Capítulo 17 - Mente en el cielo

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Dany miraba fascinada el trabajo que los maesteres hacían en su madre.

Contrario a lo que ella creía, eran muy prolijos, meticulosos. Pasaban el hilo por la piel con cuidado, acertando cada ángulo que debían para minimizar lo horrible de la futura cicatriz que quedaría.

Ella misma había sido objeto de sus habilidades hace pocos minutos. Aemond había hecho un corte profundo, pero no había ningún órgano importante que haya sido comprometido.

Fue un dolor... fuerte, por decir lo de menos. Toda la crema de amapola la habían usado en el segundo hijo varón del rey, por lo que Daenyra le tocó soportar sentir la aguja ir y venir por su carne.

Su madre, siempre tan oportuna, arpovechó el momento para empezar a cuestionarlos por lo que había pasado. La parte del regaño ya la habían vivido algunas dos o tres horas atrás, cuando el sol aún no había salido.

"No entiendo aún cómo es que se les ocurrió hacer tal cosa" dijo la princesa heredera, negando levemente con la cabeza mientras sus dedos jugaban con uno de sus anillos.

"Pensamos que era injusto que Rhaena no haya sido dada la oportunidad de intentar siquiera. No esperábamos que las gemelas lo atacaran y que él reaccionara así" intentó explicarse Luke, la sangre de su nariz rota ahora seca.

"Fue impulsivo, fue estúpido" bueno, a lo mejor Rhaenyra no había acabado de regañarlos.

"N-no los culpes.... fue mi daga la que... se.... se cobró el ojo de Aemond" la niña Velaryon no podía hablar mucho, los maesters le habían dicho que, mientras más lo hiciera, más desprolijo quedaría su trabajo y, por lo tanto, más notable su cicatriz.

"Oh, tú eres la peor de todas. Acepté que entrenaras para defenderte de enemigos, no para clavar tus armas en el pie de Aegon"

"Ellos eran los enemigos, mamá. Debiste ver cómo intentaron ahorcarla, cómo, entre los dos, casi le quitan el ojo por rencor a aquella pelea de hace casi un año" la defendió Jace.

El muchacho había recobrado la conciencia completa una hora atrás. Le habían recomendaod una pequeña dosis de leche de amapola hasta que su herida en la cabeza curase. Sin embargo, por lo bajo, su hermana le dijo que le haría un aceite con lavanda para que esta se mantuviera desinfectada y cicatrizara más rápido.

Su mirada agradecida fue más que suficiente para hacer sentir mejor a Dany.

"No, Jace, no hay excusa. Ella llevó un arma a una pelea de niños, una que ustdes mismos causaron por no parar siquiera un segundo a pensar cómo afectaría eso a los que los rodean ¿Y si Aemond hubiera llevado un cuchillo propio y su hermana no se despertaba a tiempo para ayudarlos? ¿Y si lastimaba a Baela o a Rhaena? ¿Entonces qué? ¿Hm?" el enojo de su madre parecía volver de su retiro para hacerse presente en el aire de la habitación.

De los tres problemáticos, sólo Luke estaba avergonzado de lo que pasó.

No Jace, quien vio la brutalidad con la que su tío se atrevió a golpear a su hermana, quien sintieo en carne propia la fuerza del odio con la que el muchacho peleaba, quien toleró sus burlas constantes durante toda su vida.

No Dany, quien vio a su pobre hermanito en peligro, quien fue obligada a escuchar el cuerpo de su hermano mayor desplomarse tras semejante golpe en la cabeza.

No, el desmembramiento del ojo de su tío fue un accidente, pero sí ese era el precio por hacerle ver que su rencor lo estaba llevando a lugares donde la mano del resto delos niños se vería forzada, lo pagarían de nuevo.

Engreído imbécil.

"Pero no ocurrió" agregó Luke, mirando de reojo a la enojada mujer.

"¡Gracias a los dioses que no! ¡¿Entienden lo que hubiera signficiado para mí perder a alguno de ustedes?!" nunca es realmente enojo lo que sentimos ¿no? siempre hay algo que se esconde detrás de él.

𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora