Capítulo 53 - Las dos caras de la moneda

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Nota: Guadalupe_SG Disfrutalo 

POV Raul

Se lo había dicho, finalmente le dije a Letizia todo lo que estaba dispuesto con ella, sin embargo, no me siento mejor.

—Me gustas, Letizia, pero decirte la verdad implicaría arruinar mi carrera. Si alguien llega a saber que falsifiqué esos papeles, me esperaría una gran sanción —frustrado eché mi cabeza en el respaldo de mi sillón—. Estoy entre la espada y la pared. Levanto la cabeza al oír el timbre de la puerta, decido abrir y lo primero que veo son unos ojos llorosos y acompañados de un semblante abatido.

—Isabel... —pronuncio asombrado, pero después recobro el sentido—. ¿Qué haces aquí? —soy directo.

—¿Puedo pasar? —ella me mira con suplica, sé supone que no debería confiar en ella, pero soy débil ante algunas cosas.

Solo Dios y yo sabemos cuánto amé a esta mujer, que incluso arriesgué mi carrera y más, todo para lograr que me correspondiera y al final solo fuera un juego para ella.

—Raúl, no me siento bien, por favor.

—Tratas de usar la misma táctica. Esta vez no va a funcionar. Dime a qué has venido —soy duro con ella, del mismo modo que ella lo fue con mis sentimientos.

—Comprendo... Ya no hay sentimientos en tus ojos, veo el vacío en ellos.

Me río para no enojarme, pues está mujer es una cara dura.

—No creo que hayas venido a eso, di de una vez lo que quieres.

Sus brazos cruzados y mirada gacha, me dan a indicar lo que busca. No sería la primera vez, pero creí que, con la última vez, todo había acabado. Después de que ayudé a Isabel con ese falso resultado para lograr comprometerse con Felipe, ella vino a buscarme un par de veces más, yo aún era débil ante ella, no tenía fuerza de voluntad para negarme.

—No vengo por eso, solo quiero que alguien me escuche. Me siento tan sola.

—Tú solo acudes a mí para tener sexo, Isabel. Incluso estando comprometida con Felipe, no dejabas de buscarme. ¿Ahora dices que solo quieres que te escuche? Hazme el favor de irte.

—¿Me vas a echar?

—No me interesas —no sé cómo esas palabras salieron de mis labios, pues fue como sacar espinas de mi garganta.

—Raul... Tu sabes que Felipe ni me tocaba, yo me sentía muerta, soy de carne y tengo deseos, solo quería sentirme viva.

—Y por eso venías a apagar tu calor conmigo —me reí con amargura—. Solo fui un instrumento para ti.

—Eso no es verdad —ella acarició mi mejilla—. Tu sabes que esos encuentros fueron más que sex0.

Sin embargo, tomé sus muñecas para alejarla de mí.

—Si eso fuera verdad, ¿por qué no lo dejaste?

—Tu no lo entiendes, me juzgas y...

—No, lo que ocurre es que eres una niña caprichosa que no soporta perder su juguete —solté sus manos, para ser claro con ella—. La última vez que estuviste en mi cama te lo dije, no quiero saber más de ti.

—Fue hace un año —contestó.

—Pero yo lo recuerdo bien.

—Entonces... ¿Ya no sientes nada por mí?

No iba caer, de ninguna manera, ella no es una buena mujer, solo he cometido errores por pensar en ayudarla, pero... Ella se sujeta de mis hombros y hunde su boca en la mía, mis manos la sujetan de los hombros con la decisión de apartarla, sin embargo, termino bajando mis brazos y aprieto su cintura, abriendo más mi boca para profundizar este beso húmedo.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora