Capitulo 70 - ¿Cuántas baldosas son de cristal?

182 34 1
                                    

Lord Cregan Stark amaba a Dany. 

No como Jacaerys Velaryon, no como Aegon Targaryen. La princesa era casi una hermana para el norteño. Incluso teniendo el placer de su presencia únicamente en eventos que requirieran su presencia en el sur de poniente, el par intercambiaban cuervos a diario. Daenyra era como una hermana menor para él. 

Solo historias habían de su reacción cuando se enteró de su captura en la Fortaleza Roja y del matrimonio que la obligaron a concretar con su tío a pesar de haber desposado al único hombre que confiaba para cuidarla. Los rumores lo culpaban de haberse encerrado en sus aposentos y roto absolutamente cualquier cosa que podía romperse, de haber cortado la lengua a todo aquel que hablara de Aegon como un legítimo rey en vez de como un usurpador, incluso decían que ya había reunido a todo su ejército para marchar sur a recuperar a la princesa Velaryon.

Imaginaría uno, entonces, su gesto impenetrable cuando un dragón de escamas oscuras y de un tamaño desmesurado aterrizó en las puertas de Winterfell. De él, un hombre que desconocía descendió. 

"Lord Cregan Stark" lo saludó con una sonrisa completamente desagradable el que se posicionaba frente a él. El guardián del norte observó lo observó con increíble detalle: sus ojos delataban su sangre Valyria en su intensidad púrpura, pero nada en él daba dato de ser un Targaryen o un Velaryon. Los únicos de cabello castaño que conocía parte de alguna gran casa eran los tres príncipes de Rhaenyra. 

"Bastardo" saludó con conclusión el portador de la espada hielo, manteniendo su voz entre el límite de la cordialidad. "Me sorprende que el usurpador atreva a mandar a sus mensajeros por estas tierras, pero de nuevo, nunca fue alguien que excediera en inteligencia". 

"El rey" volvió a hablar el ribereño, ignorando perfectamente la amargura del norteño. "Ofrece términos para contar con su apoyo llegara una guerra a estallar". Un pequeño rollo de papel surgió de por debajo de su capa. 

Oh, pero Rickard Rivers debía hacer pagar al arrogante Lord frente a él por insultar a su monarca y a sí mismo. El rollo en su mano pronto fue lanzado justo al barro frente al Stark con un gesto completamente divertido. "Claro que, quien insulte al legítimo heredo del rey Viserys no merece que roce su mano. Quien me insulta a mi, por otro lado, merece nada menos que el barro que ensucia mis botas" explicó con cejas levantadas y una sonrisa el bastardo, transformando su voz agraciada en una completamente seria de un segundo a otro. "Recójalo, Lord Cregan Stark".

Silencio. Completo y absoluto silencio. Los pájaros no cantaban, las ramas de los árboles estaban completamente quietas. Ni siquiera el gran y temerario caníbal hacía otra cosa más que observar la reacción del norteño. 

Un solo movimiento de la espada hielo, y el mensajero moriría. 

Un solo comando del bastardo, y absolutamente toda la casa Stark sería reducida a cenizas. 

Cuando el mundo creería que vería lo peor suceder en ese momento, el rugido de un segundo dragón a lo lejos. 

Jacaerys Velaryon desconocía como Vermax había logrado escapar la capital sin ser alcanzado por uno de las decenas de escorpiones puestos para proteger a los verdes. Le había ordenado quedarse con Dany, con Seastorm, Sunwing y Nightfyre. Aún así, apareció sobre las playas de Rocadragón algunos días después de la coronación de Aegon. 

Solo por él era que el príncipe Velaryon fue permitido buscar aliados en el norte. 

Solo por él fue que encontró al dragón fugado de la isla del territorio ancestral de su casa rugiendo desde el suelo... y al nuevo jinete de la bestia frente a frente con lord Stark. 

𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora