Capítulos 11 - Que te Molesta

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—¡Raúl!

Corriendo junto a Ben, ella saltó a los brazos de su doctor favorit

—Hey pequeña —le sonrió.

—Leonor, cariño debes llamarlo señor, no es correcto llamar a alguien mayor por su nombre.

—No te preocupes, Leti. Después de todo conozco a Leonor desde que estaba en la panza de su mami.

—Raul es mi amigo, mami. ¿Dejas que se quede?

—Cariño, él tiene su casa.

—Pero puedo invitarlas a salir.

—¿Salir? —dijo mi hija emocionada, pero recordó algo que hizo borrar su sonrisa—. Pero tengo el ensayo con mis compañeras de clases.

—¡Oh, es cierto! El ballet, debo llevarte a tus ensayos.


—Eso no es necesario, Letizia. Yo puedo llevar a Leonor, ustedes salgan. Se están viendo después de meses, tienen tanto por hablar.

—No te preocupes por mí, mami. Mañana podremos ir al acuario.

—Leonor...

—¡Listo! Asunto solucionado. Vamos Leo, ve por tus cosas que yo te llevaré. Ni siquiera me dejaron hablar, cuando ellos dos desaparecieron frente a mis ojos.

—No sé quién me preocupa más, si Camilo con su carácter disparatado o Leonor que le sigue el juego.

—Ambos sabemos lo alocado que es Camilo, pero ya que estamos solos y sin ningún pendiente, vayamos a comer algo. Extraño el aire de mi ciudad.

—De cualquier modo, ya te había aceptado, está bien, iré.

Raul esperó fuera, preparando su auto para salir, así que luego de cambiarme a algo más ligero, salí para compartir un momento agradable entre amigos.

—Estás hermosa, seré la envidia de quien me vea contigo.

—Ja, ja, ja, no te cansas de coquetear. Ya sabes que esas cosas no funcionan conmigo.

—Hablo en serio, pero quítate esas gafas de sol.

—No, es mejor llevarlos. Hace mucho sol, además no quiero que se me queden viendo por cada lugar que camino.

—Bueno, si te miran no es precisamente por tus ojos, aún si no tuvieras esa particular mirada verde azul, resaltas. Eres como una preciosa joya que brilla bajo el sol.

Sonriendo, le pellizque suavemente la mejilla.

—Creo que además de médico, debes ser poeta. Vámonos. Raul suspiró, pero compartió mi sonrisa.


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Pov Felipe

—¿Te gusta cómo se me ve, Felipe? ¡Ay, pero mira este otro! Todos son hermosos. (Mientras yo esperaba a que Isabel terminara de saturar la tarjeta, yo contemplaba la calle a través de los cristales transparentes.) Las cosas no podían resultar más aburridas. Tengo trabajo por hacer, hay mucho por revisar en la empresa, y ella quería comprar ropa y accesorios.

—¡Felipe!, mira que hermoso! —salió llevando un vestido blanco, similar al de una novia.

—¿Qué haces vestida con eso?

—Me gustó mucho, ¿no crees que ya sea tiempo de...?

—Si vas a usarlo con tus amigas, está bien. Es decisión tuya llevar esos atuendos.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora