Los rumores dicen que la llegada de cuatro enormes dragones fue escuchada desde Rocadragón hasta Driftmark, resonando en un terrorífico eco incluso Baratheon y Arryn por igual pudieron escuchar. Las malas lenguas llegan a sugerir que Lord Borros palideció ante tal sonido, aterrado por que la niña de Rhaenyra hubiera llegado con sus tres bestias a tomar venganza por su hermano.
Hizo poco falta un gran intelecto de los isleños para entender qué dragones eran los que se acercaban en el horizonte, y, por lo tanto, qué jinetes en sus lomos. De hecho, hay quienes creen que los hermanos Velaryon a penas y necesitaron un aleteo de alas para saber que la princesa había regresado.
Nada parecido a lo que se dice sucedió. En sus aposentos, Jacaerys Velaryon no quería realmente asomarse por la ventana cuando los dragones rugieron. Durante semanas, su mente lo había atormentado con visiones de lo más crueles: la imagen de su esposa regresando ilesa a sus brazos, el sonido de su risa llenando los pasillos cada vez que caminaba por ellos, el calor de su cuerpo junto al suyo al despertar.
Siempre despertaba. Siempre volvía a estar solo.
No sabía cuánto más de la ausencia de Dany podría soportar. La veía en absolutamente todos lados, la pensaba cada segundo que estaba despierto y la soñaba cuando dormido.
Su madre se había rehusado a actuar por posibilidad de que Desembarco del Rey se hubiera vuelto en llamas, pero Jace veía la verdadera razón del por qué de su tardanza.
Tenía miedo.
Y se sentía traicionada.
¿Quién rescata a un traidor?
Pero su Dany no tenía un solo pelo de traidora. Noche tras noche, cena tras cena, intentaba decírselo. Noche tras noche, cena tras cena, sus palabras caían en oídos sordos.
Nadie realmente podía culpar al príncipe Velaryon por no querer volver a desilusionarse y ser recordado su sofocante soledad.
Al día de hoy, no se sabe qué fue lo que hizo que Jacaerys entendiera que esa era la mujer que amaba. Quizás haya sido su emocionado primero hijo, el príncipe Rhaellon, quien se movía con torpeza hasta el borde de su cuna y lloraba extendiendo sus brazos hacia la ventana, o quizás fue Vermax, quien entre rugidos emocionados por la llegada del trío de bestias transmitió fe a su jinete de que esa era Daenyra.
De algo estaba seguro: En algún momento, Jace miró a por la ventana de su habitación.
Y lo único en lo que podía pensar era en una cosa; El amor de su vida había encontrado el camino de vuelta a sus brazos.
No tuvo tiempo de alegrarse por su llegada ni de festejar con su pequeño que la familia del príncipe de Rocadragón había vuelto a completarse.
En el cerrojo de su puerta se escuchó un click. Cualquier rastro de emoción en el cansado muchacho se esfumó con una velocidad descarada. Sintió su corazón en la garganta cuando se acercó a intentar abrir la enorme pieza de gruesa madera y comprobó sus sospechas.
Lo habían encerrado.
Trató de tirar una vez más.
Y otra.
Y otra.
Y una última vez.
Probó empujando.
Ni se inmutó.
Su respiración comenzaba agitarse cuando su mente divagó por la cantidad de razones por las que podrían querer contener en sus aposentos cuando la única mujer que podría traerlo de vuelta a la cordura acababa de llegar. Y por más que tratase de buscar una justificación razonable y que no implicara daños a ella, no la encontró.
ESTÁS LEYENDO
𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯
Fanfiction❝ Una historia en la que Daenyra Velaryon, hija legítima de Rhaenyra y Laenor, deberá de pelear con 𝙛𝙪𝙚𝙜𝙤 𝙮 𝙨𝙖𝙣𝙜𝙧𝙚 para salvar a los que ama ❞. ♡° ┄─────── "𝙊𝙝 𝙢𝙮 𝙧𝙚𝙥𝙪𝙩𝙖𝙩𝙞𝙤𝙣'𝙨 𝙠𝙞𝙣𝙙𝙖 𝙘𝙡𝙤𝙪𝙙𝙚𝙙 𝙬𝙞𝙩𝙝 𝙙𝙞𝙧𝙩 ...