Reposo del Grajo y Rocadragón estaban separados uno del otro por cien kilómetros.
Solo cien kilómetros.
Y no podía ser más diferente lo que pasaba en uno que en el otro.
Cuando de la pareja de hermanos se trataba, lord Staunton pasaba largas horas de su noche gozando de los ruidos de felicidad que la princesa Velaryon gritaría justo después de que tanto ella como Jacaerys se retiraran de la mesa con algunos minutos de diferencia entre sí. Si no gemidos, la cama rechinando sería lo que notificara a todo el castillo que sus altezas cumplían con su deber de casados.
Las malas lenguas hablan de que el viejo señor ofreció su compañía en tales encuentros a la madre de los dragones. Cuando Jace se enteró, necesitó de toda la fuerza de su esposa para que no lo decapitara por tal osadía. Lo más probable es que este rumor no haya existido sino para aumentar lo desagradable de aquel lord, pero no podríamos nunca descartar que algo así pasase.
"¿Cómo podría ser el príncipe Jacaerys un Strong y no un Targaryen si lo que comparte cada noche con Daenyra es justo como los viejos recuerdan que Baelon el valeroso compartía con Alyssa?" hablarían los borrachos en las tabernas, convenciendo a quienes habían escuchado a la pareja por las noches y causando carcajadas en muchos más.
Sin embargo, tales sujetos a penas conocían a sus majestades, por lo que sería inútil intentar explicarles que el lazo que unía a los hijos del Conciliador era sino un décimo del que Dany y Jace comparten.
En verdad, no había forma de que hermano y hermana se odiasen, incluso siendo que ambos habían cambiado desde sus últimos momentos juntos como tal en Desembarco del Rey. En ese entonces, la chica sólo tendría al hombre que siempre la amó como esposo y al bebé que siempre anheló descansando en sus brazos, sin mencionar que su hermano menor y sobrino que adoraba aún vivían.
El destino es un fenómeno de lo más fascinante.
Especialmente porque, no importaba qué ocurriera al par de jóvenes, el destino nunca fallaba en encontrar la forma de volver a juntar sus caminos.
"No tengo un deseo suicida" susurró Jace a Dany una vez que se recostaron desnudos en su cama luego de volver a disfrutar del cuerpo del otro. "Sé que lo piensas, sé que crees que deseo morir, pero no es así".
"Nunca podría haberlo adivinado" contestó la princesa desde su lado de la cama, manteniendo su mirada clavada en el techo de madera sobre ellos. Su voz podría haber sonado irónica, pero ambos sabían que sus palabras eran todo menos tal cosa.
"No deseo guerras para probar mi valor porque conozco lo que soy y lo que puedo hacer" siguió diciendo Jacaerys, esforzándose aún más por encontrar palabras que explicaran el complejo nudo en que sus emociones se habían enredado. "No me interesa arriesgar la vida de Vermax, ni tampoco disfruto del abandonar a mi único hijo al cuidado de septas cuya percepción de la lealtad desconozco. Me apetece aún menos el tener que abrirme paso a golpes entre servidores de la corona de nuestra madre, quienes sólo seguían sus órdenes de mantenerme a salvo, pero... todo lo haría de nuevo".
Dany escuchó las sábanas retorcerse a su lado, y pronto sintió los mirada vulnerable de su marido quemar en su piel.
"Cada lágrima, cada palabra, cada punzada de dolor. Pasaría por todo eso una y otra vez si así significaría que volvería a tener la oportunidad de protegerte" su voz no era la firme con la que se refería al señor de las tierras en las que descansaban, sino la quebrada que sólo se sentía seguro usando con la mujer que adoraba. "Temo a muchas cosas, Dan, pero la única que me aterra es la de perderte".
"¿Y crees que yo no temo lo mismo cuando se trata de ti?" casi que escupió Dany, girando a encontrar el rostro de su esposo con una expresión de lo más honesta. Ella, en cambio, lo recibió con ojos cristalizados y gesto furioso. "Repites las mismas tres estúpidas palabras una y otra vez, creyendo que cambiaré de opinión porque acabamos de evitar la muerte" negó fuertemente con la cabeza, alejando de un golpe la mano que su esposo acercó para consolarla. "Y entiendo que estés bien recibiendo una flecha por mi, entiendo que te contentes con morir desangrado en mis brazos, ¿Pero qué hay de mi?"
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𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯
Fanfiction❝ Una historia en la que Daenyra Velaryon, hija legítima de Rhaenyra y Laenor, deberá de pelear con 𝙛𝙪𝙚𝙜𝙤 𝙮 𝙨𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 para salvar a los que ama ❞. ♡° ┄─────── "𝙊𝙝 𝙢𝙮 𝙧𝙚𝙥𝙪𝙩𝙖𝙩𝙞𝙤𝙣'𝙨 𝙠𝙞𝙣𝙙𝙖 𝙘𝙡𝙤𝙪𝙙𝙚𝙙 𝙬𝙞𝙩𝙝 𝙙𝙞𝙧𝙩 ...