Capítulo 26 - ¿Y ahora qué?

280 39 0
                                    

Dany nunca perdió su sexto sentido cuando dormía. Ruido que sobresaliera de la realidad en la que se acostaba, ruido que la hacía despertarse.

Sin embargo, no fue un ruido lo que la despertó esta vez. Fue dolor.

Nada sorprendente, en comparación a lo que era que intentaran estrangularte o cortarte un ojo centímetro a centímetro, pero era molesto. Lo suficiente como para que su cuerpo la trajera de vuelta a la plenitud de sus sentidos.

Se revisó el cuerpo en busca de heridas. Quizá se había golpeado de alguna forma por moverse dormida y eso era lo que le había molestado. Seguramente fuera a calmarse la molestia en cuanto volviera a acomodarse para dormir.

No lo hizo.

El bastardo era consistente, le daría eso.

Se esforzó por levantarse de la cama y caminar sin empeorar su dolor hacia la puerta, la cual abrió para asomarse para hablar uno de sus guardias. Era de complexión bastante grande, lo único que arruinaba su imagen de fuerte y malo siendo su cabello cobrizo, su rostro con miles de pecas y sus labios fino en modo de sonrisa. Debería ser su primer día: nadie sonreía en la madrugada. No recordaba muy bien su nombre ¿Jon, quizás? no interesaba, no ahora.

"Disculpa" lo llamó. Era mejor si omitían formalidades por esta vez.

"Princesa, ¿qué ocurre?"

"¿Sabes si-" dolor, de nuevo dolor. Jacaerys debería de haber envenenado su comida para vengarse por cómo ella jugó con su vergüenza. El caballero frente a ella -si es que siquiera se podía llamar así a un hombre que no superaba los veinte años - la miró, preocupado, pero no dijo nada.

Se hizo una nota mental de devolverle el favor.

"¿Sí, princesa?"

"Llama a Gilly Snow. Despiértenla si deben, diganle que es urgente. Pidan que me traiga un té de manzanilla y miel" la muchacha dio la orden con mucha claridad. Conocía su posición y la autoridad con la que su voz resonaba.

Pero el supuesto Jon no se movió. Su piel pálida parecía estar superando la imporbabilidad de acalararce aún más. El muchacho parecía haber visto un fantasma.

"¿No fui clara, caballero?" preguntó, molestándose ahora por ver cómo el muchacho alternaba su mirada entre sus piernas y los ojos de la joven Velaryon.

Por mera curiosidad, volvió su atención hacia el objeto que causó la palidez del muchacho. Ahí lo entendió.

Sangre.

"Corre, llama a Gilly y a mi madre" le repitió, esta vez usando el tono amenazante que su padrastro le había enseñado.

Y Jon lo hizo.

A su partida, La muchacha enseguida cerró la puerta.

Estaba sangrando, pero no había herida alguna en ella. Su camisón banco se teñía de tojo desde su cadera hacia abajo, manchando el piso desde el momento en que se levantó de su cama hasta donde estaba ahora. Incluso las sábanas estaban manchadas.

Sintió el líquido correr por sus piernas, preocupandosé aún más por lo que fuera que estuviera pasado.

Estaba asustada.

𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora