una docena de puñales se clava en tu espalda ¿Qué haces?

Cada segundo que en el que sientes cómo tus venas se secan ¿Qué haces?

¿Vale la pena luchar contra un destino que espera pacientemente conocerte?

El fuego quema tu piel. El hierro se funde con tus órganos.

¿Qué ves en los últimos segundo de tu vida?

Laenor la vio a Danny.

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Los hermanos Velaryon se despertaron con el más horrible de los gritos. No pudieron reconocer a su autor, pero nunca en la vida había escuchado tan miserable sonido. Podría romper cualquiera de los vidrios en sus ventanas, ensordecer a cualqueira lo suficientemente cerca como para estar cerca.

Joffrey lloraba. Luke intentaba consolarlo, pero pronto entró en pánico él también cuando otro grito resonó con eco en los pasillos frente a su habitación. Dany miró a Jace, y eso fue todo lo que necesitó para que su hermano mayor asintiera y socorriera a los dos varones más pequeños de su familia.

Daenyra se levantó de la cama con prisa, esta vez tomando tres de sus dagas para tratar con lo que sea que estuviera causando tanto miedo en sus hermanos.

El pasillo se sentía denso, oscuro. El eco del dolor de quien ahora parecía ser una mujer resonando en sus paredes. La niña temió lo peor, por lo que corriá por todo el lugar intentado bloquear de su cabeza que, la última vez que debió averiguar el dueño de algún ruido, terminó por conseguirse una cicatriz en su rostro de por vida.

A cada paso dado, sus emociones se afloraban con atrevimiento en su piel. ¿Y si alguien había entrado? ¿Y si la mujer que estaba en pena eran sus primas? ¿O su madre? ¿O su abuela? ¿Dónde estaba su padre? ¿Dónde estaba Daemon? ¿Dónde estaba Corlys? Tantos guerreros formidables, pero no escuchaba ningún otro par de pisadas que no fueran las suyas.

No podía llamarlos a gritos, eso podría llegar a jugarle el factor sorpresa sobre quien sea que estuviera tratando con tanta crueldad a la mujer que gritaba.

Pronto, a sus espaldas comenzó a escuchar más personas.

Al fin. Ayuda.

Varios guardias corrieron hacia la dirección en que ella iba: el salón principal. Bien, seguramente encontraría respuestas allí.

Al llegar, Dany quiso esperar para tener un plan de ataque, pero aquellos hombres no parecían siquiera notar su presencia. Abrieron las puertas de un golpe limpio y corrieron a socorrer a quien sea que estuviera ahí.

Ahora, la voz tenía nombre.

Rhaenys Targaryen.

Ahora, lo que pasaba era claro.

Una princesa lloraba la muerte de un cuerpo quemado.

¿Qué se suponía que estaba pasando?

"Dany" se percató la mujer. Sus ojos, rojos de tanto llorar. Su voz, afónica de tanto gritar. Su vestido, empapado con lágrimas. El nombre de su nieta salió como un susurro de su boca, uno que se perdió completamente entre las armaduras de los caballeros que iban llegando.

Daenyra se acercó, desesperada por poder llegar a su abuela y así encontrar solución a lo que sea que la tuviera en tal estado. Costó un par de golpes, pero al final lo logró.

"Mi dulce niña" esta vez, las palabras llegaron a los oídos de la chica, quien ni bien estuvo a una distancia razonable de su abuela, se arrodilló para poder levantar la barbilla de la mujer. Parecía en trance, hipnotizada por un cuerpo defigurado, quemado en la mayor parte de su rostro. 

𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora