Capituli 73 - Piensa, no sientas

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"Aemond fue el que perdió el ojo" fue lo primero que el príncipe Velaryon dijo al entrar sin tocar a la biblioteca de Rocadragón, donde su madre tenía al menos diez libros tirados en el suelo y otros diez sobre su escritorio de abeto. Papeles había miles: rotos, tirados, siendo leídos por su madre, "Y aun así la ciega eres tú, madre".

A penas se había enterado de los pensamientos que circulaban de su mujer por la ancestral sede de su casa, y que la reina negra sabía y hasta comenzaba a creerlos, corrió a dar pelea por Dany. "No fue el niño de seis el que se llevó a Luke, y aun así sufrió la crueldad de las consecuencias de tal acto" la voz de Jace nunca entró a la discusión como calmada o persuasiva. Lo único que quería el príncipe Velaryon era al amor de su vida de vuelta. Y cada segundo que pasaba, sabía, era uno en que la condenaba a la presencia del hombre que gozaba de prostitutas que vistieran de ella, y de otro que quiso violarla, que reunió cien plebeyos, los armó, y planeó asesinarla.

Jace no estaba calmado. Jace no intentaba persuadir a nadie.

Jace estaba sin su otra mitad. Nada podía alterarlo más que eso. Especialmente cuando había un bebé al que debía cuidar, que no hacía más que parecerse a ella. Cuando fruncía el ceño, cuando lo miraba al sonreír.

"Si crees que mi esposa, la única que te fue leal casa segundo de su vida, te ha traicionado por reaccionar al asesinato del niño que adoraba, no eres tan inteligente como pretendes demostrar a tus aliados".

"Cuida tu lengua" amenazó Rhaenyra antes de que su heredero pudiera continuar, levantándose de golpe de su silla para no tener que mirar a su hijo como si este tuviera poder sobre ella. "Seré tu madre, pero soy también tu reina".

"Tú fuiste la que nos desposó, su alteza" desafió de vuelta el príncipe Velaryon, acercándose con pasos peligrosamente lentos. "Me predispusiste a amarla el segundo en que ella nació. Ahora que lo hago, ahora que defiendo a mi familia, no lo encuentras de tu agrado".

"¿Acaso tampoco deseas que la muerte de Luke sea vengada? ¿Tú también vas a traicionarme?"

"¿¡Qué justica hay en asesinar a un niño?!"

"¡Lucerys era un niño!" ahora, eran dos las voces levantadas. "¡Era mi niño! ¡Y lo asesinaron siendo inocente!" aunque restos del ala de Arrax hubieran sido encontrados, nunca nadie supo nada más del cuerpo de su primer hermano varón. La muerte de Luke había solo fracturado aún más el deseo de paz de su madre. Lo único que quedaba en ella, temía, no era sino sed de sangre.

"¡Tu hermana tiene tres dragones! Tres malditos dragones. Pelea con esas insoportables dagas desde los cinco. ¿Y qué hace con ellas? ¡Asesinar al hombre que hizo justicia por Luke!" En la cabeza de Rhaenyra, el comportamiento de su hija no tenía sentido. Deseó salvarla, en verdad sí, pero se encargó de que la entrenasen desde temprana edad para ser un arma, para enfrentar este tipo de situaciones como una guerrera lo haría.

"¿¡Qué justicia, mamá?! ¿¡Qué justicia hay en condenar a la madre de mi hijo, la mujer de mi vida, a la traición cuando fue despojada de su libertad el segundo en que Aegon usurpó el trono?!" Los gritos salieron de la boca de Jace el segundo en que estuvo frente a frente con su madre, dando un golpe al escritorio con su mano a la par de sus palabras.

"Ella fue entrenada para proteger a su familia. La eduqué, los eduqué para que protegieran a su familia. Y aun así, no hizo nada más que encerrarse en el mismo camisón con el que tuvo su aborto" las palabras salieron de la boca de Rhaenyra con una ligereza espantosa. Las sirvientas que espiaban para gusano blanco le habían informado de tal cosa, y la reina negra, en su claridad mental, decidió omitir el hecho al esposo de la princesa Velaryon. Lo necesitaba con ella, no haciendo el duelo a otro muerto - especialmente una niña a penas desarrollada que podría ser fruto de Aegon y no de él-.

𝗧𝗥𝗘𝗦 𝗖𝗢𝗥𝗢𝗡𝗔𝗦 || 𝘑𝘢𝘤𝘢𝘦𝘳𝘺𝘴 𝘝𝘦𝘭𝘢𝘳𝘺𝘰𝘯Donde viven las historias. Descúbrelo ahora