𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯

Capitulo 69 - Lealtad debida

"Debemos actuar, su majestad. Incluso si lo que el cuervo del rey dice es cierto, no podemos arriesgarnos a que Rhaenyra forme un ejército" insistió Tyland Lannister mucho después de haber enviado palabras a su hermano en Casterly Rock para que reuniera a todo hombre capaz de blandir una espada.

El pequeño consejo lucía tenso hoy, quizá demasiado para el gusto de Aegon. Acababan de ganar un dragón y aún así todos los señores encontraban razones para arruinar su mañana triunfante.

"La princesa Rhaenyra aceptará nuestras condiciones, mi lord" intervino Alicent Hightower con tono cortante.Toda su vida había vivido entre hombres deseosos de atravesar sujetos con algo de punta filosa, sabía que este consejo no era diferente. "No debemos ser impulsivos, no cuando aún existe la posibilidad de paz".

"¿Paz?" Esta vez, fue Jasper Wylde el que habló. "¿Cómo puede hablar de paz, mi reina, cuando acaba de forzar un matrimonio entre su hijo y la única muchacha que mantiene a los dragones de Rhaenyra fuera de la quema de toda la capital?" En verdad, el hombre estaba completamente sorprendido por la incredulidad de la mujer. Tomó una decisión sin el consejo de nadie más que el de su propia ambición, y aún así creía que no habría consecuencias que no fueran las que ella deseara a sus actos. Esta vez, su mirada fue dirigida al rey. "¿Debemos esperar a que su media hermana venga con cinco dragones, la flota más grande de los siete reinos y grandes casas respaldándolas para saber que los términos no fueron aceptados?"

El largo suspiro agobiado que el monarca soltó dejo a absolutamente todos en la mesa callados. Aegon conocía lo ciega que podía ser su madre, y lo especialmente tercos que los lores podían ponerse. La discusión podría durar horas y horas y lo único en lo que él pensaría durante ese tiempo sería en qué vinos ordenar que fueran servidos en su noche de bodas con Daenyra.

No gozaba de la presencia de su abuelo, pero reconocía que Otto hubiera sabido perfectamente cómo callar a todos.

"¿Cómo podría movilizar miles de hombres sin que me enterase, mi lord?" Preguntó lord Strong con una tranquilidad característica de él. Por tan solo algunos segundos, su mirada se deslizó del rey hacia la reina madre frente a él, como buscando su aprobación.

"¿De qué sirven sus conocimientos si llegan tarde, mi lord? No sabrá que Stark se moviliza en el norte o que los Baratheon favorecen a la princesa hasta que no estén en nuestras puertas pidiendo la sangre de nuestro rey" Contraatacó el hombre Lannister, su voz saliendo cada vez más exasperada por la falta de verdadera visión del panorama de guerra frente a ellos.

Aegon dejó caer la cabeza sobre el borde del respaldo de su silla. Enserio lo irritaba seguir estancado en la misma conversación. Si antes el problema era su falta de interés, ahora era lo completamente agobiador que eran un par de lores paranoicos insistiendo en problemas que aún existían.

"Entonces ¿Qué proponen hacer, mis señores? Porque atacar casas que no se declararon enemigas de la corona es una idea demasiado estúpido, incluso para sujetos como ustedes".

El insulto cayó en oídos de todos los presentes... y fue ignorado con la misma determinación.

Fue Jasper Wylde el que remoto el tema primero. "Debemos mostrar fuerza, mi rey. Los cuervos no bastarán para convencer a las casas de unirse su causa. Envíe a sus dragones"

"No. No, me rehúso a que eso suceda" pretendió refutar Alicent, pero la atención de su hijo mayor ya había sido captada.

"Pero me temo que esa no es decisión suya, mi reina" cortó lord Wylde a la mujer con mirada firme, harto de seguir soportándola interferir con cosas que no comprendía como lo era la guerra. Segundo después, volvió su mirada al rey. "Aemond y Daeron son sus hermanos, fieles servidores a su corona. Envíelos en lomos de Vhagar y Tessarion y verá como los lores se arrodillan ante usted".