Capítulo 48 - Tic, toc

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Quizás, si preguntaran, Dany diría que esta es la parte favorita de su día.

No le costó convencer a su hermana de no sangre cuando tuvo la idea inicialmente: Helaena adoraba los insectos de pequeña, supongo que hay cosas que no cambian. Con ella, además, venían otros tres en el combo. Jahaerys y Jahaera tenían ya tres años, pero a donde fueran que fueran, entendían que quería que el nuevo bebé fuera con ellos. Maelor, lo nombraron. Pobre criatura, era igual a su padre.

El viento soplaba sobre su piel, despeinaba inocentemente su cabello. No le molestaba, en verdad, si algo hacía era sumar otro elemento tranquilo al ambiente.

Actualmente, ambas mujeres se encontraban en un pequeños concurso: la primera en bordar una manta para el bebé de pocos meses, ganaría un favor cualquiera de la otra. Los únicos límites eran que no involucraran a otro miembro de la familia, ni que las hicieran quedar en ridículo frente a otro que no fueran ellas.

Helaena se volvió un poco más contenta desde que su hermana de no-sangre se quedó con ella.

Oh, y sus niños.

"¡Nany!" Ellos adoraban a su tía. Quizás Jahaera fuera un poco más apegada a ella, su pequeña niña. Sin embargo, Jahaerys se volvía otro cuando Dany aparecía; No quería decir que tenía favoritos entre sus tíos, pero sin dudas la princesa Velaryon era la que esperaba que apareciera cada vez que  la puerta de su habitación se abría. Lloraba si pasaban mucho tiempo separados, no dejaba de sonreír vergonzosos cada vez que ella le hablaba.

Jahaera era una princesa de mamá, pero a falta de Jahaerys ser el caballero de papa, era el sol de Dany.

El pequeño principito corrió con pasos cortos y torpes hacia donde su tía, riendo cuando ella lo vio, dejó su bordado y extendió sus brazos para atraparlo en un gran abrazo a su llegada.

"Oh, mi pequeño solcito" mimó ella con sus palabras al platinado ni bien estuvieron juntos.

Habían crecido tanto en estos años.

"Lo malcrías" regaló Hel, dejando su bordado a un costado para darle el espacio en sus piernas a la dulce Jahaera. Si iban a competir, ambas debían de estar bordando al mismo tiempo: esa era la gracia. Si una paraba, la otra lo hacía.

Y cuando sus hijos estaban presentes, solían parar.

"¿A este principito? ¡Jamás lo haría!" Se defendió en un tono exageradamente sorprendido "¿Haz oído lo que tu madre dice de nosotros, solecito?" Se separó del abrazo del pequeño, mirándolo a la cara con la misma expresión exagerada que usó en su voz.

"¡Mamá, no!" En una sorprendente inversión de roles, ahora era el niño el que regañaba a su madre. No tenía un gran vocabulario para hacerlo, en realidad, pero seguía haciendo a Dany reír.

"Princesa, el príncipe Maelor no parece querer conciliar el sueño: pensé que podría ayudarnos" interrumpió una tímida muchacha - Rose se llamaba-.

"La princesa Velaryon estaría más que satisfecha ayudándolos con eso: tráiganlo" una pequeña picardía entre amiga, una inocente venganza ante sus viles tácticas para volver a su primer hijo en su contra.

Dany, por supuesto, lo entendió. Por eso puso una cara aún más indignada que su voz.

El bebé llegó envuelto en una tela verde adornada en dorado, demasiado fastidioso con su cuerpo como para poder quedarse quieto.

𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora