Capítulo 33 - Dejar el pasado

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POV Sonsoles

Después del niño, entró una mujer muy bella, de ojos color miel, era como una supermodelo, tenía cierto parecido a Isabel, pero ella era más alta. Al verme, me repasó con la mirada como si fuera una cosa insignificante.

—¿Y tú quién eres? —me preguntó sin disimular el desagrado.

—Soy Sonsoles, compañera de trabajo de Álvaro.

—Ah, ya veo. Debí suponer que eras una empleada. Yo soy la esposa de Álvaro y él es nuestro hijo.

Entonces, supe lo que ella estaba esperando, y tenía razón, si ella es la esposa, yo estaba sobrando en su momento familiar.

—Bueno, yo debo regresar al trabajo. Espero tu pronta recuperación Álvaro, con permiso.

Me encontré a Letizia entrando al pasillo con un vaso de café en las manos, mientras que Felipe estaba sentado con los ojos cerrados.

—¿Ya te vas? —me pregunta Letizia cuando me ve dirigirme a la salida.

—Sí, con la presentación acercándose, hay mucho por hacer. Debo supervisar a las muchachas.

—Está bien, yo entraré a ver a Álvaro y luego iré a la oficina.

—De acuerdo, pero tal vez quieras entrar después, ahora está con su esposa e hijo.

Letizia parpadeó confundida, pero decidí retirarme, era lo mejor en estos casos. Yo no soy más que solo su compañera de trabajo, ya me disculpé y el asunto se acabó.

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POV Letizia

Sonsoles se había ido tan rápido como llegó, pero lo que más me sorprendió fue saber que Alavaro estaba casado, ni siquiera tenía idea de que tenía un hijo.

—Esa mujer si es una caradura —comentó Felipe riendo con incredulidad.

—¿Estás hablando de mi amiga? Estoy segura que ella no hizo lo del maní a propósito.

—No me refiero a Sonsoles, hablo de la esposa de Carter. Esa mujer es por mucho, la peor de la familia Santorius

—¿Es algo de Isabel?

—Su hermana —contestó.

—Entonces no deberías hablar así de tu casi familia —comenté, bebiendo un sorbo de mi café.

—¿Familia? Solo me tengo a mí —contestó sin dar explicación—. Imagino que en la empresa alguien llamó a su esposa y ella vino a verlo.

—Yo no sabía que Alvaro estaba casado.

—Lo está, de hecho, lleva poco más de ocho años de matrimonio.

—¿¡Ocho años!? —me sorprendí—. Eso explica lo del hijo.

—En realidad no es su hijo. Alvaro solo le dio el apellido al hijo de Susana.

—Eso quiere decir que...

—Alvaro es muy ingenuo y algo confiado, ese es su gran defecto. Yo también tengo los míos, pero ¿firmar a un hijo que no es tuyo? Eso es una locura.

—Bueno, hay hombres que hacen mucho por amor, y eso los lleva a aceptar al ser amado con su hijo —recordé lo que Alonso hizo por mí, él nunca tuvo reparos en aceptarme con Leonor en mi vientre—. Además, deberías estar contento de que tu sobrino tenga un padre, Alvaro es un buen tipo.

—Ese niñ0 no es mi sobrino, y nunca lo será, porque yo jamás voy a casarme con Isabel. Ella está fuera de la empresa, así como de mi vida.

—Entonces es verdad lo que se rumorea —concluí.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora