Capítulo 93 - Acepto

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POV Álvaro

Acababa de enterarme por mi hermana y Sonsoles lo que ocurría con mi mejor amigo. Nunca imaginé que algo así le estuviera sucediendo a Felipe. ¿Desde cuándo lo sabía? ¿Por qué no se lo contó a nadie? ¡Ni a mí que somos como hermanos! Esto debe ser una pesadilla, no puede ser que esto esté ocurriendo ahora.

—Álvaro... —susurró Sonsoles, señalándome con los ojos a mi hermana, que estaba con la mirada vacía y sin mostrar un solo gesto—. Me duele verla así.

Mi pobre hermana solo reaccionó, cuando la enfermera dijo que podía entrar a verlo. Si bien la bala solo lo había rozado, la noticia de que probablemente en un futuro empezará a olvidar, nos dejó con un sabor amargo en los labios.

—Hermana, ¿quieres...?

—Estaré bien, quiero estar a solas con él —dijo, permaneciendo de espaldas y sin mirarme a los ojos.

Ella fue llevada por la enfermera, mientras que Sonsoles y yo nos quedamos en silencio, tomando nuestras manos para darnos el consuelo que ambos necesitábamos. Ahora estábamos juntos, lo nuestro había logrado salvarse, y lo que nos deparaba el destino sería construido por ambos, para proteger a nuestro bebé. Teníamos tanto por luchar, pero juntos, como debía ser, como una pareja debe hacerlo, más por otro lado... Estaba mi hermana...

Sonsoles y yo fuimos llevados por nuestros pasos a la puerta de la habitación de Felipe, donde pudimos observar por la ventana, como Letizia lo miraba con ternura y acariciaba su cabeza con sus dedos. Algo le decía, nosotros no podíamos escuchar, pero supuse que era una canción, por la manera en que sus labios se movían, para finalizar con un beso en la frente de él.

—Creo que es mejor dejarlos solos —murmuré, a lo que Sonsoles asintió, limpiando sus mejillas.

—Es lo mejor.

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POV Letizia

—Ay Felipe —suspiré, acomodando un de sus cabellos que estaba sobre su ojo—. ¿Sabes? El médico dijo que vas a estar bien, la bala apenas te rozó, fue una fortuna que no fuera grave. Ahora solo queda que abras tus ojos y podamos volver a casa —traté de sonreír, pero con cada segundo que pasaba, no podía evitar recordar lo que su historial indicaba sobre la predisposición genética a sufrir Alzheimer—. Todo va a estar bien —fingí calma, entrelazando sus dedos con los míos, para besar nuestras manos juntas—. Ni creas que voy a dejar que me olvides, eh. Eso no lo voy a permitir. Nosotros tenemos que escribir nuestra historia.

............

Ese día, Felipe se quedó en el hospital, yo tenía que regresar por mi hija. Ella empezaría a asustarse, pero me juré volver muy temprano al amanecer. Tuve que contarle todo a Camilo, el pobre se preocupó y me contó la intención que tenía de ir al día siguiente de visitarlo, en el fondo yo sabía que ambos se tenían aprecio, aunque ninguno lo dijera cara a cara.

—Te lo agradeceré mucho, yo planeo ir muy temprano a casa de Felipe, necesito comprobar algunas cosas, y luego iré a verlo.

—Pierde cuidado, Letizia. Yo llevaré a Leonor a la escuela, así que, no tienes nada de qué preocuparte.

...................

Al día siguiente, como ya lo tenía planeado me desperté en plena madrugada, salí en mi camioneta a casa de Felipe; donde su mayordomo me permitió el ingreso sin ningún problema. Yo sabía que algo debía tener en su casa, algo que me confirmara el diagnóstico del médico. Y mi búsqueda obtuvo resultado, cuando al entrar a su habitación y buscar entre sus cosas, hallé un baúl dentro de su armario, el cual al abrir contenía una gran cantidad de cartas apiladas en orden numérico.

AHORA ESTOY DIVORCIADA (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora